POR JORGE EBRO
Quizá la respuesta a tanto brillo está entre la oscuridad y el silencio. En medio de los cuartos de video y luego de muchas horas de estudio, Nolan Arenado ha encontrado la vía que va de ser un pelotero promedio a una súper estrella.
Hace unos tres años, Arenado era visto como un jugador de potencial, pero no se le incluía -o al menos se le ubicaba por detrás- en una soberbia lista que incluía a Manny Machado, Josh Donaldson, Kris Bryant, Adrián Beltré, Evan Longoria…
Hoy, muchos consideran a Arenado el tercera base más completo del momento.
«Sí, todos quieren saber la fórmula para mejorar y ni yo mismo lo sé», explicó el antesalista de los Rockies. «Estudio mucho a los lanzadores, pasó mucho tiempo viendo los videos para ver mis errores y los de los otros. Hacia el éxito no hay camino fácil ni glamoroso».
Si en el 2015 el cubanoamericano dio un salto monumental en el 2015 al compartir el liderato de jonrones con 43, y liderar la Liga Nacional en impulsadas con 130 y total de bases con 354; lo que viene haciendo en esta temporada es digno de elogio.
Antes del comienzo del choque del lunes contra Miami, Arenado era el primero del viejo circuito con 20 vuelacercas y 57 remolcadas, mientras que repite en la cantidad de bases recorridas con 147.
¿Cuánto más puede mejorar Arenado?
«Por supuesto que deseo mejorar, pero yo no me enfoco tanto en los números como en el proceso para llegar de un punto a otro», explicó el joven, nacido en California. «Al final todo se resume en la experiencia, en ser uno mismo y confiar en uno».
Pero si los números ofensivos llegaron un poco después, la defensiva estuvo desde el primer día en que pusiera un pie en las Mayores y las jugadas de Arenado en tercera son material de comentario y asombro.
En sus tres temporadas previas ha ganado el Guante de Oro y eriza el saber que solo posee 25 años, que ahora posiblemente esté entrando en sus mejores contiendas en las Grandes Ligas.
«Aquí no se trata de hacer la mejor jugada, ni de exagerarla para que luzca bien en la televisión», agregó Arenado. «Sino de hacer la jugada de la manera correcta, sin artificios, lanzando la bola por encima del brazo, ejecutando la rutina indicado. No se trata de mí, ni que yo quiera asombrar a la gente, se trata de sacarle el out a mi pitcher, a mi equipo».
Y hablando de equipo, cuando termine la temporada Arenado piensa reunirse con su familia para decidir qué uniforme vestir para el inicio del próximo Clásico Mundial de Béisbol el próximo marzo.
Hijo de padre cubano y de madre nacida en Nueva York -de madre boricua y papá cubano-, Arenado solo tiene seguro que quiere jugar, aunque ya ejecutivos de la mayor de las Antillas dijeron que armarían equipo con talento local.
«Todavía no he decidido, tengo mucho de cubano en mí, pero respeto por igual mis raíces puertorriqueñas», afirmó Arenado, quien posee mucha familia en Hialeah. «Lo único que sé es que voy a estar en el Clásico».