Por: Yordano Carmona.
Mucho se habla de la calidad de los prospectos cubanos en las Menores, que si luis Robert es un fuera de serie, que Yadier Álvarez tiene una recta que sobrepasa las 100 MPH, que si el menor de los Gurriel está al “doblar la esquina” de la Gran Carpa. En fin, necesitaríamos todo un día para hablar de la enorme cantidad y calidad de jugadores cubanos en las Menores, pero nadie, absolutamente nadie, comenta que el lanzador Rogelio Armenteros es, sin dudas, el que más cerca se encuentra de cumplir el sueño de todo beisbolista: debutar en Grandes Ligas.
Con tan solo 23 años de edad, el antillano se ha ganado el respeto y la admiración dentro de una franquicia que ha invertido muchísimo dinero en el talento cubano, los Astros de Houston. Esta organización cuenta con un total de 13 jugadores de nuestra isla en sus filas, superando a los Dodgers en mayor cantidad de cubanos.
Se esperaba que Armenteros llegaría al máximo nivel del béisbol en septiembre del pasado año, pero al final no se concretó.
Desde su ascenso a Triple A el pasado mes de julio, el capitalino dejó récord de 8-1 en tan solo 10 aperturas, registrando una efectividad de 2.16, mientras recetaba 72 ponches en 58 entradas y un tercio. Durante ese periplo solo permitió 42 imparables y regaló 19 boletos, números que dejan un impresionante 1.05 de WHIP, uno de los indicadores que más te dice acerca del rendimiento de un lanzador.
Eso no fue todo. En Doble A, nivel donde se concentra la mayor cantidad de talento en las Menores, el cubano lanzó para 1.93 PCL y ponchó a 74 bateadores en apenas 64 innings de labor.
“Él ha estado estupendo en Triple A y lo vemos como un muchacho que nos puede ayudar” comentó el GM de los Astros Jeff Luhnow el año pasado antes de la expansión de los rosters en septiembre.
Armenteros lanza su recta en los 90 bajos y la complementa con un control deslizante, pero de lejos su mejor lanzamiento es su cambio, que el receptor Max Stassi describió como una oferta “plus-plus”.
“Su cambio es el ecualizador”, dijo Stassi, quien se unió al equipo grande después de pasar un tiempo en Triple A. “Lanzará ese cambio en cualquier momento. Comenzarás a ver bateadores esperándolo y luego te lanzará una recta a 92 MPH y ellos la van a ver como si fuera a 95-96”.
¿Cómo llegó Armenteros a Houston?
Antes de invertir $ 47.5 millones de dólares en el inicialista Yuli Gurriel, $4 millones en el lanzador zurdo Cionel Pérez y $ 3.8 millones en el derecho Elián Rodríguez (incluyendo impuestos), los Astros penetraron en el mercado cubano al contratar a Rogelio por $ 40,000 en septiembre de 2014. Tres años después el cubano está a las puertas de las Mayores.
“Cuando pienso en él, pienso en el engaño y la capacidad de juego”, dijo el director de la granja, Pete Putila.
Putila también notó un aumento de velocidad que ha ayudado a Armenteros esta temporada. Mientras que su bola rápida solía sentarse a 89-92 MPH, Armenteros esta temporada ha lanzado en cualquier lugar de 90-95 MPH, según Putila.
Este servidor tuvo la oportunidad de conversar con el Lanzador del Año de los Corpus Christi Hooks (sucursal de Doble A de Houston) y realizarle algunas preguntas que me gustaría compartir con nuestros lectores.
¿Cuál es tu meta para la próxima campaña con la organización?
–La meta para la próxima temporada es debutar en la Gran Carpa, si Dios me da salud-.
¿Cómo te has ido preparando para la próxima temporada?
–He hecho toda mi preparación aquí, en la República Dominicana. Físicamente me he preparado muy fuerte, incluso,creo yo que hasta más fuerte que en temporadas anteriores-.
Has sido abridor y relevista en tu carrera. ¿Cuál prefieres?
–De preferir ahora mismo me gustaría ser abridor en Grandes Ligas, pero por eso me preparé muy duro esta temporada baja, para tomar el rol que el equipo necesite-.
Coméntanos acerca de los ajustes que hiciste en el tránsito de AA-AAA para maximizar tu efectividad como lanzador, aunque fuiste efectivo en ambas ligas.
–Yo creo que uno tiene que hacer ajustes en cada salida porque no todos los bateadores son iguales, pero creo que lo más importante fue el control de mis pitcheos, el poder tirarlos donde yo quisiera fue lo que me llevó a poder poner buenos números, porque créeme que los errores cuestan carreras-.
¿Te gustaría algún día tomar el montículo otra vez en el Latinoamericano?
–Bueno, sí me gustaría volver a lanzar en el Latino, sin duda fue una corta pero gran experiencia-.
¿Cuál ha sido el bateador más difícil al que te has enfrentado?
(Risas) -Bueno yo te podría decir que ese bateador es “mi papá” (refiriéndose a los buenos resultados que un jugador tiene sobre un rival) Andy Ibáñez y no es “mi papá” desde aquí, sino desde Cuba cuando jugamos en todas las categorías juntos, pero nunca me ha perdonado. Ese ha sido, sin dudas, el bateador más difícil al que me he enfrentado-.