Autor: Aliet Arzola Lima
CIEGO DE ÁVILA.— Si algo faltaba en la final beisbolera de esta temporada era una joya monticular del as pinareño Yosvani Torres, y llegó en el momento justo. Sexto partido, los Vegueros contra la pared por enésima ocasión, y el gigante de Minas respondió a su altura, con un pitcheo sin manchas.
No se trata solo de que haya completado siete rounds con tres carreras, sino que su dominio ensombreció al lineup más completo del campeonato, de nuevo incapaz de conectar a la hora buena. Un jonrón de Guillermo Avilés en el segundo capítulo y algunos enredos en el séptimo por fallas defensivas fueron los únicos momentos embarazosos que enfrentó el derecho.
“Avilés me dio sobre una split que se quedó colgada, es un buen bateador sobre ese lanzamiento hacia abajo cuando se queda cerca del pie delantero. Eso fue un error, pero un partido es de nueve entradas y hay que seguir con la concentración al máximo”, aseguró a Granma Torres, quien vivió su real prueba de fuego en el séptimo, abandonado por su defensa.
Tres conexiones por el cuadro con todas las características de outs seguros matizaron el episodio, sobre las cuales fallaron el torpedero Michael González y el intermedista Pedro Luis Dueñas, sustituto del lesionado Andy Sarduy, y provocaron par de carreras sucias.
“Yo trabajé todo el tiempo con mucho cuidado, mi estrategia se basó en tirar lo que los bateadores no esperaban, y nunca me despegué de esa idea. Tuve un momento complicado en el final por los errores de la defensa, pero ellos no quieren fallar, estamos en plena tensión y la situación se resolvió”, aseguró el puntero de la rotación pinareña, quien necesitó el auxilio en los dos últimos capítulos de Liván Moinelo.
El zurdo sin la presión de venir en el medio de un volcán, terminó de enterrar las opciones de los Tigres, con par de ponches y cero complicación en el horizonte, válido para apuntarse su rescate 17 de la contienda.
“Para cualquier relevista es mejor entrar sin corredores en base, disminuye mucho la presión, aunque me he adaptado a venir en situaciones más enredadas también. Para el séptimo juego, si el equipo necesita de mis servicios voy a lanzar en cualquier inning”, destacó Moinelo a nuestro diario.
Torres lanzó con cierta comodidad desde el mismo inicio, porque los hermanos Alarcón (Yosvany y Yordanis) remolcaron cinco carreras en un abrir y cerrar de ojos frente a Vladimir García, otra vez errático en el partido decisivo.
Un sencillo de Lázaro Ramírez y dos boletos a Donal Duarte y William Saavedra le llenaron el bote a Yosvany, el máscara de los Vegueros, quien despachó inatrapable al derecho para impulsar dos. Solo unos minutos más tarde, su hermano puso en órbita una Mizuno y trajo otras tres carreras al plato, sin dudas un suspiro personal para el antesalista tunero, señalado durante la postemporada por sus problemas defensivos.
La explosión de Vladimir se concretó tan temprano como en el segundo episodio, cuando Ramírez también lo castigó con vuelacercas por el derecho, que terminó de hundirlo para lamento de sus parciales. La situación no fue a peor porque el relevista Israel Sánchez encarnó la mejor versión de su vida. El derecho artemiseño dilapidó siete innings a ritmo de cuatro jits, y solo en el epílogo aceptó una carrera sucia, aunque ya el daño estaba hecho.
“Desde el principio alertamos de la calidad de todos los contrarios, este play off es del primero que gane cuatro y no tres. Hoy nos falló el pitcheo abridor, nuestro primer lanzador, pero era la apuesta indicada. Cualquier manager, en cualquier liga, quisiera disponer en el sexto juego, como local, con cinco días de descanso, de su pitcher estelar”, sentenció el mentor Roger Machado en conferencia de prensa.
En las gradas, como en Matanzas, los coros de la barra pinareña silenciaron al resto del parque, mérito que será difícil de igualar por cualquier afición del país. Unos cientos de camisetas verdes desataron su sinfonía en el feudo de los Tigres, que de nuevo debe estar repleto el este domingo para el partido más importante de todo un año.
Todo queda en manos del destino, del siempre veleidoso e impredecible séptimo juego, una ruleta rusa en la que cualquiera puede salir victorioso. Con meses de trabajo en juego, ni Jorge Ricardo Gallardo, director pinareño, ni Machado adelantaron con seguridad sus abridores, aunque se valoran las opciones de Erlis Casanova y Vladimir Baños por los más occidentales, y Dachel Duquesne y Lázaro Blanco por los monarcas defensores.