Por más que uno busque explicaciones, no las encuentra del todo. Los Marlins, ese equipo que muchos marcaban para perder más de 100 juegos, amanecieron este 5 de agosto a solo un juego por debajo de .500 y a seis del Wild Card. No, no es una broma. No es una simulación de MLB The Show. Es la pura realidad.
Y si alguien merece el crédito, son los novatos, que han transformado una temporada que pintaba para el olvido en una historia que, al menos, se está dejando ver con dignidad.
El líder indiscutible de esta camada es Agustín Ramírez, que está haciendo lo que pocos —por no decir nadie— esperaban. El receptor encabeza a los novatos de la Liga Nacional en jonrones (17), carreras anotadas (48), empujadas (50), hits (84) y dobles (24). El único novato con un boleto intencional este año fuera de él es Ronny Mauricio. ¿Más? Lidera también en ISO (.222), es segundo en slugging (.464), y sí, también comanda en ponches (73) y doble plays bateados (10). Lo juegan todos los días, y con razón.
Heriberto Hernández no se queda atrás. Tiene el mejor OPS (.825) entre todos los novatos de la Liga Nacional. Es segundo en promedio (.291), tercero en OBP, líder en slugging (.473), líder en wOBA y segundo en wRC+ (129). Además, está tercero en ISO (.182). Es, sencillamente, un bateador productivo y constante.
Javier Sanoja, sin mucho ruido, ha hecho su trabajo: segundo en triples (3), líder en sacrificios por toque (4). Le sigue Liam Hicks, con 3 sacrificios, y un OBP que lo tiene entre los más altos de su clase. Lo suyo es más discreto, pero necesario.
Eric Wagaman, con todo y sus rachas irregulares, aparece segundo en hits (83), en dobles (22) y primero en elevados de sacrificio (4). También comparte con Ramírez los lideratos en ponches y GIDP (10), datos que muestran tanto su presencia como su exposición.
Y no se puede hablar del impacto de los novatos sin mencionar a Graham Pauley, quien ha aportado desde otra trinchera. El antesalista de los Marlins lidera a todos los novatos de la Liga Nacional en WAR defensivo según FanGraphs, con un impresionante 5.3, cifra que refleja su valor silencioso pero fundamental en el terreno. No hace tanto ruido con el bate, pero con el guante ha marcado diferencia todos los días.
Y como si hiciera falta más material, apareció esta semana Jakob Marsee, debutando a lo grande: 4 hits en 10 turnos, 3 dobles, un triple, y un OPS de 1.471 en sus primeros 4 juegos. Poquísima muestra, sí, pero dejó claro que viene con hambre.
¿Ir al Wild Card? Está difícil. Hay que ser realistas. Están a seis juegos y no tienen margen de error. Pero vamos a lo concreto: ¿quién imaginaba a este equipo a un juego del .500 en agosto? Nadie. Ni tú, ni yo, ni los que hacen las proyecciones. Y eso, ya es ganar.

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