La trágica muerte de José Fernández en un oscuro rompeolas de Miami Beach el pasado mes de septiembre estremeció los cimientos de la franquicia de Miami, que lejos de consolarse por su irreparable pérdida buscaría mantener con vida el indiscutible legado del joven serpentinero cubano.
Los Marlins estarían planeando construir un monumento a Fernández en las afueras del estadio de la Pequeña Habana, según reportó Jon Heyman, de FanRag Sports.
Heyman expresó que el dueño del equipo Jeffrey Loria y otros dirigentes trabajan actualmente en los planes para su realización, pero se desconoce si el monumento tendrá como pieza central una estatua, un montículo o alguna otra estructura.
Fernández, de 24 años, falleció en la madrugada del 25 de septiembre en un accidente de bote donde también perdieron la vida Emilio Jesús Macías, de 27, y Eduardo Rivero, de 25.
El barco era propiedad de Fernández, aunque aún no está claro quién conducía en el momento del impacto.
Luego de la triste noticia los Marlins colocaron un monumento conmemorativo improvisado en la plaza que rodea al estadio, un lugar que aún se mantiene y por donde pasan fanáticos y seguidores del ídolo de Villa Clara a rendirle homenaje.
Para muchos era conocido los lazos afectivos que Loria tenía con el lanzador antillano, quien se había convertido en la cara de la franquicia por su estatura deportiva, su vitalidad en el terreno de juego y por la gran simpatía que despertaba entre sus compañeros de equipo y en toda la comunidad del sur de la Florida.
Loria ha comentado que la partida de Fernández ha sido un momento muy triste para todos en el equipo y que el resultado de ese reporte es algo que le resulta muy difícil de creer.
“No creo eso’’, expresó Loria, quien un día después de su muerte anunció que nadie más en la organización usaría el número 16 que llevaba en su espalda el carismático pitcher cubano.
“Yo conocía a ese chico’’.
Nacido en Santa Clara, Cuba, Fernández intentó desertar de Cuba al menos tres veces —y pasó varios meses en prisión tras uno de sus intentos fallidos. A sus 15 años, él y su madre finalmente llegaron a México, y poco después se reunieron en Tampa, Florida, con su padre, que había desertado de Cuba dos años antes.
En Tampa, el pelotero iniciaría estudios en una escuela secundaria.
Los Marlins le tomaron en el draft de 2011 y Fernández debutó en las Mayores dos años después. Fue Novato del Año en el 2013 y resultó seleccionado dos veces para el Juego de Estrellas.
Durante sus cuatro temporadas con los Marlins registró una marca de 38-17 con una efectividad de 2.58.
Esta semana Fernández recibió de manera póstuma el premio Retorno del Año en la Liga Nacional, un galardón que otorgan los peloteros de Grandes Ligas, luego de brillar en la temporada con una marca de 16-8, un promedio de limpias de 2.86 y establecer un récord de la franquicia con 253 ponches.