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Por Juan Carlos Lahera
La Aplanadora Santiaguera de finales de los noventa o los Leones de Anglada de inicios de siglo. Dos conjuntos que ganaron varios campeonatos y conquistaron el corazón de sus fanáticos.
Un equipo santiaguero comandado por Higinio Vélez logró coronarse en temporadas consecutivas entre 1999 y 2001, último conjunto en lograr tres victorias al hilo. Poseedor de una temible tanda ofensiva y un cuerpo de lanzadores sobresaliente. Tal fue su dominio que en la serie 39 triunfaron en 11 ocasiones sin revés alguno para coronarse en los play off.
Los nombres de Antonio Pacheco, Orestes Kindelán y Gabriel Pierre engrosaban el centro de aquella alineación. Con roles no menos protagónicos aparecían Fausto Álvarez, Rey Isaac, Rolando Meriño y Manuel Benavides, temibles también madero en mano.
Norge Luis Vera y Ormari Romero eran los ases desde el montículo, bien respaldados por Osmel Cintra, Jorge Tissert, Wilson López y Rubén Rodríguez.
Con el Guillermón Moncada como fortaleza local ya venían lanzando su candidatura en series anteriores con dos terceros lugares y un subcampeonato. Queda en la memoria, como colofón de aquel equipo el jonrón de Pacheco a Pedro Luis Lazo como emergente en el partido final de 2001.
El explosivo camarero capitalino Rey Vicente Anglada toma el timón de los azules después de algunos años de sequía, con una generación emergente y con algunos campeones de 1996. Bajo su mando los Leones se alzaron con el título en los años 2003 y 2004 de manera consecutiva y más tarde lo repetían en el año 2006.
Sobresalen las victorias por 4-0 en los play off finales de sus primeros campeonatos frente a Villa Clara.
Un equipo formado por jugadores de la talla de Alexander Malleta, Carlos Tabares o Bárbaro Cañizares y la irrupción del estelar Kendrys Morales en la alineación.
Sumando el aporte de los veteranos Lázaro Vargas y Javier Mendez en los primeros años. Su pitcheo giraba alrededor de los talentosos Yadel Martí, Francisley Bueno y Deinys Suárez, bien secundada desde el bullpen con hombres como Osbeck Castillo y Sandy Ojito.
Su tercera victoria llegó en 2006 frente a al eterno rival Santiago de Cuba, quien tomaría desquite un año más tarde. El Latinoamericano fue testigo de uno de los mejores equipos azules de su historia quedando en la retina el batazo de Enrique Díaz para dejar al campo a Villa Clara en la final de 2004.
Dos equipos que dominaron en el béisbol cubano logrando varios títulos en poco tiempo. Con jugadores históricos en las series nacionales y firmando records que lucen imposibles a día de hoy. Imágenes que nunca saldrán de la memoria del aficionado ilustran la grandeza de sus protagonistas haciendo posible revivir esos mágicos momentos.