Por: Yusseff Díaz
Los hijos de nuestros grandes peloteros en la Serie Nacional no están siguiendo los pasos de sus padres, ellos mejor están buscando un gran futuro en el béisbol rentando.
O sea, que esta nueva generación no sigue los mismos ideales de sus padres.
Sus padres fueron fieles a la Serie Nacional y resistieron probarse en el mejor béisbol del mundo, pero sus hijos no resisten esa tentación. La razón más grande de esta fuga masiva es la falta de recompensa a sus padres por ser leales a la pelota revolucionaria.
No solamente por el dinero o la competencia, sino por cómo los peloteros retirados han sido tratados por la Federación Cubana de Béisbol.
Un pelotero en Cuba no tiene una vida activa después del retiro, sólo busquemos dónde están nuestras estrellas retiradas, la mayoría de ellos están en los Estados Unidos o dando clases de pelota o trabajando como instructores para equipos de Grandes Ligas.
Todo empezó con la fuga de Henry Urrutia, hijo de Ermidelio Urrutia en el 2011. Urrutia logró llegar a las Mayores con los Orioles de Baltimore. Hoy día, Henry es una pieza clave de los Diablos Rojos de la Ciudad de México en la Liga Mexicana de Béisbol.
Cuando le pregunté a Henry por qué los hijos de las glorias de nuestras series no están siguiendo los pasos de sus padres, él me respondió: » Hay varias razones, pero más que nada todos los que hemos sido hijos de glorias del deporte sabemos lo que ellos hicieron y que no se han valorado como ellos merecían. Entiendo que esta nueva generación busca de alguna manera el estímulo por lo que hacen, como te digo, es difícil explicarlo sin decir las cosas como son. Mi papá está contento con lo que le dio la Revolución por sus logros, sin embargo yo no estoy de acuerdo con eso. Para mí, era un pelotero que se debía respetar más, que no se debió obligarlo a retirarse como hicieron con varios, como hicieron con Víctor, como hicieron con Ulacia, como hicieron con Kindelán y Pacheco. Entonces, no creo que nosotros en esta generación queremos eso, nosotros queremos seguir jugando hasta que nuestra salud nos permita y que nadie nos diga cuándo parar de jugar. También durante ese tiempo, ver los frutos de nuestros sacrificios. No se trata de política, no se trata de nada de eso, se trata simplemente de estar en el mejor lugar, dónde tú puedas hacer lo tuyo y saber que te van a recompensar por tus esfuerzos. «
Miguel Vargas, hijo del gran Lázaro Vargas abandonó la isla en el 2015 y eso abrió la puerta. El Vargas joven era uno de los antesalistas más cotizados por el sistema juvenil cubano.
Vargas firmó con los Dodgers de Los Ángeles en el 2017 por 300 mil dólares y está en sus granjas con Ogden (RK), bateando .420.
Los segundos en irse fueron los hermanos Gurriel en la Serie del Caribe del 2016 en Santo Domingo, República Dominicana. Los hijos de Lourdes Gurriel querían probarse en el mejor béisbol del mundo y la recompensa que recibieron tampoco fue mala.
Yuli firmó con Houston por 5 años y 47.5 millones ese año y fue una pieza clave en el campeonato de los Astros el año pasado. En el caso de Lourdes Jr. firmó por 7 años y 22 millones y ya está en las Grandes Ligas donde batea .288 con 5 cuadrangulares y 16 remolcadas en 33 juegos esta temporada con los Azulejos de Toronto.
Después de ellos, Lionard Kindelán, hijo del jonronero máximo de nuestras Series Nacionales Orestes Kindelán y los hermanos Mesa (Víctor Víctor, Víctor Jr.) hijos de «La Explosión Naranja» Víctor Mesa, aparecieron en tierras dominicanas este año para continuar el éxodo masivo.
Víctor Víctor es el pelotero más cotizado de este periodo de agencia libre internacional.
» Hay varias razones, pero más que nada todos los que hemos sido hijos de glorias del deporte sabemos lo que ellos hicieron y que no se han valorado como ellos merecían. Entiendo que esta nueva generación busca de alguna manera el estímulo por lo que hacen, como te digo, es difícil explicarlo sin decir las cosas como son. Mi papá está contento con lo que le dio la Revolución por sus logros, sin embargo yo no estoy de acuerdo con eso. Para mí, era un pelotero que se debía respetar más, que no se debió obligarlo a retirarse como hicieron con varios, como hicieron con Víctor, como hicieron con Ulacia, como hicieron con Kindelán y Pacheco. Entonces, no creo que nosotros en esta generación queremos eso, nosotros queremos seguir jugando hasta que nuestra salud nos permita y que nadie nos diga cuándo parar de jugar. También durante ese tiempo, ver los frutos de nuestros sacrificios. No se trata de política, no se trata de nada de eso, se trata simplemente de estar en el mejor lugar, dónde tú puedas hacer lo tuyo y saber que te van a recompensar por tus esfuerzos. «
Henry Urrutia
Otros hijos de peloteros que se han ido del país y han logrado llegar a la Gran Carpa son Yandy Díaz y Odrisamer Despaigne.
En mi investigación de este tema y mis conversaciones con hijos de peloteros de nuestra serie hay un consenso acerca de que la recompensa influenció sus decisiones de irse del país más que la política.
Nuestra Federación y nuestro gobierno tienen que buscar la forma de aliviar este desangramiento antes que nos quedemos sin Serie Nacional. Mirando nuestros resultados en competencias internacionales en los últimos años estamos sintiendo la pérdida del talento que se ha fugado de nuestra isla (500 peloteros en 10 años).