Si de casta le viene al galgo, la pasión por el arbitraje en el béisbol le llegó a Ernesto Daniel del Risco Velázquez por la vía paterna. Desde los 13 años de edad se inició en esta compleja profesión, en la que pasar inadvertido sería una gran virtud.
Con apenas 29 años es el más joven de los imparciales que participan en la presente final del béisbol cubano, y ya puede presumir de haber sido seleccionado para impartir justicia en la pasada Serie del Caribe, celebrada hace casi un año en la capital de la República Dominicana.
Después de su actuación detrás del home en el segundo partido del pulso entre Ciego de Ávila y Granma, JR conversó con este inquieto muchacho sobre algunos temas relacionados con la importante labor que realiza.
¿Out o quieto?
«Indudablemente, el arbitraje contribuye muchísimo a la calidad del béisbol y de un torneo. Por ahora, no estamos como queremos estar, pero tampoco como la gente nos ve. Piensan que el arbitraje cubano está muy atrasado a nivel mundial y no es así. También que es por eso que en torneos internacionales no nos ponen a trabajar en home, y eso ocurre porque hasta ahora solo hemos podido pasar un curso impartido en Cuba por un especialista de alto nivel, y es a través de estos que nos pueden evaluar para poder trabajar en ese tipo de certámenes.
«Necesitamos participar en campamentos de arbitraje, en cursos especializados y otras formas de superación, y estoy seguro de que cualquier árbitro cubano podrá estar en un evento internacional, asumir las mayores responsabilidades y hacerlo muy bien».
Zona de strike
«Nosotros hemos mejorado en el tema de la zona de strike. Antes se cantaban muchísimos lanzamientos en la zona de afuera, pero a medida que nos hemos insertado más en torneos de máximo nivel, como las Series del Caribe o los Clásicos Mundiales, hemos ajustado más ese concepto, aunque todavía nos falta.
«Las dificultades fundamentales están a la hora de apreciar los lanzamientos en la zona baja. Tenemos problemas, pero no creo que estemos tan mal. Ahora hacemos un análisis para evaluar la labor de los árbitros que trabajan en home, y cuando vemos esas estadísticas apreciamos que estamos dentro de los parámetros aceptables. Sucede que la mayoría de los aficionados siguen la pelota por la televisión, y en muchos terrenos, dada la inclinación de la cámara, el home (tiene solo 17 pulgadas) no se puede ver. Lo mismo sucede desde el mismo estadio, que desde las gradas los ángulos de apreciación no son los mismos, y cada quien ve el lanzamiento pasar por diferentes lugares.
«Es un poco difícil que todos los árbitros seamos homogéneos, pero esa es la aspiración. Al menos, que nuestras zonas se parezcan bastante, porque el peor daño que le podemos hacer a nuestros jugadores es que hoy venga uno y trabaje de una manera, y luego otro lo haga de forma diferente. No podemos pretender que los jugadores se adapten a nuestra zona».
Dificultades
«Tenemos que darle más tiempo a la jugada. Tradicionalmente se ha pensado que si uno se demora en decretar una jugada, eso significa duda. Y tal vez por eso cantamos muy apresurados, tanto en las bases como en home, y eso debemos corregirlo para ser lo más justo posible. Y otra de las mayores dificultades es la ubicación para tener el mejor ángulo de visión y decidir mejor».
Experiencia
«No creo que sean solamente los más experimentados los únicos que deben trabajar detrás de home, incluso en la postemporada. Porque entonces en el futuro, los nuevos llegarán a las situaciones de máxima exigencia sin ningún tipo de preparación. Pienso que lo que se está haciendo por primera vez en un Play Off, poniendo a todo el mundo a trabajar detrás de home, es un avance, ya que da la oportunidad a los jóvenes de adquirir confianza.
«Lo que sucede es que esa oportunidad debe llegar en el juego ideal. Por ejemplo, este es mi primera final y creo que no debería trabajar en un juego que pueda definir el campeonato. Eso le tocaría a los más experimentados».
Replay
«Ayuda mucho a los árbitros, porque se dan muchas menos discusiones. A veces se demoran mucho en repetir las jugadas y reiterarlas desde la mayor cantidad de ángulos para que nos permita ser lo más justo posible. Eso es muy positivo, pero implica el reto de tener una mayor preparación.
«Sin dudas, cada vez que tenemos que anular una decisión tomada en el estadio es una derrota para el arbitraje, aunque el espectáculo lo agradece. Es doloroso tener que revertir una decisión porque todos sabemos lo mal que hace sentir eso a cualquier compañero. Nadie quiere equivocarse».
Cualidades
«Ser justo en todo momento y tener coraje, porque esta es una profesión difícil y muy incomprendida. Estudiar, tener sensibilidad y siempre escuchar los consejos de quienes pueden contribuir a elevar tu nivel».
Respeto
«Se gana con la seriedad que le imprimas al trabajo y los deseos de superarte cada día. Hay que saber en qué momento imponer el carácter, en cuál buscar una solución para una situación determinada, pero jamás se deben admitir las indisciplinas y las faltas de respeto, y no te debe temblar la mano cuando la expulsión sea necesaria. Desde hace algún tiempo se está aplicando una multa, aunque eso no es suficiente. Nosotros nos equivocamos, pero también hemos fallado un poco a la hora de acostumbrar a los jugadores a que todo se protesta».
Motivaciones
«Hay jóvenes a quienes les gustaría incursionar en el arbitraje, sin embargo, enseguida los frena el tema económico. Todavía lo que percibe un árbitro es muy bajo, sobre todo en correspondencia con el esfuerzo que realiza y las situaciones a las que queda expuesto. Hay que amar mucho esto para seguir cantando strikes por la vida».