POR JORGE EBRO
No se acaba hasta que se acabe, esto parecen decir las Grandes Ligas que han contratado los servicios de una firma de abogados para que represente sus intereses ante la Casa Blanca, luego de que fuera eliminado un pacto que permitiría la llegada de peloteros cubanos a las Mayores.
Las Grandes Ligas asegurron los servicios de Ballard Partners, que mantiene vínculos con la administración de Donald Trump para buscar algún tipo de guía que reviva el acuerdo entre la liga y la Federación Cuban de Béisbol.
De acuerdo con documentos y reportes de prensa, Ballard aparece registrada por la MLB como negociadora para los “temas relacionados con el tráfico humano’’ que habría abordado el pacto firmado en diciembre pasado entre la isla y la máxima dirección del béisbol profesional.
Esta acción de las Grandes Ligas se produce un mes después de que la administración Trump decidiera echar por tierra el acuerdo sobre la base de que la Federación Cubana de Béisbol (FCB) es una extensión del régimen que domina el país y no un organismo independiente.
Ballard es una de las firmas más poderosas en el mundo de los cabilderos en Washington y todavía se desconoce de que manera podría influir para revertir la disposición de abril que puso fin al pacto.
El embargo económico a Cuba prohibe que los ciudadanos y negocios estadounidenses comercien con el gobierno de la isla, pero las Mayores encontraron la manera de bordear la ley amparados en una regulación durante la administración Obama que especificaba la independencia de la FCB.
Una carta del Departamento del Tesoro enviada a las Grandes Ligas explica que “un pago a la Federación Cubana de Béisbol es un pago al Gobierno Cubano. El gobierno de los Estados Unidos contempla a la FCB como un brazo del gobierno cubano’’.
Este cambio impuesto por el gobierno de Trump da marcha atrás a esa orden y obliga a que cualquier acuerdo para permitir que los cubanos jueguen en equipos de Estados requieran de licencias especiales del Departamento del Tesoro.
Por su parte, las Grandes Ligas respondieron a un correo electrónico de El Nuevo Herald que: “Nos mantenemos en nuestra posición en el acuerdo, que es ponerle fin al tráfico humano de peloteros desde Cuba’’.