Por Yuris Nórido
Las transmisiones televisivas de los últimos juegos de la Serie Nacional de Béisbol han dejado algunas lagunas. Nos hemos perdido más de una jugada importante por el aparente despiste de los camarógrafos…
¡Qué maravilla ver un juego de pelota en alta definición! Los pocos privilegiados que tenemos la caja decodificadora que sintoniza el canal HD pudimos disfrutar el fin de semana de los desafíos Matanzas-Pinar del Río con lujo de detalles. Es un gran espectáculo, hasta el punto de que después te deprime la misma transmisión por Tele Rebelde.
Pero hay que decirlo, más de una jugada importante nos hemos perdido por estos días por el aparente despiste de los camarógrafos. En el tercer juego de Ciego de Ávila vs. Industriales, por no ir muy lejos, nunca vimos el out 27, el que recibió Javier Camero en segunda base.
Al parecer todas las cámaras estaban centradas en la jugada en home, el out sobre Jorge Enrique Alomá, mucho más espectacular… pero allí había varias cámaras, ¿no se supone que una por lo menos debía seguir la carrera del segundo hombre?
Se ha llegado a ignorar alguna reclamación porque no había grabación contundente de la jugada en cuestión. Puede pasar, se sabe que las peripecias del deporte pueden ser imprevisibles. Sin embargo, a veces da la impresión de que no se está prestando toda la atención al juego.
De la infografía habría que hablar también. La cuenta de las bolas y los strikes a veces es incorrecta, circunstancia que ha llegado a confundir hasta a los narradores. Y en las casas en que se ve la telenovela, si uno cambia de canal para ver cómo va el juego es posible que no se entere porque pueden pasar minutos sin el cintillo informativo…
“Eso nunca pasa en el fútbol” —se queja mi madre, seguidora del equipo de Ciego de Ávila.
Pero a mi madre no hay que hacerle mucho caso: cree que todos los narradores son industrialistas y que se emocionan más de la cuenta con las buenas jugadas de ese equipo. Cuando es un avileño el que hace la proeza le hago notar que los narradores la reconocen con el mismo énfasis, pero ella se resiste: “No les ha quedado más remedio”.
A mí particularmente no me molesta el trabajo de los actuales narradores, aunque más de uno se queje de que dedican más tiempo de la cuenta a hablar de cosas que poco o nada tienen que ver con el juego. Saludos y felicitaciones, por ejemplo. Pero convengamos en que la pelota es un entretenimiento nacional, y la transmisión televisiva deviene plataforma comunicativa de primer orden.
Eso sí, hay que mejorar el espectáculo: el acabado de la visualidad, las cortinas, la selección para los resúmenes después de la quinta entrada… Yo no tengo nada en contra de los planos enfocados en el público (es más, me parecen que le ofrecen variedad y vida a la transmisión), pero no puede ser que se sigan perdiendo jugadas importantes.
La mayor atención para el terreno. Lo demás es el plus