Autor: Sigfredo Barros Segrera
Los jugadores están situados en sus respectivas posiciones. También los cuatro árbitros ocupan sus puestos. Un bullicio ensordecedor brota de las gradas, totalmente repletas de aficionados deseosos de presenciar un partido decisivo por el título de campeón. En el medio del diamante, un hombre aprieta en su mano derecha una pelota blanca como la nieve. Es el centro de la atención de todos. Mientras él no lance, no hay juego.
Desde su nacimiento, allá por los años 50 del siglo XIX, el lanzador es considerado la figura más importante de un partido de béisbol. De él depende en grado sumo la victoria o la derrota, de tal manera que la primera decisión de un director de equipo es determinar quién será el pitcher abridor.
Pero valdría la pena preguntarse ¿cuáles son las cualidades necesarias para lograr ser un buen lanzador?
Son muchas. Para Tom Seaver, un miembro del Salón de la Fama de Cooperstown con más de 300 victorias y 3 000 ponches, lo principal es escalar el montículo con mentalidad ganadora. «La preparación sicológica es tan importante como la física. De nada vale poseer una recta de más de 90 millas o una curva pronunciada, si el pitcher no está convencido de que puede dominar a sus rivales», escribía en su libro Lanzando con Tom Seaver, de gran aceptación entre los especialistas.
Otro miembro del Salón, el derecho de los Orioles de Baltimore Jim Palmer, opinaba que hoy día se hace mucho énfasis en la velocidad cuando, en su opinión, lo más importante es el control: «los scouts en estos tiempos fijan más la atención en los jóvenes que pasan de las 95 millas. Pero yo vi a pitchers como Mike Cuellar, cuya recta no pasaba de las 90, ganar juego tras juego trabajando con la slider y el cambio de velocidad en la zona baja y adentro, sin necesidad de tirar duro», afirmaba en una entrevista a la cadena televisiva ESPN.
Los tiempos han cambiado y el béisbol moderno es, al decir de muchos veteranos, más exigente. Calendarios extensos que exigen una mejor preparación, estadios con dimensiones más cortas, jugadores con mayor potencia, pelota más viva, máquinas de lanzar para el entrenamiento de los bateadores; prácticamente todo está en contra del monticulista, obligado a utilizar todos sus recursos y diferentes lanzamientos (rectas de dos y cuatro costuras, curva, slider, tenedor, screw ball, cambio de velocidad, sinker), para conseguir sacar de balance a sus adversarios. Tiene que ser un verdadero artista.
LAZO, VINENT, VALDÉS
Muchos han sido los lanzadores cubanos que merecen el calificativo de artistas. Si me pidieran que escogiera dos de los más significativos dividiría las Series Nacionales en dos partes: hasta 1990 y después. De la primera el nombre de Braudilio Vinent salta a la vista y de la segunda no hay otro de mejores números que Pedro Luis Lazo.
Vinent, el «Meteoro de La Maya», fue el pitcher más dominante de la década de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado. Lanzó durante 20 series nacionales conquistó más de 200 victorias y ponchó a más de 2 000 rivales. Fue un tirador de poder, buena velocidad y control, capaz de propinar 63 lechadas y permitir menos de dos carreras y media por juego.
Su palmarés internacional es formidable: seis veces campeón mundial con 1,83 de promedio de carreras limpias (PCL), cuatro veces titular panamericano, en tres ocasiones oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe, dos medallas de oro en copas intercontinentales. En total, Vinent ganó 35 partidos y solo perdió seis en eventos internacionales, con balance de 6-0 ante equipos de Estados Unidos.
Lazo, el «Rascacielos pinareño», comenzó a lanzar en 1990, cuando ya Vinent estaba retirado del deporte activo. Su consistencia lo llevó a trabajar en una veintena de series nacionales y permanecer 15 años en el equipo Cuba. Es el único lanzador en el mundo con cuatro asistencias a Juegos Olímpicos, además de competir en seis mundiales, cuatro Juegos Panamericanos, tres centroamericanos y un trío de copas intercontinentales, además del histórico primer Clásico Mundial, con su excelente relevo ante República Dominicana en la semifinal.
Carismático, dueño de sí mismo en cualquier situación, por muy difícil que fuera, el espigado vueltabajero fue letal en los juegos de postemporada, con 72 juegos lanzados, de ellos 48 como abridor, 29 triunfos, siete salvados y 311 ponches. Frente a los Industriales resultó un verdugo, pues los derrotó en 15 ocasiones y solo perdió dos veces.
Entre estos dos derechos de excepcionales cualidades coloco a un zurdo de similares características: ganó 234 juegos para convertirse en el zurdo más triunfador de la pelota cubana, estrucó a casi 2 000 bateadores y se mantuvo 20 años lanzando. Nacido en tierra de peloteros, la matancera ciudad de Jovellanos, Jorge Luis Valdés propinó 46 lechadas en su carrera y promedió 3,13.
Internacionalmente también fue una estrella, con un título olímpico en Barcelona 92 y cuatro medallas de oro en citas del orbe. En una ocasión, durante un tope frente a Estados Unidos en Santiago de Cuba, el receptor Scott Servais, quien jugó en Grandes Ligas con los Cachorros de Chicago, preguntó a varios periodistas cubanos quién era el mejor lanzador cubano del momento.
Hubo más de una respuesta, pero Servais afirmó: «para mí el mejor es el zurdo, Valdés. Tira de todo, desde curva hasta cambio, tiene velocidad en la recta y un control admirable». Y tenía razón, ese era «Tati» Valdés, el mejor zurdo de la pelota cubana.
YOUNG, JOHNSON, SPAHN
Considerado un brazo de hierro. Poseedor de varias marcas añejísimas, Cy Young es toda una leyenda del béisbol. Su nombre era Denton True, pero se le quedó el apodo de Cy, abreviatura de ciclón por lo duro que lanzaba. Ganó 511 juegos en su carrera de 22 años, lanzó 7 356 entradas, inició 815 juegos y completó 749, todas marcas que permanecerán en la historia, pues hoy es muy difícil ver a un lanzador trabajar nueve entradas. En su honor, el premio que distingue año tras año al mejor lanzador de las Grandes Ligas en sus dos divisiones lleva su nombre.
Pero si Cy Young se distinguía por su velocidad, el derecho natural de un pequeño pueblo llamado Humboldt, en el estado de Kansas, Walter Johnson, era otro lanzador de rectas duras, estimadas entre 97 y 99 millas por hora. Johnson es el segundo ganador de juegos en la historia, 417, y tres veces consiguió la triple corona de pitcheo (puntero en victorias, ponches y promedio de limpias). Johnson tuvo temporadas fabulosas, entre ellas la de 1913 con 36 ganados, siete perdidos, PCL de 1,14 y 11 juegos de nueve ceros.
En 1916 estableció un récord aún vigente, al no permitir jonrones en 369 entradas y dos tercios.Junto a estos dos diestros estrellas, ambos poseedores de una formidable bola rápida, merece destaque el zurdo más ganador de las Grandes Ligas, Warren Spahn, quien logró 363 victorias (ocho veces líder del departamento en la Liga Nacional), promedio de 3,09 y 2 583 ponches.
Spahn tenía una mecánica de lanzar muy particular, elevando la pierna derecha lo más arriba posible y dueño de un arsenal de rompimientos, todos realizados con el mismo movimiento para dificultarle a los bateadores el poder descifrar qué iba a tirar en cada ocasión.
Lazo, Vinent, Valdés, Young, Johnson, Spahn, todos ellos capaces de dominar a sus rivales exhibiendo fuerza de voluntad, disposición ganadora, disciplina, control, buena mecánica. Atributos que les conceden el poder ser llamados «artistas» del montículo, en el eterno enfrentamiento con la ciencia del bateo.
LOS MÁS GANADORES |
||
|
G |
P |
Pedro Luis Lazo |
257 |
136 |
Carlos Llanes |
236 |
242 |
Jorge Luis Valdés |
234 |
166 |
Braudilio Vinent |
222 |
167 |
Lázaro de la Torre |
208 |
138 |
Ciro Silvino Licea |
208 |
153 |
Rogelio García |
202 |
166 |
Ormary Romero |
194 |
124 |
Omar Ajete |
179 |
96 |
Norge Luis Vera |
174 |
88 |
GRANDES LIGAS |
||
Cy Young |
511 |
316 |
Walter Johnson |
417 |
279 |
Pete Alexander |
373 |
208 |
Christy Mathewson |
373 |
188 |
Pud Galvin |
365 |
310 |
Warren Spahn |
363 |
245 |
Kid Nichols |
361 |
208 |
Greg Maddux |
355 |
227 |
Roger Clemens |
354 |
184 |
Tim Keefe |
342 |
225 |
Fuentes: Sitio Oficial del Béisbol Cubano, Baseball.Reference, EcuRed.