Entre las grandes metamorfosis vistas en los clásicos domésticos clasifica la de estos Cocodrilos, quienes superaron renqueantes la frontera del primer tramo en el torneo beisbolero
Superada la quinta pausa de esta historia, hoy se comienza a rodar en predios yumurinos el desenlace de la presente campaña beisbolera. Sin extenderme más líneas, doy mi voto a los locales para ganar el pulso ante la tropa pinareña y acceder a la disputa de un trono que se le ha escapado entre las manos durante las últimas campañas.
Entre las grandes metamorfosis vistas en los clásicos domésticos clasifica la de estos Cocodrilos, quienes superaron renqueantes la frontera del primer tramo del torneo, y en lo adelante experimentaron una recuperación que rozó lo increíble. De clasificar en la séptima posición, pasaron a salir airosos en 29 de los últimos 42 choques —les faltó celebrar uno— del calendario regular, etapa en la que sacaron más de seis triunfos de diferencia al resto de los candidatos.
Uno de los detalles que ahora les favorece es comenzar el asalto al trono desde casa, donde pudieran disputar, de ser necesario, cuatro de los siete cruces. Y allí cedieron solamente en 11 de sus 41 presentaciones.
Pero, lógicamente, no es el único aspecto que les pone un paso por delante en la carrera. Entre ellos también clasifica el extraordinario cierre de campaña, en el que lograron una racha de siete victorias seguidas entre la decena de éxitos en sus últimas 12 incursiones.
Esas impresionantes prestaciones pueden tomar nuevos impulsos con las incorporaciones más recientes. Si ya el staff de lanzadores parecía temible por tener entre sus miembros a los internacionales Freddy Asiel Álvarez, Jonder Martínez, Danny Betancourt y Yoanny Yera, la incorporación del artemiseño José Ángel García —el cerrador más exitoso de la pelota cubana— dispara las posibilidades. Y si además, la línea central se apuntaló con la llegada de los holguineros Yordan Manduley y Yunior Paumier, es evidente que es el matancero quizá el elenco con menores fisuras entre los cuatro aspirantes al cetro.
Ahora bien, que le dé las mejores opciones a los dirigidos por Víctor Mesa no quiere decir que considere a la novena pativerde como una perita en almíbar. El duelo monticular parece pactado de antemano, y para encararlo el timonel Jorge Ricardo Gallardo contará con los servicios nada despreciables de Yosvani Torres —se vio bien frente a los Tampa Bay Rays esta semana—, Vladimir Baños, Erlis Casanova, Yaifredo Domínguez y Liván Moinelo, todos enrolados alguna vez en la selección nacional. Similar credencial presenta el pinero Wilber Pérez, adquirido para la ocasión.
Si de ofensiva se trata, los vegueros potenciaron el ataque con el contundente madero del enmascarado Yosvani Alarcón, y si alguna ventaja clara les sacan a sus rivales, es contar con dos figuras como el capitán Donal Duarte y el inicialista William Saavedra, quienes ejercen un liderazgo encomiable en los momentos cruciales. Y eso es un plus para cualquier valoración que se haga.
A su favor también puede haber obrado la parada pactada para la visita del elenco de las Grande Ligas estadounidense, toda vez que fueron los pinareños los de peor cierre de calendario. De sus últimos 12 enfrentamientos perdieron nueve, y de ellos seis fueron en forma sucesiva, y esto provocó que entraran como últimos a la fiesta de la postemporada.
Más allá de cualquier análisis, no hay duda de que será una serie emocionante, tal vez como aquella final de la 53 Serie Nacional, en la que la tropa pinareña, sin ser favorita, se impuso en seis desafíos. Desde ahora, solo pudiera decir que sobran las incertidumbres.