¿La próxima parada de la calabaza convertida en carruaje? Cuba, que viene de sobrevivir en su llave al vencer en un cerrado encuentro a Australia, sin perder de vista a un Japón y una Holanda que salen como favoritas para avanzar en este nuevo todos contra todos.
No es difícil ver por qué Israel aparecía en el último puesto del ranking al inicio del evento: cero estrellas, algunos jugadores que ya pasaron su cuarto de hora, otros que buscan salir del anonimato y un sentimiento nacional que viene más por lo religioso que por lo estatal.
Pero sería un error para Cuba y el resto de los equipos en esta nueva llave seguir considerando a Israel como una simple historia benévola y no una realidad a tomar en cuenta cuando se de la voz de «Play Ball» este sábado a las 10 P.M.
Sin grandes nombres, el roster de los hebreos está repleto de jugadores con experiencia en Grandes Ligas o su sistema de granja. Sam Fuld, Ty Kelly, Ike Davis, Nate Freiman y Ryan Lavarnway forman parte del primer grupo; Zach Borenstein y Cody Decker, dos prospectos de Cleveland, integran el segundo.
Ciertamente, el 90 por ciento de los jugadores no habrán puesto un pie nunca en su vida en Jerusalem, pero han encontrado la manera de acoplarse para medirse en el cuerpo a cuerpo del béisbol con cualquier rival. Pregúntenle a Holanda.
Si para Cuba llegar a la segunda ronda era casi un mandato, los israelitas iniciaron el Clásico sin expectativa alguna y es muy probable que jueguen en el Tokyo Dome con el mismo descaro y desenfado que mostraron en Corea.
Si el juego contra Australia representó un quebradero de cabeza hasta que Alfredo Despaigne se acordó de quien era y sacó una bola del parque con la casa llena, el encuentro contra Israel puede ser un choque de voluntades que habría de medir el verdadero calibre de Cuba.
Pudiera decirse que Israel avanza a costa de hacer las cosas pequeñas del béisbol, mientras Cuba lo hace sobre heroicidades. Los dos métodos son aceptables para ganar. Todo depende del momento y la ocasión.
Sin sus mejores figuras de Grandes Ligas y a veces con el fundamento del béisbol algo perdido, es tan grande el talento de la isla que le alcanza para pelear y avanzar, aunque sea con una selección B.
Claro que Cuba está en condiciones de ganarle a Israel y propinarle la primera derrota a este equipo que va dejando de ser sorpresa para convertirse en obstáculo. Israel, por su parte, no quiere dejar de ser la historia bonita del certamen y quizá lo logro por unos días más.
Después de todo, y según una broma que corre por ahí, es el equipo del pueblo elegido.