Por Mayli Estévez Pérez
Solo hay que pasarse un minuto por el dogout avileño para toparse con las sonrisas de Ariel Borrero y Yeniet Pérez, unos más dentro de la manada de Tigres. Desde las once de la noche, del jueves 31 de marzo, estos dos villaclareños repiten puesto en la final de la pelota cubana. Rondaba entonces una pregunta, cuando ya se sabía todo: ¿Se piensa a esta hora en Villa Clara?
«Siempre se acuerda uno de la tierra, uno se olvida de eso», dice desde el Latino, el recién estrenado recordista en dobles del béisbol nacional, Ariel Borrero. El llamado Remolcador naranja acababa de sumar su doblete 412 a su historial, que ahora, remarca, se extiende, gracias a Ciego.
«La cuestion que hay que tener en cuenta no es si rendimos más fuera que dentro, sino que subimos el nivel en la segunda etapa. El problema está en que Villa Clara no clasifica».
—Otro doble, intentarás dejar mucho margen para los que vengan detrás, imagino…
—Sueño eso, seguir haciendo record, y que nadie me pase por el lado. Y pensar en dobles, y dobles, hasta que me retire.
—Insistes con la idea?
—Me retiro bien, con el record, y 20 series nacionales. Luego a disfrutar a la familia, a los niños, que se lo merecen.
No muy lejos, lo mira Yeniet Pérez, su compañero en el team naranja, quien tuvo que salir resentido de una vieja lesión en pleno partido semifinal. Nada serio, me dice, solo un doblez en el tobillo, algo que arrastra desde la Serie del Caribe.
«Borrero es un pelotero de admirar, lleva muchos años en esto. Y no solo el tiempo que lleva, sino con el nivel que lo ha hecho tanto a la ofensiva, como a la defensa. Me alegro de todos sus logros, además de que es amigo mío».
—No has estado bien en los ultimos choques de la semifinal, ¿qué ha pasado?
—Estuvimos muchos dias sin jugar, y realmente me ha ido mal. Pero pienso ahora con este descanso, examinar los errores que he cometido, y salir del hueco. La lesión realmente lleva fisioterapia, pero no puedo descansar, seguiré así.
«Lo mío es jugar pelota, si fuera en casa mejor, pero en Ciego hemos crecido como personas y peloteros. Hay que luchar el campeonato, y si quedamos campeones que Villa Clara lo celebre como si fuera de ellos».
En el público del Latino, por encima del banco visitante, está la afición avileña, que celebra cada ataque de Tigre al ritmo de una conga. Dentro de ellos —no son muchos— algunas camisetas naranjas, recuerdan que nada los condena del todo.