Por Mario Martín Martín
Fue en el estadio 26 de Julio de Artemisa. Era el domingo 22 de octubre del 2017. Ciego de Ávila acababa de perder su derecho de continuar en la LVII Serie Nacional de Béisbol. La afición local iniciaba sus festejos, mientras, la “cueva” de Los Tigres, parecía un sepulcro.
Recuerdo que Roger Machado fue de los primeros que salió de la “guarida”. Yo estaba cerca de la puerta por donde debían salir los avileños. Me instalé allí, más por curiosidad, que por necesidades del oficio. En esos momentos es preferible no preguntar nada. Las respuestas casi siempre van a estar condicionadas por lo agrio del momento.
El mentor de los tricampeones nacionales, tras ponerme la mano en un hombro, y como si imaginara una posible interrogante, me dijo de manera diáfana: “No merecimos la victoria. Nos faltaron los batazos claves”. Y siguió su camino. No creo que en aquel momento ni el mismo supiera a donde.
Ahora falta apenas una semana para que esté nuevamente al mando del equipo con el que debutó como jugador 25 años atrás. Y antes de la primera pregunta le recuerdo que en estas propias páginas, cuando me enteré que seguiría al frente del conjunto escribí: “Ya la escuadra no posee la fuerza de sus años de glorias y tendrá que dosificar con acierto los elementos débiles y fuertes para volver a incluirse entre los finalistas de la pelota cubana.”
— Claro que este conjunto no es el mismo de aquel que ganó la primera corona ante Industriales, pero tampoco los rivales son los mismos. Lo que si te puedo afirmar que es mejor al del pasado año por dos motivos esenciales: los peloteros consagrados llegarán en mejor forma deportiva y los jóvenes llegan con un poco más de madurez.
Pero el área de jardineros, desde el punto de vista de la defensa, debe continuar siendo el punto neurálgico.
— No te diré que de la noche a la mañana resolvimos este problema, pero ahora tendremos a Ariel Benavides en el jardín central que cubre mucho terreno hacia ambos lados, pero, además, se ha trabajado mucho con los jardineros y ahora contaremos con jugadores que poseen buenos brazos que pueden salir a la defensa con marcadores favorables.
— No se ve fácil confeccionar una alineación regular…
— Aún falta algunas precisiones para tomar una decisión definitiva, pero lo que si te adelanto que tendremos más banco y que esto no solo nos ayudará a resolver un problema táctico dentro de un juego, sino que será también un incentivo para que los establecidos traten de hacerlo bien, conocedores de que tienen talento los que esperan por una oportunidad.
— ¿Y qué tal el pitcheo?
— Tendremos un cuerpo de serpentineros con juventud y experiencia. Nos entra Maikel Folch, que se ve en forma; Yander Guevara, con un año más después de su operación ahora debe rendir más y sumemos todo lo que significa contar con Vladimir y Duquesne. Lo otro es que vienen varios lanzadores del torneo sub 23 con buenas perspectivas como son los casos de Ariel Díaz, Yunser Corrales, Ariel Ricardo, José Diego y Fernando Betanzos, este último puede ayudar mucho a Liomil González como cerrador.
— ¿Tendrán descanso los integrantes del equipo Cuba en esta primera part?
— Con Raulito habrá que conversar pues en verdad ha tenido un año de mucho trabajo deportivo. Él se merece un descanso. En el caso de Vladimir, por las funciones que cumplió como relevista, no tuvo que intervenir con frecuencia, llega en perfecto estado físico y ahora está en un peso ideal.
— ¿Puedo entonces desde ya afirmar que Ciego de Ávila ganará el derecho de estar esta vez entre los seis equipos en la segunda ronda…?
— Los Tigres, por su tradición y porque aún tienen calidad en sus filas, no pueden asistir a esta competencia solo con ese propósito. Podemos ir por más. Los peloteros lo saben. La afición lo sabe. Nuestra tarea es hacer que dentro de la competencia eso se confirme.