Por: Sigfredo Barros Segrera
El estadio del Cerro repleto de punta a punta. Era el domingo 20 de febrero de 1949 y cuatro equipos alineaban en la grama. Discurso de apertura y lanzamiento de la primera bola a cargo de George Trautman, en aquel entonces presidente de la Asociación Nacional de Ligas Profesionales de Béisbol.
Festiva, como era de esperar fue la jornada inaugural de la I Serie del Caribe, una justa que reunía a los cuatro elencos titulares de sus respectivos campeonatos en Puerto Rico, Venezuela, Panamá y Cuba, pues aún México y República Dominicana no pertenecían a la Confederación del Caribe. Era buscar al campeón de los campeones del área.
Se jugó sistemáticamente durante 12 años hasta verse interrumpida en 1960. En ese período Cuba demostró el porqué la Liga Cubana Profesional de Béisbol era considerada la más fuerte de todas. Vamos a echar una mirada retrospectiva a esos conjuntos y a sus participantes cuando está a punto de comenzar la edición número 61 de la Serie.
ALMENDARES
Fundado en 1878 con el objetivo de participar en el primer campeonato organizado, el Almendares tuvo su primera sede en la barriada de Tulipán. Le cupo el honor a los Alacranes almendaristas de ser los primeros en jugar en una Serie del Caribe y ganarla en calidad de invictos, luego de triunfos ante Cervecería Caracas (VEN) por paliza de 16-1 y luego 6-3; 8-5 y 11-4 a los Indios de Mayagüez (PUR), 4-0 y 5-2 al Spur Cola (PAN), para un total de 50 carreras anotadas y 15 permitidas, bajo la dirección de Fermín Guerra.
En el equipo azul militaban estrellas como el zurdo Agapito Mayor, cuyas tres victorias constituyen un récord todavía vigente, y Conrado Marrero, ganador de más de 300 juegos en su carrera, que incluyó 39 en las Grandes Ligas.
Entre los hombres de posición sobresalieron los receptores Andrés Fleitas y Gilberto «El Chino» Valdivia, los jugadores de cuadro Willy Miranda, Héctor Rodríguez, Avelino Cañizares, el camarero Granny Hammer y el inicialista Chuck Connors y un trío de jardineros formado por el integrante del Salón de la Fama Monte Irvin, Sam Jethroe y Al Gionfrido, quien fuera líder de los bateadores (533), anotadas (8) y dobletes (3, empatado con Connors), mientras Irvin fue el mejor en jonrones (2) y remolques (11).
Diez años después, Almendares volvió a triunfar, esta vez con Clemente «Sungo» Carreras como piloto y una pléyade de excelentes peloteros, como los jardineros matanceros Edmundo Amorós y Ángel Scull, junto al intermedista Tony Taylor, el inicialista «Rocky» Nelson y un quinteto de lanzadores encabezados por Miguel Cuellar, ganador del premio Cy Young en 1969, junto a Camilo Pascual, Art Fowler, Orlando Peña y Tom LaSorda, todos serpentineros de Grandes Ligas.
HABANA
Fue el más ganador de los «cuatro grandes» de la pelota invernal cubana, con 30 campeonatos por 25 el Almendares. Pero en este periodo de 12 años los Leones solo pudieron imponerse en uno, el de 1952.
Bajo el mando de una figura emblemática del béisbol cubano, Miguel Ángel González, los habanistas contaron con la ofensiva de Edmundo Amorós (el hombre de la famosa atrapada en la Serie Mundial de 1955 sobre un batazo de Yogi Berra), líder de los bateadores con average de 450 y también de jits (9) y anotadas, además de contar con Pedro Formental y los norteamericanos Johny «La Araña» Jorgensen, Bert Haas y Lou Klein.
En el pitcheo las palmas para el refuerzo norteño formado por Thomas Fine, autor del único cero jit, cero carrera de la etapa, junto a Rogelio «Limonar» Martínez y Julio «Joquí» Moreno. El Habana ganó cinco partidos y empató uno con Puerto Rico.
CIENFUEGOS
Los Elefantes de Cienfuegos barritaron por primera vez en el año 1926, dirigidos por el patriota y exjugador Agustín «Tinti» Molina, amigo de José Martí. Su primera incursión a la Serie del Caribe fue en el año 1956, bajo la dirección de Oscar Rodríguez, y dependiendo de dos mon-ticulistas estelares: Camilo Pascual y Pedro Ramos. Entre ambos ganaron cuatro desafíos, Pascual completó sus dos triunfos y fue también puntero en ponches propinados, con 13, mientras otro cubano, René «Látigo» Gutiérrez, promedió 0,00 de carreras limpias.
En el terreno alinearon jugadores de la talla de Rafael «Son» Noble (el apodo le viene de su padre jamaicano), seleccionado el receptor Todos Estrellas, al quedar líder de los bateadores con 500 de promedio, así como también el torpedero Humberto Fernández y los norteamericanos Curt Roberts (líder en jits, 9), Bob Boyd y Archie Wilson, junto a los cubanos Sandalio Consuegra (lanzador), Ultus Álvarez, Juan Vistuer y Pedro Cardenal, estos últimos jardineros.
Cuatro años más tarde, en 1960, les tocó a los Elefantes cerrar la primera parte de la Serie del Caribe con un equipo dirigido por Antonio Castaño, ganador de los seis juegos calendariados ante sus rivales del Marlboro (Panamá), Caguas-Guayana (Puerto Rico) y Occidente (Venezuela). Estos seis éxitos, unidos a los cinco con un fracaso de cuatro años atrás, les dio a los cienfuegueros el primer lugar por average en toda la historia de la Serie, un astronómico 917, con un revés en 12 salidas.
MARIANAO
Apareció en el firmamento beisbolero cubano en 1923, representando a la villa de Marianao. Su principal gestor fue un pelotero con amplio palmarés, Baldomero «Merito» Acosta, quien unía a sus dotes de buen jugador el hecho de ser el hijo del alcalde de esa localidad. Pero no fue sino hasta 1949 que adoptaron el color anaranjado y el tigre como mascota.
Los Tigres marianenses se alzaron con la corona en la contienda de 1957, efectuada en La Habana, derrotando a los equipos Balboa (Panamá), Caracas (Venezuela) y Mayagüez (Puerto Rico). El director del plantel, Napoleón Reyes, tuvo la suerte de contar con un cuerpo de lanzadores encabezado por el miembro del Salón de la Fama Jim Bunning, autor de un juego perfecto el 31 de junio de 1964 y uno de cero jit, cero carreras, el 20 de julio de 1958.
Junto a Bunning se encontraban también Mike Fornieles, Conrado Marrero, Vicente López y Enrique Maroto, entre otros, mientras su principal estrella era Orestes Miñoso junto a Solly Drake, quien fuera líder de bateo (500), anotadas (9), jits (10) y robadas (4), en tanto Miñoso lideraba las impulsadas (11) junto a su compañero de equipo, el receptor Hal Smith. Al año siguiente los felinos volvieron a las andadas y ganaron de nuevo con un conjunto similar, balance de 4 y 2, y un puesto en el Todos Estrellas para Miñoso, por segundo año consecutivo.
Para resumir, solo un detalle: cuando en 1960 Cuba dejó de asistir al evento, pasaron diez años antes de volver a la vida la Serie del Caribe, por la imposibilidad de sustituir a Cuba, cuyas estrellas demostraron con creces la fuerza y la calidad de la pelota cubana, poseedora de varios récords, uno de ellos el de Lorenzo «Chiquitín» Cabera, cuyo promedio ofensivo de 619 (13 jits en 21 turnos al bate) aún permanece vigente.
EQUIPOS PRIMERA ETAPA
Serie Nacional
Equipo G P AVE.
CFG 11 1 .917
MNO 9 3 .750
HAB 12 5 .706
ALM 19 11 .633
TOT 51 20 .718
Grandes Ligas
Año Nombre Posición
1949 Agapito Mayor (ALM-CUB) OF
1950 Joe Fuminelli (PAN) 3B
1951 Luis Rod. Olmo (PUR) OF
1952 Thomas Fine (HAB-CUB) P
1953 Willard Brown (PUR) OF
1954 Jim Rivera (PUR) OF
1955 Don Zimmer (PUR) C
1956 Rafael Noble (CFG-CUB) C
1957 Solly Drake (MNO-CUB) OF
1958 Earl Battey (VEN) C
1959 Norman Cash (VEN) 1B
1960 Tommy Davis (VEN) OF