Por Manolo Hernández Douen
Uno viene de la Perla de las Antillas y se adapta a las costumbres de la Tierra del Tío Sam. El otro tiene sangre cubana en sus venas, por el legado de padre y madre. A los dos les une otro detalle firme: disponen de un talento enorme que les pudiera permitir brillar por muchos años en la Gran Carpa.
Por supuesto, son los guardabosques Jorge Soler y Alberto Almora Jr., que a lo mejor no son tan famosos ahora como otras piezas clave de los Cachorros de Chicago, pero con el tiempo pudieran ser factores gigantescos de dicha organización.
«Jorge ha sido frenado por un par de lesiones y nos costó trabajo ajustarlo a la actual postemporada», informó el dirigente de los campeones de la Liga Nacional, Joe Maddon. «Ustedes lo vieron la otra noche [Juego 2 de la Serie Mundial]. No pegó hits [recibió un boleto], pero se notó la fuerza en su swing. Cuando está en su momento puede ser un pelotero impacto».
Firmado por los Cachorros en el 2012 bajo un contrato que pudiera unirlo a esa organización hasta fines del 2020, Soler, de apenas 24 años de edad, debutó en la cumbre del diamante en el 2014 y ha demostrado que cuando está en salud es un hueso duro de roer hasta para los mejores lanzadores.
En el 2016, por ejemplo, el nativo de La Habana pegó 12 jonrones en apenas 227 turnos, ganándose la confianza de Maddon como para ser incluído por los oseznos en el roster de postemporada en cada una de las fases de las dos campañas más recientes, incluyendo ahora en la Serie Mundial.
«No es apenas un tonto que llega al plato a tirarle la bola», especificó Maddon. «Trabaja al pitcher y lo obliga a darle algo bueno para conectar. Su capacidad para batear y de paso con poder están muy por encima del promedio. Todavía trabajamos con su defensa, pero ha venido mejorando.
«Jorge tiene un elevado talento para las Grandes Ligas y lo que necesita es una oportunidad», describió Maddon. «Necesitamos que se mantenga más tiempo en el terreno».
A primera vista, Almora Jr., de solamente 22 años de edad y nativo de Hialeah, Florida, es un jardinero central nato, pero cuenta con la habilidad para defender con solvencia los tres bosques. Debutó en las mayores en el 2016, al batear .277 en 112 juegos.
«Creo que Albert va a sorprender a mucha gente», catalogó Maddon. «Subió con la reputación de que hacía bastantes swings, ponía muchas pelotas en juego, pero no trabajaba realmente con sus turnos. Pero ha mejorado con eso.
«El otro aspecto es su poder, que va a ser mucho más contundente de lo que la gente se imagina», pronosticó Maddon. «Este muchacho va a ser realmente fuerte. Aprende ahora a elevar la bola. Por supuesto, es un jardinero sobresaliente. Paciencia, hay que tenerle paciencia, porque es muy joven».
Un aspecto de Almora Jr. que le encanta a Maddon no tiene que ver con lo que se nota a simple vista desde las tribunas, sino en el temple de acero con el cual se desenvuelve en el diamante.
«No le tiene miedo a nada», subrayó el manejador de los Cubs. «Y me gustan los peloteros que juegan sin temor. Cuando un tipo tiene ésto, puede hilvanar una buena carrera en las Grandes Ligas. Y la va a lograr. Dénle a este chico un par de años. Va a ser un beisbolista destacado».
Independientemente del talento natural descrito por Maddon, las dos jóvenes promesas que se van convirtiendo a paso firme en realidades cuentan con la personalidad para adaptarse al estilo del Club House de los Cachorros, donde no parecen existir las rencillas personales que en otros equipos suelen interferir en el bienestar del colectivo.
«Considero que soy mejor bateador que fildeador», abrevió Soler, que se caracteriza por utilizar frases cortas para expresarse. «Creo que [de estar saludable] puedo dar muchos jonrones por temporada.
«Vamos a darlo todo por ganar la Serie Mundial», puntualizó el guardabosque con experiencia internacional con selecciones cubanas. «Tenemos ciento y pico de años sin ganar. Sería algo maravilloso que pudiéramos ganar el campeonato ahora».
Para Almora Jr. es un honor ser parte de un equipo tan joven que fue capaz dse colocar seis peloteros menores a los 25 años en una alineación ganadora de la Serie Mundial [en el Juego 2 en Cleveland] , algo que nunca había ocurrido.
«Ver a mis compañeros jugar fue algo bien especial, es algo que voy a poderle contar a mis hijos y mis nietos», definió Almora Jr., cuyas herramientas naturales se han puesto de manifesto en el hecho de fue seleccionado por los Cubs en la primera ronda -sexto en total- del Draft del 2012.
«Eso dice mucho del talento que hay en este equipo», concluyó el joven de ascendencia antillana. «Y lo más importante es que todos, veteranos y novatos, nos mezclamos como una familia».