Aunque en realidad para los cubanos es importante el desarrollo de la Serie Nacional, resulta prácticamente inaudito que el Noticiero Nacional Deportivo, que sí dedica espacios internacionales sobre todo para referirse al tenis y AL FÚTBOL (sí, con mayúsculas), no haya dicho nada respecto a los Play Off de la Major League Baseball, sobre todo cuando esta última se encuentra envuelta en la postemporada, y que ha tenido partidos con desenlaces espectaculares, como el de Wild Card de la Liga Americana, que muchos nos sorprendimos de ver en el programa Béisbol Internacional el pasado domingo.
Es evidente que por mucho que se quiera ocultar, el deshielo o la voluntad de hacer avanzar al mismo no ha llegado aún a la pelota, donde sigue pareciendo pecado dar noticias de los resultados de la Gran Carpa en las noticias habituales de la televisión cubana. Pareciera la razones son hacer como si la MLB no existiera o evitar las glamorosas y coloridas imágenes de los desafíos que se transmiten en el Show fuesen a hacer que nuestros peloteros se sientan motivados a abandonar el país, como si las condiciones actuales de juego en la Serie Nacional y el trato que reciben de los directivos del béisbol en el país no fuesen combustible suficiente para las lanchas rápidas o las “escapadas” cuando se hallan de gira en el exterior.
Lo peor de todo es que se trata al fútbol y al FC Barcelona como si fuesen nuestro deporte y equipo nacional y parte de nuestra identidad, cuando en realidad el que sí es todo eso, pero además parte de la historia de la nación y más que nada patrimonio intangible de la misma, es el béisbol. Y no se trata de privar ahora del fútbol a generaciones de cubanos que se han enamorado del deporte de las multitudes, pues eso provocaría sin lugar a dudas un rechazo más creciente al béisbol, sino que la competencia por la preferencia popular se haga en igualdad de condiciones. La realidad es que los cubanos no hemos visto en la televisión nacional ni un solo lanzamiento de Grandes Ligas en vivo, sin censura y narrado por los que de verdad saben de ese béisbol, porque cuando se trata de la Gran Carpa, no es suficiente conocer de pelota.
Cuando comenzó el programa Gol, las narraciones de las que se disfrutaba eran las de Luis Omar Tapia, Mario Kempes o Diego Balado, y precisamente con ellos aprendieron no solo los espectadores, sino los narradores más avezados de este deporte en la Isla. En el caso del béisbol, desde el principio, se ha privado a la afición de escuchar constantemente a un “monstruo” como Ernesto Jerez sentar cátedra como narrador de béisbol, con la pronunciación refinadísima de los nombres de peloteros que no son latinos (OJO: Jerez habla el inglés como un nativo) y con sus ingeniosas frases como haciendo rimar los apellidos de los jugadores con elementos del juego mismo, más su genial forma de narrar el jonrón: “A lo profundoooo, y nooo, no, no, no, no, noooo, ¡díganle que no a esa pelota!”, tan conocida entre los cubanos que saben algo de béisbol.
La principal muestra de hipocresía parte precisamente del hecho de que las mismas personas que pretenden que no veamos los juegos de béisbol de grandes ligas en vivo en la televisión sí tienen el privilegio de hacerlo, algo que por supuesto aprovechan con creces, porque la calidad nadie puede negarla, y a todo el que le guste el béisbol le encantan las grandes ligas porque son el mejor béisbol que existe, y el hecho de que nos hayamos despertado del sueño casi eterno de que éramos el número uno lo confirma más aún. Y resulta triste que uno de los nuestros, José Fernández, haya muerto de manera trágica sin que nosotros acá en Cuba, su país, el país donde aún tiene familia, admiradores y amigos que sufrieron y aún sufren, hayamos hecho un silencio casi total respecto a su deceso y todo lo que este provocó en la organización de los Miami Marlins y en las grandes ligas en general. La tristeza o la vergüenza se multiplican cuando recordamos que hace poco menos de cuatro años la pizarra gigante del AT&T Park de San Francisco mostró una imagen de Yadier Pedroso, quien había formado parte del equipo Cuba al evento y había muerto también prematuramente en un accidente automovilístico luego de que el conjunto fuese eliminado y hubiese regresado a la isla. Tuvimos la oportunidad de mostrar clase y ni siquiera con un norteamericano, sino con un cubano nacido en Cuba, y no lo hicimos.
Claro, que esto tampoco puede escandalizarnos, pues en el partido entre Cuba y los Tampa Bay Rays celebrado en el Estadio Latinoamericano, cuando se anunciaron los dos peloteros que iban a lanzar la primera bola, se habló de “Nuestro gran Pedro Luis Lazo” y “Luis Tiant” a secas… ¿acaso Luis Tiant no es también “gran” y “nuestro”?
Resulta también doloroso que otro pelotero nacido en esta isla, como Aroldis Champan, haya salvado los tres encuentros que ganaron sus Chicago Cubs en la Serie Divisional de la Liga Nacional, y que haya realizado un cierre formidable en el último de ellos, y que también se haya hecho caso omiso en los medios nacionales. Sin exagerar, desde que veo el Noticiero Nacional Deportivo hace más de veinte años no he visto veinte noticias sobre la MLB, y casi todas han sido malas o ligadas con cosas negativas: las que recuerdo son el retorno del béisbol a las mayores en 1995 luego de la huelga del año anterior, algunos comentarios con el dopaje, etcétera. Pero de manera habitual la gente se entera de quién ganó la Serie Mundial a los dos o tres días, aunque sí saben hasta el nombre de la mascota del último jugador de cambio del Barça o el Madrid, y además ven esos “Derbys” en vivo y en directo, por la televisión cubana. El NND hace énfasis en las contrataciones en la Liga Española, la Premier League inglesa o la Bundesliga, que incluyen detalles sobre los canjes, los millones e incluso los escándalos… o sea, que cuando se trata del fútbol, el profesionalismo no es malo, y no existe el “fútbol esclavo”.
Lo mismo sucede con la historia del béisbol cubano, un tema tan llevado y traído pero que al final es manejado de manera ruin y oportunista, cuando un grupo de personas pretende eliminar de la historia del béisbol a peloteros tan grandes como Antonio Pacheco porque pese a haber echado TODA su carrera como atleta con los equipos de Santiago de Cuba, Serranos, Orientales y Cuba, decidió vivir en otro lado. Ese grupo de personas que lo despojaron de su merecido puesto como miembro del Salón de la Fama del Béisbol Cubano, pero que se vanaglorian de las victorias del béisbol cubano internacionalmente, en eventos en los que fueron protagonistas Pacheco y otros “desertores” como Lázaro Vargas, Orlando “El Duque” Hernández, José Ariel Contreras, Maels Rodríguez o el más reciente de todos Yulieski Gurriel. Esas personas, más que nada, no son sinceros consigo mismos, porque nadie con dos dedos de frente puede negar que Pacheco se encuentra entre los diez mejores peloteros que han pasado por las Series Nacionales, y resulta ridículo que luego de dos votaciones al primero refundado y ahora nuevamente moribundo Salón de la Fama[i] no aparezca entre los inmortales. Con lo único que son sinceros es con su intención manifiesta de mantener sus puestos como directivos por medio de la conservación de un status quo que se antoja como mínimo insostenible. Para que aprendan la lección, Martín Dihigo se fue de Cuba luego del golpe de estado de Fulgencio Batista en 1952, regresó con la Revolución de 1959 (algunas fuentes reportan incluso que brindó ayuda financiera a la expedición del Yate Granma) y murió en Cruces; sin embargo, nada de esto detuvo al Comité de las Ligas Negras para exaltarlo a Cooperstown en 1977 —eso sin contar que también han sido exaltados otros tres cubanos: Tony Pérez, Cristóbal Torriente y José de la Caridad Méndez[ii]… touché.
Eliminar de la historia a los peloteros que se van del país es un disparate arcaico, infantil y draconiano: el índice de permanencia de los jugadores en Cuba es cada vez más bajo, y ya ni siquiera los contratos en Japón —no muy lucrativos, pero por mucho una mejor opción competitiva y económica que quedarse jugando en la SNB— sirven de ancla para evitar que zarpen. Las recientes deserciones de José Adolis García y Héctor Manuel Mendoza luego de incursiones no muy felices en los Yomiuri Giants de la Liga Profesional Japonesa (NPB) dan fe de ello. Al final, no han sido las cuestiones políticas y sí las económicas y sobre todo las administrativas las que han llevado a muchos atletas y ex atletas a buscar otros rumbos… y puede ser esa precisamente la razón por la que prevalece tanto resentimiento: esas fugas ponen en evidencia a una gestión del béisbol cubano que, a pesar de haber sido la que en peor situación coyuntural ha tenido que trabajar, ha sido sin dudas la más ineficiente de todas. El resentimiento contra Pacheco es tan grande que a muchas personas dentro y fuera del béisbol se les antoja más personal que de otra índole… pero si el Capitán de Capitanes hubiese al menos sido honesto respecto a lo que sucedió en el partido decisivo de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 cuando dio sus declaraciones luego de la derrota, tal vez tendría hoy muchos más admiradores.
La muestra más evidente del desastre la constituye sin dudas el equipo de Matanzas, que estuvo a punto de terminar la primera fase invicto, con balance de 42-3 y promedio de .933. Revisen por allí, ningún equipo de béisbol en ninguna liga tiene un promedio de ganados y perdidos tan elevado como ese, al punto de terminar prácticamente invicto. Tanta es la ventaja de los Cocodrilos, que aun perdiendo 1-2 todas las sub-series de la segunda ronda (algo que no sucederá), es muy difícil que Ciego de Ávila, su más cercano perseguidor, les dé alcance. Pese a la excelente preparación y la increíble forma que ha mostrado el cuadro yumurino no solo en esta temporada, sino en todas desde que “el Loco” Víctor Mesa asumió las riendas del conjunto, su superioridad no puede ser tanta, a menos que como todos saben la pelota cubana esté pasando tal vez por su momento más crítico desde la llegada de las Series Nacionales. Parafraseando a Peter C. Bjarkman, la “muerte del béisbol cubano como lo conocemos”[iii] es inminente, y lo más frustrante de todo es que son precisamente quienes deben velar por su integridad los que están guiándolo hacia el abismo: la presunta corrupción o ineficacia de los poderes del béisbol cubano anda en vox populi… como si nada.
Donde el asunto se torna verdaderamente espeluznante y tiene matices de película de horror es precisamente en el hecho de que si se realiza una encuesta hoy mismo entre las personas que de verdad conocen y aman el béisbol, más del 90% votaría porque sí se vieran los partidos de las Mayores en vivo, por televisión y con la presencia de cubanos, con el mismo bombo y platillo que se le da a los partidos de fútbol. Aún no entendemos cómo si el trabajo de esas personas es servir precisamente a los espectadores se burlan de ellos diariamente con su proceder.
Me siento cómplice de todo ello: por razones más que ajenas a mi voluntad (y más relacionadas con el cada vez más reducido y molesto tiempo de conexión a Internet) no he podido ofrecer ni detalles ni mi opinión sobre cómo marcha la MLB 2016 Postseason, y mi último post data del día que siguió a la fatídica muerte de Fernández. Con muy buena voluntad y razones más que acertadas y lógicas, un amigo forista (cuyo nombre me reservaré) me sugirió que cerrara este espacio, de manera elegante, y pusiera fin a Universo Béisbol, pero prefiero realmente perder seguidores, posicionamiento, e incluso el bien ganado puesto en el Top 100 (en 2015 UB estuvo en el segundo puesto en el ranking anual) de los Blogs MLB, y aparecer como hoy, de manera esporádica y casi por casualidad, tratando de luchar por el bien del béisbol cubano y mundial. Al final, Universo Béisbol se ha mantenido a flote gracias a los que critican, elogian, debaten, comentan en los comentarios… al final, cada post se convierte en un pie forzado para que otros (ustedes) hagan el verdadero trabajo.
[i] El proyecto de rescatar el Salón de la Fama del Béisbol Cubano se tambaleó y se derrumbó una vez que los procederes de algunos directivos autócratas del béisbol cubano vetaron la selección de Antonio Pacheco, hecho que provocó la renuncia como votantes de Ismael Sené, Oscar Fernández, Yasel Porto, Félix Julio Alfonso, Leonardo Padura, Sigfredo Barros, Jesús Suárez Valmaña, Raiko Martín, René Navarro y Alfredo Santana, con declaraciones de los cuatro primeros, detallados en un artículo de Michel Contreras, publicado en el Número 4 de Jonronazo Magazine.
[ii] En los casos de Torriente y Méndez, al igual que Dihigo, nunca jugaron en las Grandes Ligas, y fueron exaltados por su accionar en las Ligas Negras.
[iii] 46 Convención de SABR en Miami (Julio de 2016): En cada una de las diferentes ocasiones en las que se dirigió al auditorio, Peter C. Bjarkman expresó que “se acerca la muerte del béisbol cubano como lo conocemos”.
1 comentario
Estoy de acuerdo con todo lo referido en el artículo y creo que el fanatismo oscurece el razonamiento y no permite pensar o actuar con claridad para aquellos que tienen que tomar decisiones en pro del beisbol como espectaculo tanto nacional como internacional.