Este sábado, el departamento de prensa de los Padres de San Diego confirmó que el cubano Yuli Gurriel optó por declararse agente libre, luego de pasar sin ser reclamado en el proceso de waivers tras haber sido designado para asignación el pasado 29 de abril.
El veterano inicialista, quien cumplirá 41 años en junio, había sido apartado del roster activo para dar paso al regreso de Luis Arráez y Jason Heyward desde la lista de lesionados. Mike Shildt, mánager del conjunto californiano, había adelantado la decisión días antes, y finalmente se oficializó el desenlace.
Gurriel firmó en febrero un contrato de un año y 1.35 millones de dólares. En su breve paso por el equipo vio acción en 14 partidos, con promedio de .111, cuatro hits, tres impulsadas y dos anotadas. Más allá de los números, el espirituano cuenta con una hoja de servicios respetable: dos anillos de Serie Mundial, un título de bateo, y más de 61 millones de dólares ganados en su carrera dentro de las Mayores.
A nivel estadístico, está a solo dos jonrones de llegar a la cifra simbólica de 100 cuadrangulares en MLB. Sin embargo, a esta altura del calendario —y con casi 41 años—, las posibilidades de que otra organización decida firmarlo no parecen altas.
Ahora, con su futuro inmediato en pausa, Yuli Gurriel tiene ante sí un escenario incierto.
Tal vez no era el cierre que muchos imaginaban. Pero el béisbol, como la vida, también se trata de entender los ciclos. Y si hay que tener disciplina para llegar temprano al estadio, también hay que tenerla para aceptar cuándo es momento de mirar hacia otro lado del diamante.
A veces el juego continúa. A veces, simplemente termina en silencio.