Las señales de alarma no paran de sucederse en cada salida de los Astros de Houston. Este jueves sonaron con más fuerza luego de sufrir una llamativa derrota por diferencia de diez carreras (3-13) ante los Reales de Kansas City, en el Kauffman Stadium.
Todo se decidió en el cierre de la misma primera entrada cuando los locales pisaron la goma nada menos que nueve veces, algo que no permitían los Astros frente a ningún equipo desde el año 2007. Buena parte de la culpa en ello corrió a cargo del abridor Hunter Brown (0-2), quien en 0.2 innings soportó once imparables, nueve carreras limpias, regaló un boleto y no propinó ponches. Literalmente fue vapuleado en la cartelera.
De los cinco relevistas que le sucedieron lo mejor llegó con el accionar de Seth Martinez, quien no permitió absolutamente nada durante los 2.1 capítulos de labor, aunque en causa totalmente perdida.
Por Kansas la victoria correspondió a Brady Singer (2-0), quien en cinco innings toleró igual cantidad de incogibles, una carrera limpia, recetó cuatro ponches y otorgó dos pasaportes gratis.
A la ofensiva la noche fue inolvidable para Bobby Witt Jr., quien se fue de 5-4, con cuatro anotadas, dos batazos de vuelta completa, cinco empujadas y una base robada. Otros que sobresalieron por Kansas resultaron Maikel García (5-2, par de anotadas y similar cantidad de remolcadas) y Vinnie Pasquantino (5-3, anotada, doble y tres impulsadas). El cubano Dairon Blanco entró como suplente en las postrimerías del duelo y se fue de 1-0.
En el bando de los derrotados la representación cubana se limitó únicamente a Yordan Álvarez, quien bateó de 3-0, con empujada, boleto y ponche. La mejor actuación ofensiva de los siderales corrió a la cuenta de Yainer Díaz, de 5-2, con un cuadrangular.
Así, los Astros se hunden en el frío sótano de la División Oeste de la Liga Americana (4-10) y este fin de semana enfrentarán el nada agradable reto de medirse nuevamente ante los líderes de esa llave y vigentes monarcas de la Serie Mundial, los Vigilantes de Texas.