POR JORGE EBRO
Melba Rosa Bacallao hace una pausa y en medio de las lágrimas le pide un favor al equipo que la está filmando: «No dejen», acierta a decir con voz entrecortada la madre de Yasmany Tomás, «que él vea esto».
Pero Tomás lo ha visto una y otra vez, el documental de la cadena Fox, «Cuba: la última frontera del béisbol» que se ha transmitido por estos días, y no puede evitar la emoción al recordar el rostro de su madre, a la cual no ve desde el 2014, cuando decidió irse en busca del sueño de las Grandes Ligas.
Y ahora Tomás está intento vivir ese sueño al máximo nivel de realidad para vivir a la altura del contrato de $68.5 millones que le ofrecieron los Diamondbacks de Arizona, cuando vieron en él la materia necesaria para triunfar.
«Esto lo hago por mí, pero también por mi madre, por mi familia que quedó en Cuba, mis hermanos, mi hijo», expresó el jardinero del equipo del desierto. «Me da mucho sentimiento verla así, pero también la alegría de saber que está pendiente de mí».
Cuando el resto del equipo contempló el documental, muchos vinieron a Tomás para que les contará más de su vida, de cómo estuvo 16 horas en el mar para poder escapar de una realidad que le impedía crecer.
La mayoría le confesaba al habanero que si ellos hubiesen tenido que sortear todos los escollos narrados en el documental, jamás habrían dado un paso para llegar a las Mayores, por muy grande que fuese la recompensa monetaria.
«Muchos peloteros dicen que a los cubanos nos dan mucho dinero, pero no saben que debemos tomar decisiones que nos pueden costar la vida», agregó el ex jugador de Industriales. «Pero cuando veo a mi mamá llorar así, eso me da más fuerzas para seguir luchando».
Esa fuerza interior es la que está llevando a Tomás a disfrutar de un comienzo muy esperanzador, que supera las proyecciones de la temporada pasada, cuando era apenas un recién llegado a la gran carpa.
Todavía la muestra es pequeña, pero en 24 juegos Tomás acumula cinco cuadrangulares y su OPS es 160 puntos – .867- por encima al logrado en el 2015, cuando en 118 encuentros apenas sacó nueve pelotas del parque.
Lo mejor es la disciplina que está mostrando en el plato al acumular ocho bases por bolas cuando en la temporada previa solo fue caminado en 17 oportunidades, además de disminuir notablemente la cantidad de swines fuera de la zona de strike, lo cual ha incrementado sus porcentajes de embasamiento y slugging.
«El año pasado todo era demasiado nuevo para mí, por eso no hay nada como la experiencia y el deseo de mejorar», apuntó Tomás. «Ahora me siento más cómodo, incluso en los jardines. Creo que este 2016 será superior en todo sentido».
Tomás siempre ha sido un abanderado de formar parte de un posible equipo unificado y prefiere no hacer mucho caso de las recientes declaraciones del presidente del Instituto Cubano de Deportes, Antonio Becali, quien cerró de un portazo la posibilidad que los jugadores de Grandes Ligas asistan por la isla al Clásico Mundial del 2017.
«Sé que las Mayores están trabajando fuerte para que podamos ir, pero eso es cosa de política en la cual el gobierno cubano no ha cedido», indicó Tomás. «Muchos de aquí y allá quieren vernos jugar juntos. Cuando se pueda, me gustaría representar a mi país».