Por David Venn
LOS ANGELES – Cuando Yasiel Puig conectó un sencillo en el sexto inning para producir la tercera carrera de los Dodgers en su victoria del miércoles sobre los Cerveceros en el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, el cubano miró al dugout de Los Angeles y animó a sus compañeros de equipo aun antes de acelerar de verdad hacia la primera almohadilla.
Es esa clase de chispa que ha exhibido Puig desde que subió a las Grandes Ligas en el 2013 con todo el talento del mundo. Pero, como todos saben, ha habido tropezones en el camino, desde malas decisiones con tiros al corte, intentos de robo mal fundamentados, problemas de disciplina en la caja de bateo y hasta asignaciones de liga menor.
Pese a todo lo que ha pasado en la carrera de seis años de Puig con los Dodgers, el jardinero ha mantenido esa alta energía que ayuda a motorizar al equipo-como vimos el miércoles.
“La agresividad que traigo yo al equipo es muy importante”, dijo Puig, cuyos Dodgers se encuentran a una victoria de alcanzar su segunda Serie Mundial seguida al estar arriba 3-2 en la SCLN con su triunfo por 5-2 sobre Milwaukee el miércoles. “A todos mis compañeros les gusta esa agresividad y a mí también. Cuando juego así, agresivo, hago mejor trabajo en el campo”.
La condición de superestrella que se le pronosticó a Puig hace varios años no ha llegado. El oriundo de Cienfuegos no juega todos los días, siendo sentado contra zurdos por su pobre bateo ante ellos. Puig nunca ha alcanzado los 30 jonrones ni las 80 empujadas en una temporada, ni ha igualado el OPS de .925 que tuvo en su temporada de novato. Pero a sus 27 años, algo que no parece cerca de cambiarse es su estilo enérgico en el terreno, en el dugout y en el clubhouse.
“Es algo grande. Tiene todas las herramientas del mundo”, dijo antes de esta serie el torpedero de los Dodgers, Manny Machado, quien lleva poco más de tres meses jugando con Puig en Los Angeles. “Y definitivamente, trae energía al equipo todos los días. Cada vez que pisa el terreno, nos da esa energía”.
A través de los años, dicha energía ha tenido que ser controlada en ocasiones por la directiva de los Dodgers. En el 2016, la primera campaña de Dave Roberts como manager de Los Angeles, Puig fue enviado a Triple-A tras varias semanas de bajo rendimiento y rumores de cambio. El cubano volvió y se puso en mejor forma, registrando OPS de .833 y .820 en el 2017 y el 2018, respectivamente.
“Es un balance. Yasiel es diferente en su personalidad”, dijo Roberts. “No puedo obligarlo a ser como Justin Turner o Chase Utley, pero sí puedo procurar que esté preparado y responsable de sus acciones con sus compañeros. Hemos tenido algunas conversaciones difíciles, pero sí creo que él confía en que tengo en cuenta su mejor interés y el del equipo.
“Hay veces en las que no está contento conmigo, pero todo es por el mejor interés de él”.
El miércoles, Puig no inició el partido siendo Wade Miley el abridor anunciado por los Cerveceros-con todo y que el zurdo se enfrentó a un solo bateador-pero el guardabosque aportó en grande desde que entró al juego en la sexta entrada al irse de 2-2 con su impulsada que aumentó a 3-1 la ventaja de los Dodgers.
Es posible que haya más tropezones en el camino, incluyendo en esta misma postemporada. Pero la energía jamás desaparecerá.
“Cuando estoy con la cabeza arriba y emocionado, me salen las cosas mucho mejor”, afirmó Puig. “Entonces, todo el equipo está haciendo lo mismo, pensando positivo, que nada está perdido. Estábamos abajo (contra Milwaukee en la serie), pero ahora estamos arriba”.