Por Jorge Ebro
La historia de Lázaro Hernández es de idas y venidas. Llegó a República Dominicana en el 2015 y luego se dio cuenta de que no era su momento para intentar el asalto a las Grandes Ligas, por eso no tuvo ningún miedo en retornar a Artemisa.
Durante dos años se mantuvo esperando el momento de contar con sus herramientas listas, esas que ahora le permiten realizar demostraciones ante los scouts y los ejecutivos de los clubes.
Considerado uno de los mejores antesalistas de Cuba, Hernández, de 26 años, pudiera firmar un contrato antes de que finalice abril, esta vez para buscar un viaje definitivo a la mejor pelota del mundo.
Todavía hueles al showcase del lunes.
“Agradecido con Dios por haber dado este paso, orgulloso de que las cosas salieron bien y de que puedo estar aquí para mostrar mi talento para todo los evaluadores de las Grandes Ligas’’.
Fuista a Dominicana, regresaste a Cuba, luego de vuelta a Dominicana…
“Fue un poco complicado. Salí de Cuba en el 2015 y regresé a mi país. Regresé porque las cosas no me estaban saliendo bien. No tenía la edad y las Series para ser agente libre sin restricciones. Tenía solo 21 años y cuatro Series’’.
¿Y fuiste a buscar ese tiempo y el juego en Cuba?
“Sí, jugué dos Series Nacionales, pero en Dominicana estoy casado, tengo un hijo. Regresé a verlos y ya entonces tenía los requisitos para presentarme ante los scouts, algo que he hecho ahora en Miami’’.
¿Te recibieron bien en tu regreso a casa?
“Sí, en Artemisa me abrieron las puertas, me recibieron con los brazos abiertos. La pelota cubana tiene nivel, lo único malo es que como se me había vencido el carnet de identidad no pude integrar la selección nacional’’.
¿Cómo te veía el fanático cubano?
“Mucha gente dijo que no había firmado porque no tenía calidad y comentaban otras cosas, pero mucha no gente no sabe cómo es el proceso. El tema de las restricciones, de la agencia libre. La gente piensa que es llegar y firmar, y no es asi’’.
¿Qué te decía que debias volver a Dominicana?
“No hay mejor entrenador que uno mismo, yo sabía que podía. Nunca perdí el sueño. Por eso en el showcase quería mostrar mi calidad, mi talento, mi cambio como pelotero. En mi primer viaje era un niño flaco’’.
¿Qué diferencia hay entre aquel chico del 2015 y el de ahora?
“Mucha, del cielo a la tierra. En Cuba tuve experiencia, pero todo lo que viví después, los tiempos en República Dominicana, todo eso me convirtió en un pelotero más completo, más consciente de lo que puedo lograr’’
.Me dicen que otra diferencia es el incremento del poder.
“Es que hemos trabajado mucho en el gimnasio, con la mecánica de bateo, lo que me ayuda a tener una mejor fuerza al bate. Los métodos de entrenamiento ayudan mucho’’.
¿Son muy distintos esos entrenamientos en Cuba y fuera?
“En Cuba nos preparámos para jugar, no para desarrollar herramientas. Aquí uno práctica, adquiere más masa muscular, corre más rápido. En Cuba se juega un torneo tras otro, no da tiempo al desarrollo. Digo que el pelotero cubano se retira de la pelota sin desarrollar su potencial, sin descubrir todo lo que puede hacer’’.
¿Cómo así?
“Yo mismo hago cosas ahora que nunca pensé que podría hacer. Hay que cambiar la mentalidad. Si se hacen las cosas como se hacen en otros países, veremos una mejoría individual en los peloteros cubanos’’.
¿En qué momento dijiste que querías jugar Grandes Ligas?
“Algunos que jugaron conmigo en un equipo juvenil que fue al mundial de Canadá 2010 luego firmaron profesional como Jorge Carlos Soler, Lourdes Gurriel Jr., Andy Ibáñez. Si ellos lo hicieron, pues uno también cree que puede hacerlo. El sueño de todo pelotero es jugar aquí’’.
¿Imagínas el día de tu debut en las Mayores?
“Será inolvidable, porque es algo mucha gente quiere alcanzar y muchos quedan en el camino. Me acordaré de toda la gente que me ayudó en los momentos difíciles’’.