Autor: Sigfredo Barros Segrera
Noche del 8 febrero de 1961, con mucho frío en el estadio del Cerro (hoy Latinoamericano). Poco público en la instalación. Nadie lo sabe en esos momentos, pero se está jugando un partido entre Cienfuegos y Almendares, con Pedro Ramos y Orlando Peña en los respectivos montículos, que resultaría el último de la Liga Profesional Cubana de Béisbol.
Fundada el 29 de diciembre de 1878, la Liga permaneció durante 83 años siendo la más fuerte de todo el Caribe, con más de 80 miembros del Salón de la Fama de Cooperstown que jugaron en nuestro país –desde Martín Dihígo y José de la Caridad Méndez hasta Satchel Paige y Joshua Gibson–, y 87 peloteros cubanos demostrando su talento en las Grandes Ligas.
En 1962, mediante la resolución 83-a del Inder, quedó abolida la práctica del béisbol profesional en toda la Isla y, de hecho, la Liga dejó de existir. Surge así, en febrero del propio año, la Serie Nacional de Béisbol.
TÍMIDOS INICIOS
Como era de suponer, la primera estructura de la Serie copiaba la anterior de la Liga, es decir, un número reducido de equipos, cuatro en total, la misma cantidad de su predecesora, y pocos partidos, 27 en el inicio, los cuales fueron aumentando año tras año al crecer la popularidad del torneo y ganando en masividad hasta llegar a 39.
Aprovecho la oportunidad para rendir homenaje a esos peloteros que, casi desconocidos, llegaron para reemplazar a los Miñoso, Pascual, Ramos, Taylor y muchos más consiguiendo llenar los estadios. Ellos, los Cuevas, Alarcón, Hurtado, Aquino Abreu, Blandino y Díaz de Quesada, entre muchos otros, entregados en cuerpo y alma al béisbol, luchando out por out, juego por juego, se ganaron el respeto de la afición y popularizaron aún más una actividad extraordinariamente atractiva, parte de la idiosincrasia de nuestro pueblo.
DE POCO A MUCHO
Años después de la inauguración, efectuada el domingo 14 de enero de 1962, la Serie abandonó el antiguo formato y fueron seis los equipos participantes y casi el doble de partidos efectuados, 65 en total.
Participaron las selecciones de Industriales, Orientales, Henequeneros, Occidentales, Granjeros y Centrales.
Ya en 1968 volvió a duplicarse la cantidad de colectivos y el número de desafíos aumentó hasta 99, la mayor cantidad en la historia de la pelota cubana. Compitieron seis elencos, con los nombres de las antiguas provincias existentes en el país: Pinar del Río, Habana, Matanzas, Las Villas, Camagüey y Oriente, con sus respectivas selecciones, a saber, Vegueros, Industriales, Henequeneros, Azucareros, Granjeros y Mineros.
La primera versión fue ganada por el Habana, dirigido por Juan «Coco» Gómez, con un balance de 74 victorias y nueve derrotas que constituye récord para una temporada de tal dimensión.
La segunda versión resultó un triunfo de los Azucareros de Servio Borges.
Inexplicablemente, al siguiente año, hubo de nuevo un cambio, esta vez al reducirse a 66 los encuentros calendariados. Una tercera parte del calendario fue eliminada sin argumentos y, a pesar de que las dos Superseries, por llamarlas de alguna forma, resultaron un éxito de público en los estadios en medio de una verdadera fiebre beisbolera que vivía el país, pues por primera vez el béisbol era verdaderamente nacional y se jugaba en todos los rincones de Cuba.
La rivalidad resultó tremenda, pues Azucareros ganó con 69-30 y a continuación se ubicaron Industriales y Habana, ambos empatados con 68-31, a un juego del campeón.
Dos años después los conjuntos aumentaron a 14, con 12 partidos más, pero esto último sufrió una brusca disminución en el año 1975, cuando apareció –nadie sabe cómo– un nuevo torneo: la Serie Selectiva, con lo cual se pretendía elevar el nivel del béisbol. Al reducirse la cantidad de partidos a 39, convirtió la Serie Nacional en una lid solo para clasificar.
Pero, además, la Selectiva complicó a la Nacional con nuevas estructuras y nuevas estadísticas. No es mi objetivo hacer un análisis de la Selectiva en este espacio, prefiero dejarlo para un tiempo después. Considero que se trata de una Serie con 21 años de duración olvidada por completo en nuestros días, porque nadie la recuerda.
LA ESTABILIDAD DURÓ 13 AÑOS
Sucesivos cambios se produjeron durante la década de los 70 del siglo pasado y buena parte de los 80 hasta que apareció, a finales de la década de los 90, una estructura que parecía ser estable. No se cambió la forma –seguían siendo cuatro grupos (a, b, c y d) en dos zonas, occidental y oriental–, jugando todos contra todos para un total de 90 partidos y luego los play off, instaurados desde la temporada 1985-86.
Así se jugó durante 13 años, la mayor cantidad de tiempo sin que se instauraran cambios en la cantidad de equipos o de juegos, desde 1998 hasta el 2011. Parecía la forma ideal, pero en el 2010 surgió un imponderable: una nueva división político-administrativa dividió a la provincia La Habana en dos, Artemisa y Mayabeque. Era evidente que en el béisbol le sobraba un equipo a la estructura, aunque no se decidió eliminar a un conjunto y, por primera y única ocasión, se jugó con un número impar de colectivos, 17, algo completamente inusual en cualquier liga del mundo.
Por fin se tomó una decisión, eliminar al segundo equipo de la Habana, Metropolitanos. Parecía la más justa, si no fuera porque igualó a la capital del país, con más de dos millones de habitantes, con otras provincias de mucha menor población, lo cual obligó a decenas de jugadores capitalinos a emigrar a otros territorios.
Al año siguiente, nuevamente con 16 colectivos, la Serie continuó su quehacer introduciendo cambios, pues ahora los 16 equipos jugaban entre sí 45 juegos y luego los ocho primeros pasaban a una segunda fase de 42 desafíos. De ahí los cuatro primeros animaban la semifinal y posteriormente la final entre los triunfadores de la fase anterior.
Además, se introdujo la selección de refuerzos, 40 en total, cinco por cada uno de los ocho clasificados, algo que ha ido variando con los años. Si me preguntaran mi opinión, los refuerzos son necesarios para intentar aumentar la calidad de los equipos y, con ello, del espectáculo; sin embargo, cuando usted revisa las nóminas al finalizar la campaña difieren mucho de la original.
EPÍLOGO
Resumiendo, nuestra Serie Nacional ha sufrido innumerables cambios a través de su historia. En total han sido 13, con cambios en la cantidad de equipos, desde cuatro hasta 17, y de juegos, de los iniciales 27 hasta 99, todo esto sin incluir los producidos en los play off y en la aparición de los refuerzos.
Demasiados a todas luces, independientemente del contexto histórico en el cual se produjeron. Entre otros muchos detalles se afectan las estadísticas por la variedad de formatos.
Ahora, con la reciente firma del acuerdo entre mlb (las siglas en inglés de la organización de Grandes Ligas) y la Federación Cubana de Béisbol se avizoran otros cambios, pues la temporada norteamericana corre desde los primeros días de abril hasta finales de septiembre, esta última fecha sin incluir play off y Serie Mundial. Aún es demasiado temprano para dilucidar cuántos y cuáles serán los jugadores cubanos que pasarán a formar parte de las nóminas de los equipos de la mlb, pero debemos de mirar hacia el futuro.
ESTRUCTURAS DE LA SERIE NACIONAL
AÑOS E JUEGOS SISTEMA
1962-65 4 27-30-38-39 T vs. T
1966-67 6 65 T vs. T
1968-69 12 99 T vs. T
1970-72 12 66 T vs. T
1973-74 14 78 T vs. T
1975-77 14 39 T vs. T
1978-83 18 51 T vs. T
1984-85 18 75 T vs. T
1986-92 18 48 T vs. T (2 div)
1993-97 16 65 4 grupos, 2 zonas
1998-2011 16 90 4 grupos, 2 zonas
2012 17 96 Dos zonas
2013-2018 16 45+42 Una zona, dos fases
E (Equipos)
T vs. T (Todos contra todos)