No hay termómetro más certero en los Marlins que el brazo derecho de Sandy Alcántara. Cuando él lanza bien, todo parece más ordenado. El bullpen respira, los bates se sueltan y el dugout recupera algo de fe. Y desde que arrancó junio, el dominicano ha vuelto a ser el as que alguna vez se llevó el Cy Young, dejando atrás dudas, altibajos y molestias físicas.
En sus dos primeras aperturas del mes, Alcántara ha sido dominante: 12.0 entradas, apenas dos carreras limpias, 10 ponches y solo dos boletos. Pero más allá de los números —que son contundentes—, lo que llama la atención es la autoridad con la que ha vuelto a comandar desde el montículo. Su apertura más reciente, el pasado 10 de junio en Pittsburgh, fue su primera salida de al menos 6.0 episodios sin permitir anotaciones desde el 1 de agosto de 2023, cuando silenció a los Filis durante ocho entradas.
Regresó el Sandy Alcántara que esperaban los Marlins
Esa actuación no fue solo un buen día. Fue una señal clara de que el viejo Sandy está de regreso. Y para una rotación diezmada y un equipo que ha batallado con la consistencia desde abril, eso debería valer oro. Pero ni siquiera un Sandy Alcántara en plenitud parece suficiente para rescatar a unos Marlins que ya van camino a perder cerca de 100 juegos esta temporada.
La realidad es cruda: el equipo está hundido en la tabla y cada apertura de calidad de Alcántara se siente más como una vidriera para posibles pretendientes que como un impulso para una remontada. Con 829 ponches en 151 aperturas desde que llegó a los Marlins en 2018, Sandy está a solo tres de igualar a Josh Johnson (832) como el segundo máximo ponchador en la historia de la franquicia. Ricky Nolasco (1,001) lidera esa lista, pero incluso esos 1000 ponches —que parece inevitable— podría llegar en otro uniforme.
Porque si sigue lanzando como en junio, Alcántara se convertirá en una de las piezas más cotizadas del mercado antes de la fecha límite de cambios. Y los Marlins, en medio de otra temporada perdida, podrían verse obligados a apretar el gatillo para iniciar una reconstrucción más profunda.
Mientras tanto, el derecho sigue haciendo su trabajo. Su comando ha sido preciso, su cambio vuelve a ser venenoso, y la recta, aunque no ha tocado los 100 con frecuencia, ha sido efectiva en todas las zonas. Con cada salida, Sandy se aleja más del presente de Miami y se acerca al interés de media liga.
Este regreso a la forma no solo cambia la narrativa de su temporada. También modifica el panorama del equipo. Con un Sandy como el de antes, Miami no necesita milagros para competir. Pero cuando lo rodean con una ofensiva intermitente y una defensa que no siempre responde, ni el mejor brazo puede evitar lo inevitable.
Por ahora, Alcántara lanza como si supiera que este equipo ya no le pertenece del todo. Que quizás su última gran obra en Miami será recordarles a todos quién fue… justo antes de partir.

Noticias de los Miami Marlins
Para más información, análisis y seguimiento del equipo de Miami durante toda la temporada, visita nuestra sección dedicada a los Marlins.