Por Jonathan Mayo
Es obvio que los White Sox de Chicago pensaban que el cubano Luis Robert se convertiría en un buen jugador cuando lo firmaron en mayo del 2017. Una organización no gasta US$26 millones en un agente libre internacional (sin mencionar el impuesto asociado con ello) sin tener unas expectativas bien altas.
Y hasta ahora, Robert ha cumplido con ellas.
Tras un 2018 marcado por las lesiones, el quinto mejor prospecto de todo el béisbol dominó tres niveles de ligas menores este año, iniciando en Clase-A Avanzada y terminando en Triple-A. En total, el joven de 22 años bateó .328/.376/.624. Eso, combinado con el hecho de que pegó 32 jonrones y se robó 36 bases, lo convirtió en nuestra selección como Bateador del Año 2019 de MLB Pipeline.
Bateador del Año de MLB Pipeline
Año Bateador
2019 Luis Robert
2018 Vlad Guerrero Jr.
2017 Ronald Acuña Jr.
2016 Alex Bregman
2015 Kyle Schwarber
2014 Kris Bryant
“No sólo fue capaz de jugar el año saludable, sino que la producción fue impresionante”, dijo Chris Getz, director del sistema de liga menor de los White Sox. “Siguió mejorando con el paso de la temporada. Lo seguimos retando y siguió respondiendo a los desafíos de forma positiva”.
“Creo que la diferencia para mí es que estuve sano todo el año”, añadió Robert. “Pude jugar muchos partidos y mantenerme en ritmo. Tuve mis altos y bajos, como cualquier pelotero, pero la salud fue la clave”.
Robert empezó la campaña encendido, dejando en claro rápidamente que la Liga de Carolina no era lo suficientemente difícil para él. Se ganó un ascenso a Doble-A tras 19 juegos gracias a que bateó .453/.512/.920 con ocho jonrones y ocho bases robadas por Winston-Salem.
Robert no bajó mucho el ritmo en la Liga del Sur, categoría Doble-A. Bateó .314/.362/.518 en 56 juegos, más ocho jonrones y 21 bases robadas, y también se ganó un llamado al Juego de las Futuras Estrellas. Fue más que suficiente para que los White Sox decidieran ver cómo le iba a ir en Triple-A.
Allí Robert se destacó por su poder, con 16 cuadrangulares en 202 turnos, camino a cerrar con .297/.341/.634 por Charlotte, además de robarse otras siete bases.
“Es capaz de impactar el juego de muchas maneras diferentes”, comentó Getz. “Eso es lo que lo convierte en un prospecto tan interesante”.
Eso no signfica que Robert no tenga cosas por mejorar. Su proporcón de 129 ponches por 28 bases por bolas indica que todavía tiene que trabajar en su disciplina al bate, algo que necesitará implementar en particular contra lanzadores de Grandes Ligas. Hasta ahora, ha tenido la tendencia a expandir su zona de strike cuando se encuentra en problemas.
Esa es una de las razones por las cuales no ha sido subido a las Mayores todavía. Los White Sox quieren estar seguros de que esté completamente listo para tener éxito en la Gran Carpa y sienten que eso lo motivará a mejorar.
“Si ves sus números, son fantásticos”, dijo Getz. “Pero si ves todo con más profundidad, hay espacio para mejorar”.
Con todo el éxito acumulado hasta ahora, Robert sabe que está cerca de las Grandes Ligas. Ser un buen prospecto es una cosa, pero no fue con eso en mente que Robert dejó Cuba para unirse a los White Sox.
“Mi meta, obviamente, es llegar a las Grandes Ligas y voy a seguir trabajando duro para llegar”, aseguró Robert.
“Creo que hice mi trabajo en las menores. No subirme fue decisión del equipo. Seguiré haciendo mi trabajo y entrenando para la próxima temporada”.