Por: Raul Hernández Lima
La victoria 7-3 de Cleveland sobre los Angelinos, tal vez no tuvo un matiz más resaltable para los seguidores del béisbol isleño, que la actuación del cienfueguero Yasiel Puig, quien se fue de 4-2 con par de remolques.
El jardinero derecho, sin dudas, dio un salto cualitativo cuando comenzó a vestir la franela de los Indios.
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Seguramente en su nuevo conjunto, tendrá la posibilidad de luchar por un puesto en los play off de las mayores. Pero la tarea del jardinero derecho no culmina con mover el bate. Algo más necesitará Puig para afianzarse en una franquicia, famosa por su exigencia férrea en cuanto a la disciplina.
La poca mecha del caballo salvaje, seguramente, será su primer enemigo en Ohio, donde no ven con buenos ojos los excesos en cuanto a disciplina.
Muestra clara fue el adiós a su compatriota Leonys Martín, después de verse involucrado en un altercado con Francisco Lindor. Esta receta también fue aplicada al estelar Trevor Bauer, después de su enojo con el manager Terry Francona al ser sustituido en el montículo. Todo ello indica la observancia a la que será sometido Yasiel, quien llega, para colmo, después de una riña tumultuaria que lo alejó, varios partidos, por sanción de los terrenos.
Si todo esto no es suficiente, quizá deba recordar el incidente del mismo Puig, hace un par de años, cuando, militando este en Los Dodgers, protagonizó una escena de gestos obscenos precisamente contra un fanático de Cleveland.
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