Mientras Grandes Ligas intenta tender puentes en La Habana para permitir el flujo legal de peloteros cubanos, en Miami algunos agentes ven con preocupación el nuevo panorama que se abre para su agenda de negocios y la especie de limbo en que se encuentran varios jugadores que ya salieron de Cuba.
De acuerdo con al menos tres representantes de peloteros cubanos radicados en el sur de la Florida, la Oficina del Comisionado se está tardando más de lo usual en conceder el permiso para negociar acuerdos con los 30 equipos profesionales.
«Tengo varios clientes que llevan meses y meses esperando», comentó uno de los agentes. «No hay nada al respecto, pero he conversado con varios colegas y todos piensan que la demora puede estar relacionada con el acercamiento de Grandes Ligas con el gobierno cubano».
Si en la primera mitad del año más de 10 peloteros cubanos firmaron pactos importantes con los clubes de las Mayores, encabezados por los $65.2 millones de Héctor Olivera en mayo y los $31.5 millones de Yoan Moncada en febrero; la segunda mitad del 2015 va a terminar a la baja y las únicas contrataciones importantes han sido la de Yusniel Díaz y Omar Estévez por $15.5 y $6 millones, respectivamente.
Decenas de peloteros que ya han realizado demostraciones ante los evaluadores de talento ya esperaban estar firmados para esta fecha o al menos haber recibido la documentación para negociar.
Lo irónico de la demora es que se produce después de que las Grandes Ligas eliminaran el engorroso paso del «desbloqueo», un permiso especial que extiende la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros, adjunta al departamento del tesoro, que solía demorar en demasía la tramitación de la agencia libre.
«Ahora la Oficina del Comisionado pide más documentos que prueben cómo se obtuvo la residencia en un tercer país y se están demorando sin dar explicaciones», comentó una fuente muy cercana a los peloteros cubanos. «Se rumora que están demorando a los cubanos en espera del nuevo convenio laboral que entrará en vigor en el 2016 y abarataría los salarios internacionales. Hay muchas teorías».
Desde que se hizo pública la saga de la fuga de Yasiel Puig, Grandes Ligas ha dado pasos para atender mejor la situación de los cubanos, pero durante mucho tiempo nadie se preocupó por entender la problemática o se miraba hacia otra parte, porque el beneficio superaba los riesgos
Lo que sí queda claro es el deseo de Grandes Ligas de alcanzar cuanto antes un pacto con las autoridades cubanas que facilitaría la negociación directa entre La Habana y la Oficina del Comisionado.
No por gusto a la capital cubana viajaron -junto a conocidos jugadores cubanos y de primer nivel- los altos ejecutivos del sindicato de peloteros y la principal figura del departamento legal de las Mayores, Dan Halem.
«La meta de nuestro comisionado y de nuestros propietarios es negociar con la Federación Cubana de Béisbol una ruta segura y legal para los jugadores cubanos que deseen participar en las Grandes Ligas», indicó Halem, el director de asuntos legales de las Mayores, en conferencia de prensa celebrada el martes en el Hotel Nacional. «La actual situación es inaceptable».
Desde que se hizo pública la saga de la fuga de Yasiel Puig, Grandes Ligas ha dado pasos para atender mejor la situación de los cubanos, pero durante mucho tiempo nadie se preocupó por entender la problemática o se miraba hacia otra parte, porque el beneficio superaba los riesgos.
Sonados casos legales en torno a los peloteros cubanos Leonys Martín y el propio Puig, pusieron de manifiesto la red de ilegalidades y peligros que muchas veces suelen acompañarlos en su fuga de la isla.
Pero un pacto negociado directamente entre la Federación Cubana y las Grandes Ligas podría sacar de la ecuación, eventualmente, a empresas y agentes muy relacionadas con el mercado cubano.
«No sabemos qué va a pasar», comentó uno de los agentes. «No sabemos si será un sistema como el japonés, si el gobierno manejará los contratos, algo que no es compatible con lo que pregona este país de libertades, o le darán voz a los peloteros en la decisión de su destino. Todo es preocupante».
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