Autor: Freddy Pérez Cabrera
VILLA CLARA.–Hace más de 30 años el expelotero Francisco Javier Carbonell, quien fuera un estelar defensor de la tercera base en los equipos villareños, creó una pelota de goma de probada efectividad para mejorar el rendimiento de bateadores y lanzadores, además de significar un considerable ahorro para la economía del país.
Sin embargo, casi cuatro décadas después, esta innovación espera por su generalización y el empleo en todos los niveles del béisbol.
Para tener una idea de lo que pudiera significar en materia de eficiencia económica el uso de esta pelota, baste decir que la inmensa mayoría de las utilizadas en los entrenamientos en nuestra Serie Nacional y en otras competencias, son adquiridas por el país en el exterior, a un precio que oscila entre los cinco y siete dólares, en cambio, el precio de producción de las pelotas de Carbonell solo es de 60 CUP.
A esos criterios habría que sumar las ventajas que aporta desde el punto de vista de su vida útil, atendiendo a que las sintéticas pueden durar cerca de una semana en entrenamientos de alto rendimiento, y las de cuero unas tres o menos, en dependencia del uso que tengan. Las bolas de goma fabricadas en Villa Clara pueden resistir diez, 15 y más años.
Asimismo, varias investigaciones y los criterios de muchos de los deportistas que las han utilizado, aseguran que las pelotas multipropósitos fabricadas por Francisco Javier Carbonell Duménigo para el entrenamiento de béisbol y sóftbol, son capaces de proporcionar a los atletas múltiples beneficios, tales como la rehabilitación de los músculos de las extremidades superiores, el desarrollo de la fuerza, mayor control de los lanzadores, el fortalecimiento de la musculatura del hombro, además de mejorar la rotación de las curvas y preparar la muñeca para el slider, entre otras ventajas.
En la materialización de esos objetivos, ha resultado de extraordinaria utilidad el hecho de que han sido diseñadas pelotas de distintos pesos, desde cuatro hasta 12 onzas en el caso del béisbol; y hasta 21 en el del softbol, lo cual facilita el empleo de diferentes metodologías.
Asimismo, Carbonell y los técnicos que con él colaboran, fabricaron una pelota de PVC, la cual, por sus características puede ser utilizada en la máquina de lanzar.
GÉNESIS Y AVATARES DE LA INNOVACIÓN
Fue a mediados de los años 80, cuando siendo entrenador de béisbol en un área deportiva de Santa Clara y, ante la carencia de pelotas para practicar, que se le ocurrió que podía fabricarlas de algún material más duradero, capaz de soportar un uso prolongado y hasta las inclemencias del tiempo, surgiendo así la idea de hacerlas de goma, a partir de su introducción en un molde de hierro, explica Carbonell.
Sin pensarlo dos veces, buscó apoyo en artesanos de la provincia, quienes se sumaron a la iniciativa y concretaron el proyecto innovador, que ha ido perfeccionándose hasta poder fabricar en la actualidad unas cien pelotas diarias, las que en su aspecto exterior tienen formas y grabados originales en el diseño de sus costuras y superficie, lo que facilita el agarre y control del lanzamiento, señala el exjugador.
HABLAN LOS CONOCEDORES
Para demostrar su efectividad, desde un inicio Francisco Javier buscó el criterio y el aval de deportistas y entrenadores de renombre, entre ellos Pedro Pérez, uno de los especialistas en pitcheo más avezados del país; además de Eliecer Montes de Oca, Pedro Luis Lazo, Luis Borroto y Julio Romero, todos estelares lanzadores, así como de Ariel Pestano, Eduardo Martín y otros atletas y directivos, quienes manifestaron su complacencia por los resultados.
Ante tales repuestas, de manera paulatina fue incrementándose la producción de pelotas, a la par que resultó creada una metodología para el uso de esta inventiva, reconocida en su momento por la Asociación de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y hasta un libro se escribió sobre el tema: En busca de las cien millas.
Incluso, los participantes en la Convención Internacional de Actividad Física y Deportes (Afide) han avalado este implemento que, por su trascendencia, ha motivado la entrega de varios premios y reconocimientos a Carbonell.
Sin embargo, estos méritos y avales no han sido suficientes para la generalización de la innovación en todas las provincias del país, asegura Jorge Luis León, metodólogo de Ciencia y Técnica en la dirección de Deportes de Villa Clara.
«Actualmente varios territorios y directivos como los de Cienfuegos, Holguín y Sancti Spíritus, entre otros, han hecho gestiones para adquirir las bolas de goma, trámites que son realizados no como parte de una política oficial de la dirección del Inder en el país, sino a título personal, algo que no debe ocurrir porque se trata de una herramienta de probada efectividad y que puede ahorrar miles de dólares al país por concepto de sustitución de importaciones.
Según Carbonell Duménigo, en estos momentos más de 3 000 pelotas esperan en los almacenes del Fondo de Bienes Culturales, entidad encargada de su comercialización.