POR JORGE EBRO
Desde que sufriera la lesión el 9 de mayo, los días se han hecho eternidades para Adeiny Hechavarría.
El cubano partió hacia Jupiter con el tercera base Martín Prado para tomar parte en unos seis o siete encuentros de Ligas Menores y probar el verdadero progreso de su cuerpo. Si todo sale bien, en algo más de una semana -quizá dos- pudiera estar de vuelta en el equipo grande, que este viernes inicia una serie de tres partidos en Atlanta.
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Con el guante en la mano, Hechavarría ya puede salir a defender el campocorto. El problema es con el bate, porque no hay nada más doloroso para los oblicuos que un swing mal hecho, algo que intentará evitar en los juegos de rehabilitación.
Su meta es regresar más fuerte que nunca y reclamar su titularidad en un momento donde los Marlins parecen salir del atolladero en que estaban y empiezan a recibir de vuelta a sus hijos perdidos entre los problemas de salud.
Comienza la etapa final de rehabilitación, ¿cómo te sientes en lo físico?
“Me siento bastante bien. He estado haciendo swines lo más duro posible y lo más cercano a como los haría en una situación de juego normal. Hace unos días sentí una mínima molestia”.
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Entonces, ¿te queda algo de miedo a la hora de hacer los swines?
“No diría que miedo, sino algo de preocupación. Es algo que espero desaparezca cuando comiencen los juegos en las Menores. Ahora mismo ya no siento esa molestia. Así que siento que las cosas van a salir bien”.
Al menos no vas solo. Prado te va a acompañar.
“Sí, así nos ayudamos los dos. Hemos trabajado mucho juntos aquí en Miami desde los días en que no tomamos una pelota en las manos hasta que comenzamos a hacer actividades propias del béisbol. Ha sido muy bueno tenerlo al lado”.
Te lesionaste justo cuando estabas entrando en un buen momento.
“Uno no tiene control sobre las lesiones. Nadie se imagina la carga de paciencia que se debe tener en Grandes Ligas para lidiar con las cosas de la salud, sobre todo cuando eres un pelotero joven y piensas que nada te puede pasar. Yo me sentía espectacular…y de pronto llegó el dolor”.
¿Te frustró mucho ver los toros desde la barrera?
“A lo mejor la gente afuera no entiende. Este no solo es mi trabajo, sino mi pasión. Me gusta estar en el trabajo. Ha sido muy frustrante ver al equipo batallando, en una situación difícil, y no poder hacer nada. Yo los apoyo en lo que puedo desde el dugout, pero no es comparable con lo que puedo hacer en el terreno”.