Esto era más que un juego. Esto era el regreso de un guerrero.
Sandy Alcántara volvió. Y aunque la línea final de su actuación no fue de videojuego, lo que logró anoche con los Marlins tras más de 500 días de ausencia fue una victoria personal del tamaño de un estadio. Porque, para Sandy, este Opening Day en Miami no se trataba solo de lanzar —se trataba de vivir.
“Muy contento. Sabemos que no hice mi mejor trabajo allá afuera. Estaba tratando de dar lo mejor de mí, pero pasaron unas cuantas bases por bola que, si las quitamos de ese inning, creo que fueran mejores los resultados. Pero, al final del día, estamos contentos, primer ganadorpara nuestro mánager. Nos sentimos muy contentos y agradecidos por el trabajo de cada pitcher y de cada bateador que aportó su granito de arena.”
Salió a la lomita más temprano de lo normal. El estadio ya estaba encendido, pero él se tomaba su tiempo. Sabía lo que significaba cada paso hacia ese montículo.
Declaraciones de Sandy Alcántara
“Muchas emociones afuera. Estuve a punto de llorar, pero soy una persona dura, que para llorar hay que darle duro. Pero muy contento, muy agradecido con Dios, ya que me dio la oportunidad de regresar este año por primera vez, salir a mi montículo aquí en Miami, al estadio, a competir. Y agradecido por toda la oportunidad que me brinda cada día y gracias al desempeño que tuve durante mi recuperación.”
Fueron más de 500 días fuera. Un camino largo, de decisiones duras y días de incertidumbre. Pero nunca perdió el enfoque.
“Un recorrido bastante largo, pero, al final del día, me mantuve positivo. Me mantuve con una mente fuerte y confiando en mí siempre desde el día uno. Fue una decisión difícil para mí para tomar, pero, al final del día, fue para mi mejoría a lo largo de mi carrera. Y agradecido por los trabajos que hicieron los trainers conmigo y, principalmente, con Dios por darme la sabiduría, el entendimiento de saber entender la cosa buena y la cosa mala.”
La victoria de los Marlins llegó en la novena entrada, con un hit de Stowers que dejó al campo a los Piratas. Un triunfo que no solo se celebra en el boxscore, sino también en el corazón del clubhouse.
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“Mucho. Somos como 16 muchachos jóvenes que tienen su primer Opening Day. Muy contentos por cada uno de ellos. Todos aportaron su granito de arena hoy. Estábamos ahí un poquito tambaleosos desde el primero al octavo inning, pero, al final del día, todos se pusieron positivos y aportaron su granito de arena, y pudimos ganar hoy, y todos nos sentimos contentos de los resultados que tuvimos hoy.”
Y cuando llegó el momento de cederle el juego al bullpen, el equipo respondió. Soriano y Tinoco completaron el trabajo. Y Sandy no se olvidó de ellos.
“Mira, contentos por Soriano y por Tinoco. El trabajo que tuvieron fue muy bueno. Siempre hemos confiado en cada uno de ellos, no solamente en Soriano y Tinoco. También con cada uno de los muchachos que están en el bullpen. Ellos estaban ahí haciendo su trabajo, tratando de no permitir carrera y tratando de dejar el juego lo más cerca posible. Y, al final del día, ganamos.”
Sandy Alcántara no se llevó la victoria en la hoja oficial, pero sí se llevó otra mucho más grande: la del espíritu, la del regreso, la de saber que está de vuelta.