Por Lemay Padrón Oliveros
Desde sus tiempos de jugador de béisbol, a Michel Laplante le cautivó la manera en que los peloteros cubanos enfrentaban cada desafío.
Corrían los años 90 del pasado siglo, y a él, como a casi todo el mundo, le tocaba jugar con la más fea cuando enfrentaba a Cuba, la poderosa maquinaria que arrasaba en cuanto evento internacional tomaba parte.
Sin embargo, a Laplante siempre le interesó algo más que el simple hecho de salir al terreno en pos de una victoria, y así lo confesó en exclusiva para CubaSí en un aparte durante el pasado Congreso Internacional de Actividad Física y Deporte, Afide-2017:
«Jugué contra el equipo nacional de Cuba en mi época de lanzador y me enamoró su forma de jugar, divirtiéndose en el campo, como si estuvieran bailando. Era mi recuerdo y quería que nuestros niños en Canadá entendieran que no se necesita el mejor equipamiento, sino sentir sobre el terreno la fuerza del juego, y creo que eso lo hemos logrado con la llegada de los cubanos allá, y con los viajes que hemos podido hacer con niños acá».
En su condición de gerente general de los Capitales de Québec, Laplante logró convencer al resto de los dirigentes para contratar peloteros cubanos en la Liga Canadiense-Americana (Can-Am) e iniciar una relación que va mucho más allá del deporte:
«Fue difícil y no (convencer a los canadienses). Sabíamos que el lenguaje era una barrera importante, pero queríamos tener ese reto, eso nos haría mejores personas. Querría que más canadienses hicieran lo mismo que yo, para que la experiencia se multiplicara, porque los resultados han sido increíbles y todos salimos ganando.
«Espero que siga la colaboración. Tengo dudas en cuanto al equipo nacional; tendremos esa discusión próximamente porque con la cercanía de los Juegos Olímpicos no sabemos los intereses de Cuba, pero siempre hemos sido flexibles y nos tenemos confianza mutua. Nunca nos ha importado el resultado, es algo que va mucho más allá: un intercambio cultural y un crecimiento espiritual».
¿Existe la misma comprensión en otros equipos?
«Otros equipos han contratado a peloteros cubanos (la Liga no nos permite tener a más de tres en nuestra nómina), pero no tienen nuestros mismos intereses. Me parece que nosotros entendemos de qué va esto, independientemente de un resultado. La manera en que construimos nuestro equipo todos los años no es sobre victorias y derrotas, y los aficionados lo han entendido porque este año tuvimos más espectadores que nunca antes. Ha sido nuestra mejor temporada en todo sentido, conjugando a todos los extranjeros que tenemos, porque (el jardinero holandés) Kalian Sams, por ejemplo, tiene otra manera de jugar, pero los dejamos sentirse cómodos; eso lo aprecian ellos y también los fanáticos».
¿Cómo ha sido la acogida de los cubanos, en particular?
«Este año, en especial, el impacto de los cubanos fue increíble, no solamente por sus desempeños, sino por la actitud que siempre mostraron. Sabemos que aquí no se juega todos los días, pero ellos jamás pusieron dificultades y siempre querían estar en el terreno, lo cual también fue una buena influencia para otros jugadores. Sencillamente, los adoran».
El brillo en los ojos de Laplante cuando habla de esta experiencia no miente: en un rincón privilegiado de su corazón están Cuba y sus peloteros.