El cuerpo lo dijo antes que el calendario. Este domingo, los Medias Blancas de Chicago colocaron al jardinero central Luis Robert Jr. en la lista de lesionados por 10 días debido a una distensión en el tendón de la corva izquierda. La movida, retroactiva al 26 de junio, llega tras tres juegos de ausencia y justo cuando el club intentaba decidir si su estrella necesitaba realmente una pausa. La decisión no sorprende, pero el momento sí deja preguntas.
Robert, quien estuvo haciendo ejercicios suaves antes del juego frente a los Gigantes, estaba supuesto a ser evaluado nuevamente este lunes. Sin embargo, su limitada actividad parece haber convencido a la gerencia de que lo más prudente era detener el reloj ahora, aprovechando que las asignaciones a la lista de lesionados pueden retrotraerse hasta tres días. Esperar más habría significado perder margen para un posible regreso antes del Juego de Estrellas… y, con él, para cualquier movimiento de cambio.
Porque aquí está la verdadera historia: Luis Robert no solo está lesionado, también está en el mercado. O al menos lo estaba.
Desde hace dos años, su nombre flota en el rumor perpetuo de reconstrucción en Chicago. Pero el momento para vender nunca ha sido el ideal. Cuando el cubano brillaba, los Medias Blancas querían construir a su alrededor. Ahora que el talento aún está —aunque disimulado bajo números apagados—, los dolores, las ausencias y la producción tambaleante amenazan con erosionar del todo su valor.
Luis Robert este 2025
Hasta hoy, Robert acumula línea ofensiva de .185/.270/.313 en 73 juegos. Tiene 23 bases robadas y una tasa de boletos del 10.2%, la mejor de su carrera, pero también se poncha en más del 30% de sus turnos y sus extrabases han caído en picada. Su defensa en el jardín central, que llegó a ser élite (+13 Outs Above Average en 2023), este año apenas registra un +3 OAA.
¿Quién apuesta por ese jugador con un salario pendiente de $7.5 millones para el resto del año? Quizás un equipo con urgencias específicas —como los Guardianes o los Bravos, sedientos de defensa y velocidad en el bosque central— o alguno como los Rangers o los Gigantes que no consiguen batear zurdos. De hecho, contra pitchers siniestros, Robert aún luce respetable: .268/.406/.464.
Pero todo esto es condicional. Si Robert no regresa pronto —y sano—, cualquier intento de cambio será poco más que una quimera. Incluso una distensión leve de corva puede costar semanas. Y si para cuando el calendario retome tras el Juego de Estrellas Robert no está en el lineup, los Medias Blancas podrían enfrentarse a su peor escenario: quedarse con una estrella sin brillo… y sin pretendientes.
Mientras tanto, Michael A. Taylor seguirá patrullando el jardín central. Y la gerencia de Chicago seguirá cruzando los dedos. Porque si este IL no es breve, no solo se les va la oportunidad de negociar: también se esfuma, quizás, el sueño de que Luis Robert vuelva a ser ese jugador que un día prometió cambiar el rumbo de la franquicia.

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