Los Yankees de Nueva York se quitaron la barrida de encima al ganar el cuarto desafío de la Serie Mundial en el Yankee Stadium 11×4. Al menos obligaron a los Dodgers a alargar la espera un día más y tienen ilusiones pues puede lanzar Gerrit Cole en el quinto encuentro.
Anthony Volpe tuvo una noche oportuna con dos imparables en tres visitas al cajón de bate con un cuadrangular, cuatro carreras empujadas, tres anotada, dos bases robadas, un doble y un boleto para liderar el ataque de los Yankees en la Gran Manzana. El cuandrangular llegó en el tercer episodio con las bases llenas que puso el 5×2 en el marcador.
La conexión fue ante una sliders que llegó a 89 millas por horas que viajó a una distancia de 390 pies del home plate. La Raullings salió del madero de Freddie a una velocidad de 107.6 millas por horas. Fue un Grand Slam que le dio la victoria a los neoyorquinos en una Serie Mundial en el Yankee Stadium por primera vez desde el 2009.
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Austin Wells ligó dos sencillos en tres turnos oficiales al bate con un jonrón donde empujó una, anotó en dos ocasiones y le regalaron un boleto gratis hacia primera base. Esa fue la sexta anotación de los “Mulos” en el desafío. Ahora se puso interesante la Serie Mundial y muchos piensan en quizás una remontada.
Alex Verdugo conectó un imparable en cuatro viajes al home plate y trajo dos carreras para el pato y pisó el home en una ocasión. El mexicano es un jugador nacido para los momentos importantes y para esto lo trajeron de vuelta los Yankees después de periplo por los Medias Rojas de Boston. Verdugo promedia .200 con siete remolques en lo que va de postemporada.
El despegue de los Yankees
Los Yankees despegaron en la octava entrada gracias a Wells y Gleyber Torres, quienes, con sus cuadrangulares, rompieron el marcador en un rally de cinco carreras que abrió las puertas al triunfo. La ofensiva comenzó cuando Wells, en la sexta entrada, conectó un jonrón al segundo nivel frente a Landon Knack. Más tarde, Verdugo, luego de resistir once lanzamientos, impulsó otra carrera con un rodado en la octava. Acto seguido, Torres sacudió un cuadrangular de tres carreras contra Brent Honeywell, consolidando una ventaja que los Yankees no dejarían escapar.
El bullpen también fue clave. Los relevistas Tim Hill, Clay Holmes, Mark Leiter Jr., Luke Weaver y Tim Mayza lanzaron cinco entradas impecables, limitando a los Dodgers a un solo hit y siete ponches. Esta actuación fue fundamental para que los Yankees evitaran una barrida en la Serie, algo que no ocurría desde 1976. Aaron Judge, hasta entonces limitado en su producción, impulsó su primera carrera de la Serie con un sencillo en la octava entrada, aunque concluyó el juego de 15-2 en los cuatro encuentros. Shohei Ohtani, la estrella de los Dodgers, tuvo una actuación similar, con un registro de 15-2 tras conectar su primer sencillo desde su lesión en el hombro izquierdo durante el Juego 2.
Nueva York también rompió una racha de siete derrotas consecutivas contra los Dodgers, un lastre que arrastraban desde 1981. En un aporte inesperado, fueron los tres últimos bateadores del orden ofensivo –Volpe, Wells y Verdugo– quienes impulsaron las primeras siete carreras del equipo, a pesar de haber llegado con un promedio colectivo de apenas 4-32 y solo tres impulsadas en la Serie.
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