Por Will Leitch
El anunció del miércoles de que MLB y la Asociación de Jugadores de MLB con la Federación Cubana de Béisbol para permitir que jugadores de dicho país puedan jugar en las Mayores sin necesidad de desertar es indiscutiblemente una buena noticia.
Pensando en eso, recordamos a los mejores 12 jugadores cubanos que han pasado por la Gran Carpa.
1. Luis Tiant, 1964-82
Tiant fue uno de los primeros afectados por el régimen de Fidel Castro en Cuba. Su contrato fue comprado por los Indios a pocos meses de la invasión de la Bahía de Cochinos y no le fue permitido regresar. Pasó 14 años sin ver a sus padres.
Tiant debutó en las Grandes Ligas en 1964, pero no se convirtió en «El Tiante» hasta 1968, cuando un cambio en su mecánica alteró para bien su carrera creando aquel famoso windup suyo. Esa temporada dejó 1.60 de efectividad y tuvo un gran éxito cuando se unió a los Medias Rojas tres años después, dejando 1.91 de efectividad en 1972. En 1975 casi le da la Serie Mundial a los Medias Rojas, ganando los dos juegos que abrió. Una verdadera leyenda.
2. Rafael Palmeiro, 1986-2005
Sus declaraciones en el Congreso y la prueba en la que dio positivo cambiarán para siempre la forma en la cual lo veremos, pero no se puede olvidar la tremenda carrera que tuvo. Palmeiro es uno de apenas seis jugadores con 500 jonrones y 3,000 hits — Hank Aaron, Willie Mays, Eddie Murray, el dominicano Albert Pujols y Alex Rodríguez son los otros-y eso habla perfectamente de su increíble consistencia. Palmeiro jugó en 152 juegos o más cada año, salvo dos, entre 1988 y el 2004. Llevaba ritmo para hacer lo mismo a los 40 años hasta que aquel positivo terminó con su carrera.
3. Tony Oliva, 1962-76
Un grandísimo pelotero, Oliva bateó .304 de por vida y encabezó la Liga Americana en hits cinco veces. Fue el Novato del Año de la Americana en 1964 y fue segundo en la lucha por el Jugador Más Valioso en dos ocasiones, aunque su mejor campaña pudo haber sido la de 1971, cuando bateó .337/.369/.546. Lesiones en las rodillas le impidieron brillar más en sus mejores años, pero Minnesota nunca lo ha olvidado. Hay una estatua suya en las afueras del Target Field.
4. Tany Pérez, 1964-86
Cuando usted le pregunta a cualquiera de los integrantes de la Gran Maquinaria Roja por Pérez, siempre dice que el miembro del Salón de la Fama fue una pieza central de todo lo que se logró. Y su longevidad fue legendaria. A los 44 años ganó el premio al Jugador de la Semana de la Liga Nacional en su última semana como jugador activo.
5. José Canseco, 1985-2001
Canseco fue parte de muchas controversias, pero no se puede olvidar lo dominante que fue. Claro, está empatado en el puesto 37 de la lista de jonroneros de todos los tiempos, pero el recuerdo más impresionante de Canseco es que declaró que iba a dar 40 bambinazos y robarse 40 bases en 1988 -algo que nadie había hecho en la historia del béisbol-y luego lo hizo. También tiene la marca de más batazos «atrapados» con la frente y, si no recordamos mal, además incursionó en la escritura.
6. Orestes «Minnie» Miñoso, 1949-80
Sí, las fechas están correctas. Miñoso jugó tres juegos en 1976 y dos en 1980, a los 54 años, para que pudiera jugar en cinco décadas distintas. Incluso se coqueteó con la idea de darle un turno en 1990, antes de que el entonces Comisionado Fay Vincent acabara con ese show.
Miñoso fue el primero jugador negro en Chicago y asistió al primero de sus siete Juegos de Estrellas en 1951, su primera campaña completa. Fue un robador de bases antes de que eso se volviera algo popular y se embasaba a como diera lugar, encabezando la Americana en bolazos recibidos en 10 ocasiones.
7. Dagoberto Campaneris, 1964-83
Campaneris bateó dos jonrones en su debut en las Grandes Ligas con los Atléticos en 1964, y aunque el poder nunca fue su sello de fábrica, nunca dejó de hacerse notar. Fue seis veces al Juego de Estrellas, encabezó las Mayores en bases robadas seis veces y ganó la Serie Mundial con Oakland en 1972, 1973 y 1974.
Nuestro logro favorito de Campaneris llegó en su segunda temporada, cuando no sólo cubrió las nueve posiciones en un juego, sino que lanzó a las dos manos, tirando a la zurda contra los zurdos y a la derecha ante los derechos.
8. Liván Hernández, 1996-2012
Fue difícil elegir entre Liván y su hermano, Orlando, pero nos fuimos con Liván porque lanzó mucho más. Cuidado si todavía no es capaz de darte seis innings de tres carreras.
Hernández lanzó más de 200 episodios en ocho temporadas seguidas, algo que no se ve mucho por esta época, y jugó con nueve franquicias en 17 campañas. Y no se olviden que a los 22 años fue el Jugador Más Valioso en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional y también de la Serie Mundial con los Marlins de 1997.
9. Aroldis Chapman, 2010-presente
Siempre hemos sabido que hay lanzadores que tiran rectas meteóricas, pero gracias a que la carrera de Chapman ha coincidido con la era de Statcast™, podemos medir precisamente qué tan endemoniada es su velocidad. En los primeros tres años de Statcast™, Chapman lanzó mucho más duro que nadie. Jordan Hicks lo alcanzó el año pasado, pero Champan sigue siendo uno de los relevistas más dominantes en la historia reciente del béisbol.
10. Yoenis Céspedes, 2012-presente
Puede ser que Céspedes no sea el jugador más eficiente. Y ha dado muchas vueltas para ser una estrella, con cuatro equipos distintos en siete temporadas. Pero incluso a los 32 años, hay pocos peloteros que motivan más a la gente a verlo jugar. Su exuberancia natural es contagiosa y su talento puro, ya sea su poder o su brazo, también es impresionante.
11. Camilo Pascual, 1954-71
Ted Williams dijo que Pascual tuvo «la curva más devastadora de la Liga Americana por 18 años». Es difícil contar con mejor publicidad que ésa. Pascual asistió en cinco ocasiones al Juego de Estrellas y fue un verdadero batallador: tras sus cinco primeras temporadas en las Mayores su récord era de 28-66. Terminó con registro de 174-170.
12. Leo Cárdenas, 1960-75
Considerado uno de los mejores torpederos defensivos de su época, Cárdenas no era precisamente un mal bate y mantuvo el récord de más jonrones para un short de los Rojos hasta que llegó Barry Larkin. Estuvo en la frontera de la historia del béisbol cubano, pues llegó a las Grandes Ligas justo antes de que Castro cerrara la frontera.