Yandy Díaz espera rugir con los Indios de Cleveland de la misma manera en que lo hizo para los Leones del Caracas, de donde ha regresado con un subliderato de bateo al promediar para .371 y el elogio de la experta afición venezolana.
En una semanas partirá al campamento de primavera de la tribu con el objetivo de ganarse un puesto en el equipo grande, algo que cada vez más parece estar al alcance de sus manos por su producción innegable y su adaptación en los jardines.
Hijo del popular pelotero cubano Jorge «La Araña» Díaz, el chico de Las Villas ofreció sus impresiones sobre varios temas en el programa Voces de ESPN Radio Miami 990 AM, dejando a un lado la timidez del pasado y dando paso a una personalidad madura, lista para empeños mayores.
¿De qué te sirvió jugar en Venezuela?
«Me ayudó mucho. En Estados Unidos se tira mucha recta y en Venezuela aprendí a batear más los lanzamientos de rompimiento. Tuve que hacer un ajuste grande para reconocer los envíos».
Pero ese ajuste se ve, fuiste campeón de bateo casi hasta el último día.
«Sí, ahora soy un bateador más completo. Como te digo, en las Ligas Menores los lanzadores jóvenes se confían mucho en la recta, en Grandes Ligas los veteranos tiran de todo. Creo que mi visión para ver bolas de todo tipo ha mejorado enormemente».
¿Qué te llevas del béisbol que has visto en Cuba, Venezuela y las Menores?
«De aquí me llevo la concentración, la atención al detalle; de Cuba la agresividad, el deseo de jugar por amor al juego y de Venezuela la pasión de los aficionados, son algo tremendo».
¿Se parecen las aficiones de Cuba y Venezuela?
«No, los venezolanos son un poco más agresivos. Me decían de todo. Cuando fallaba, por ejemplo, con bases llenas, me decían mil malas palabras, o que me volviera a Cuba y no regresara más. Al principio me ponía bravo, pero luego lo tomé como algo normal».
A pesar de todo, ¿retornarías a la pelota invernal venezolana?
«Sin duda. Al final, los fanáticos estaban muy contentos conmigo, con lo que había hecho y me pedían que volviera. La experiencia fue positiva. Yo estoy dispuesto, pero es algo que no depende de mí».
Vamos a Grandes Ligas, ¿qué has hablado con los Indios para este 2017?
«Ellos sienten, y así me lo han dicho, que estoy muy cerca del equipo principal. Les demostré lo que puedo hacer en la temporada pasada en las Menores y ahora en Venezuela. Solo necesito pulir alguna cositas como la defensa, pero yo me siento listo y más ahora que estoy jugando los jardines».
¿Crees que puedes ser la pieza que les falta para ganar la Serie Mundial?
«Los veo hablando que necesitan un bateador con mis características, espero que cuando me suban pueda ayudarlos al máximo y ser esa pieza clave. Pero primero que me suban. Esa es la meta inicial».
¿Te gustaría jugar en Miami con los Marlins?
«Me encantaría. Ese es mi sueño. No sé si será al principio o al final, pero me gustaría terminar aquí».
¿Cómo te lleva el tema del idioma?
«En las Menores tomaba clases cuatro días por semana y veo el avance. Cuando llegue a este país no sabía pedir comida en un McDonalds, no sabía decir ni Yes. Ahora digo Yes, pero sin acento».
¿Sigues el béisbol cubano?
«No mucho. Lo que he visto más o menos…que te puedo decir, ha decaído bastante».
Decía Yonder Alonso en La Habana que estaba dispuesto a jugar el Clásico con Cuba sin cobrar un centavo, hasta pagando por el equipo.
«No sé qué estarán pensando allá. Aquí los grandeligas quieren jugar sin condiciones, pues que los dejen jugar. Eso no es nada del otro mundo».
Tal vez dentro de cuatro años, para el Quinto Clásico, tú puedas ser parte de ese equipo.
«Sí Dios quiere. Sin problema ninguno representaría a Cuba».