No siempre los focos están sobre ti. A veces hay que esperar tu turno en silencio, sin que nadie te nombre, sin que los titulares te alcancen. Pero cuando llega el momento, se hace ruido. Y Lake Bachar hizo ruido este martes en el loanDepot park.
En el séptimo inning de un juego empatado ante Cincinnati, con el bullpen de Miami en alerta máxima, Bachar subió al montículo y no solo hizo el trabajo: lo hizo como un veterano. Sacó los tres outs sin pestañear, ponchó a dos y se fue directo al libro de récords personales con su primer triunfo en las Grandes Ligas.
“El control de la zona de strike ha sido clave, y también su capacidad para lanzar pitcheos secundarios cuando va abajo en la cuenta. Tiene un muy buen sweeper y su recta tiene suficiente fuerza. Creo que contra zurdos o derechos puede atacar de manera bastante neutral. Además, ese split finger le da otra herramienta importante”, comentó el manager de los Marlins, Clayton McCullough, al referirse a Lake Bachar.
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Lake Bachar y sus números en el bullpen de los Marlins
Nadie en este club ha lucido más sólido desde el bullpen que él. En 10 apariciones este 2025, solo le han conectado tres hits en 13.1 entradas. Su efectividad está en un microscópico 1.35. Su WHIP es de 0.83. Y los bateadores le batean como si tuviera un secreto: .073 de promedio en contra.
No es un nombre rimbombante, no tiene el linaje de prospecto top, pero es el tipo de brazo que te gana juegos callado, que estabiliza una serie, que te permite respirar cuando el juego aprieta.
“Le hemos pedido mucho a V este año: enfrentarse a tramos duros del lineup en situaciones apremiantes. Esperamos que todas esas experiencias lo sigan ayudando a crecer. Pero hoy, lograr mantener el juego donde estaba y darnos otra oportunidad para regresar fue muy importante. Buen trabajo”, señaló el manager de los Marlins, Clayton McCullough sobre Bachar.
El año pasado, Bachar ya había tenido un vistazo en MLB, pero fue este 2025 cuando llegó listo, maduro, con el control que se necesita para trabajar en las sombras. Hoy, Miami se apoyó en Agustín Ramírez con el bate, en Colton Stowers con una empujada clave, pero la noche se la llevó Lake Bachar, que por fin puede decir: soy un ganador en las Grandes Ligas.
Y eso, amigo, no se olvida nunca.