Por: Esteban Romero
“La historia… testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, testigo de la antigüedad.” Cicerón (106-43 AC, escritor, orador y político romano)
Tenía un viejo compromiso personal de llegar al pasado, a aquellos juegos finales de la última temporada del béisbol profesional en la temporada de 1960-61. Por suerte, hay revistas y diarios a buen resguardo en este mundo, lo que permite la existencia de la hemeroteca, esa que dice lo que ocurrió con exactitud.
El periódico Revolución y la revista Bohemia de aquellos días me ayudaron a encontrar lo que buscaba. Doy gracias que en la Universidad Internacional de Florida estos materiales se conservan bien. Así, les resumo detalles de aquellas jornadas finales de una criatura vieja, del siglo XIX, que le dio mucho entretenimiento y gloria a Cuba, como lo fue la liga profesional cubana de béisbol.
El campeonato de 1960-61 se jugó exclusivamente con peloteros cubanos, ya que a los jugadores de EE.UU. se les prohibió viajar a la Habana, decisión del Departamento de Estado del vecino país. La situación en aquel momento era tensa, pero el presidente de la federación de la liga, el Sr. Narciso Camejo, y el presidente de la Asociación de los peloteros, Orestes Miñoso, llegaron a acuerdos. Los peloteros cubanos jugarían y con sueldos rebajados en comparación a temporadas anteriores, a cambio, se les debía garantizar a todos ellos su salida del país para poder reportar a tiempo a los entrenamientos primaverales. Aceptadas las condiciones, la mayoría de los peloteros cubanos se incorporaron a sus equipos respectivos en Cuba. La ausencia de estadounidenses dio oportunidad para el debut de varias figuras jóvenes, una de ellas fue un joven lanzador, oriundo de Marianao, de nombre Luis Tiant Jr.; Zoilo Versalles pudo jugar regular por primera vez y batear horrores en las filas del Marianao; Octavio Rojas jugó la segunda base a tiempo completo con el Habana, y así sucesivamente. A la memoria personal, el único que no quiso jugar en esa temporada fue el torpedero Willie Miranda, quien no viajó a Cuba. Llama la atención que el formidable y ameno periodista, Fausto Miranda, hermano de Willie, permanecía escribiendo sus crónicas deportivas en el diario Revolución.
La justa más reñida no pudo ser, Cienfuegos llegó al penúltimo día de la temporada con medio juego por debajo del Almendares. Estaba obligado a ganar su juego contra el Habana el 7 de febrero, de lo contrario, se las vería con los Alacranes en la última jornada, pero con un juego abajo, por lo que una victoria de los Elefantes produciría un empate y entonces una serie extra para definir el campeón. Si el Habana ganaba los últimos dos juegos y Cienfuegos ganaba el último podría producirse un triple empate. Era una temporada de 66 juegos para cada equipo, o sea 6 juegos menos que los disputados en la campaña de 1959-60.
El 7 de febrero se enfrentaron Leones contra Elefantes. Todo el mundo para el Cerro. Los eternos rivales, Habana y Almendares, venían de resbalar continuamente en las últimas cinco temporadas. Almendares había ganado en 1958-59, dirigido por Oscar Rodríguez, y nada más, el resto de las temporadas se las repartieron justamente entre Cienfuegos y Marianao, a dos per cápita. El Cienfuegos, flamante campeón de 1959-60, no parecía tener deseos de ceder, y llegó al juego contra el Habana con el ímpetu requerido.
El bigleaguer Héctor Maestri fue la selección del director Tony Castaño para abrir el penúltimo juego contra el Habana, mientras que los Leones de Fermín Guerra, optaron por Luis Tiant Jr., a quien en la misma primera entrada los Elefantes le sonaron duro. Veamos el recuento que nos hace el destacado comentarista René Molina desde las páginas de Revolución del 8 de febrero de 1961. Cienfuegos fue el visitador en este juego. Ossie Álvarez, como hombre proa, disparó doble, Leonardo Cárdenas, Borrego Álvarez y Tony “Haitiano” González conectaron sencillos, entró Diego Seguí de relevo por Tiant, out forzado en batazo de Román Mejías trajo la segunda en las piernas de Cárdenas. No hubo más, excepto una lluvia, la que para suerte de todos, duró 10 minutos, de nuevo al campo. En el tercero, Borrego sonó hit, el Haitiano lo imitó, pero Borrego se pasó en segunda y lo enfriaron. Mejías y Ultus Álvarez siguieron la fiesta con par de incogibles, por lo que el Haitiano anotó la tercera. Hubo entonces rebelión habanera, se soltaron los Leones, hits de Musulungo Gutiérrez, de Seguí y de Octavio Rojas, además de rolata buena para doble matanza de Héctor Rodríguez, que trajo la segunda de los Leones. Juego 3-2, pero los Elefantes volvieron a anotar en la cuarta entrada por base a Maestri, toque de sacrificio de Ossie Álvarez, cañonazo de Cárdenas, impulsor de la cuarta de su equipo. Llegó el sexto con el clásico puntillazo, lanzaba el derecho Gonzalo Naranjo por los Leones, hombre que había iniciado la temporada con los Alacranes. Maestri y Ossie recibieron bases, fielder choice en toque de sacrificio de Cárdenas, bases llenas, al bate Borrego, ¡qué problema! Dos bolas no strike, la grúa llegó para sacar a Naranjo, Fernando “Trompoloco” Rodríguez, le llamaban Freddie en las Mayores, se hizo cargo de la lomita, con la diferencia que entró cuerdo y le sirvió una bonita al Borrego, la que se fue por encima de las cercas del izquierdo, batazo que limpió las bases y puso el marcador 8-2.
El Habana anotó una en el octavo por hit del emergente Luis Zayas, error del antesalista José César, quien sustituyó en esos juegos finales al regular Hiraldo “Chico Ruíz” Sablón, y cañonazo de Hilario “Sandy” Valdespino. Trompoloco fue sustituido en la novena entrada por el novato Minervino Rojas, conocido en la MLB como Minnie Rojas, lanzador derecho oriundo de Remedios, quien hizo su debut en esta liga, años más tarde (1966-68) lanzó para los Angelinos de California en la Liga Americana. En este juego, el inicialista Panchón Herrera, del Habana, se tragó par de ponches, para elevar su liderato a 57, record para la liga.
Errores- César (2). Otras anotaciones- Seguí por doble matanza en el 3ro. Dobles: Ossie Álvarez y Rogelio Álvarez. Jonrones- Rogelio Álvarez (grand slam). Sacrificio de hits- Ossie Álvarez y Cárdenas. Cogidos robando- Herrera. Dobles matanzas- Ossie Álvarez a Cárdenas a Rogelio Álvarez; Maestri a Cárdenas a R. Álvarez. Bases por bolas intencionales- Azcúe y Haitiano González. Wild pitch- Naranjo. Quedados en base: Cienfuegos 8, Habana 6.
Ganó: Héctor Maestri 6-8. Perdió: Luis Tiant Jr. 10-8. Tiempo de juego: 2 horas y 30 minutos. Anotador: Fico del Castillo. Árbitros: R. García (home), Guedes (1B), Alfredo Paz (2B) y Amado Maestri (3B).
La última jornada, miércoles 8 de febrero de 1961, venía con doble juego. En el primer turno felinos enfrentados, Tigres de Marianao contra Leones de Habana. Luis Tiant volvería a lanzar, esta vez contra el zurdo camagüeyano Rodolfo Arias, mientras que el Cienfuegos anunció a su brazo de hierro, el derecho pinareño Pedro Ramos, contra el tunero derecho Orlando Peña. Observen la calidad de la profesional cubana, todos los mencionados en este párrafo fueron bigleaguers.
Castaño no alteró su alineación, la misma del juego anterior, excepto Ramos como lanzador. El Almendares (ver box scores abajo) presentó una alineación de velocidad y tacto en sus primeros cinco hombres al bate, todo estaba en que descifraran la recta del pinareño y sus rompimientos. En una ocasión le pregunté a mi padre si él consideraba a Vinent más rápido que Ramos, el viejo me dijo que le parecía Ramos algo más rápido. Una cosa que me gustaba de él, era que tenía un wind up rápido, no les daba tiempo a los bateadores a acomodarse, lanzaba con rapidez sus bolas de humo. Tenía un brazo de hierro.
Recuerdo que ese juego tuve que escucharlo por la radio, tenía TV, pero al parecer no hubo trasmisión. Los Elefantes salieron nuevamente agresivos después del primer escón de Ramos a los Alacranes. Cayeron los dos primeros outs, pero entonces llegó la avalancha, hits consecutivos de Borrego, Haitiano, Mejías y el receptor Joaquín Azcúe, todo eso combinado con errores de Ángel Scull y el mismo Peña. Tres carreras, ventaja inicial buena para Ramos. En el segundo no hubo anotación cienfueguera gracias a un fildeo de película del matancero Ángel Scull. En la cuarta entrada llegaron nuevas lluvias, Peña cedió el montículo al zurdo villareño Miguel Cuellar, no sin antes soportar la cuarta carrera por triple de Ramos (era tremendo bateador también y ambidextro) con el antesalista José César en circulación. Fíjense que calidad, sale Peña y entra otro as. Previamente, en la parte alta del cuarto, los Alacranes anotaron su primera carrera del juego por hit de Carlos Paula impulsor de Tony Taylor. En el sexto siguió la fiesta de los paquidermos, doble del cienfueguero Joaquín Azcúe y hit de José César, el juego 6-1 a favor del Cienfuegos. En el octavo lanzaba el derecho Andrés Ayón por el Almendares, relevó a Cuellar. Ayón igualmente fue castigado, hit de Haitiano, sacrificio de Román Mejías!! un slugger sacrificándose, base intencional a Azcúe, llevaba de 3-3, pero Ultus Álvarez tomó todo eso como una falta de respeto y disparó cohete al central, que trajo al Haitiano a home, batazo que perforó a Scull, por lo que Azcúe anotó la octava. El Almendares volvió a anotar en el noveno en las piernas de Taylor, esta vez impulsado por sencillo de José Ramón Villar, pero ya aquello pintaba de verde, resultado final 8-2.
Errores: Villar, Scull (2), Peña. Otras anotaciones: Ramos por wild en el 4to., Azcúe por error en el 8vo. Triples: Ramos. Dobles: González, Ramos, Paula, Amorós, Azcúe. Sacrificio-hit: Román Mejías. Bases Robadas: Taylor (2). Dobles matanzas: Amorós a Fernández a Taylor. Base por bolas intencional: Azcúe. Wild pitch: Cuellar. Quedados en base- Almendares 7, Cienfuegos 4.
Ganó- Pedro Ramos (16-7), Perdió- Orlando Peña (10-6).
Tiempo del juego: 2 horas y 25 minutos.
Anotador: Fico del Castillo. Árbitros: Alfredo Paz (home), Amado Maestri (1B), R. García (2B), Guedes (3B).
Estos juegos tuvieron sus detalles, tres peloteros del entorno cienfueguero integrando el equipo de los Elefantes. El receptor Azcúe de la misma ciudad de Cienfuegos, los jardineros Román Mejías del Central Manuelita, Palmira, y Ultus Álvarez de Cumanayagua. Hubo tres Álvarez al campo, el santiaguero Ossie Álvarez defendiendo la segunda, el pinareño Rogelio “Borrego” Álvarez en primera, y Ultus en el izquierdo. El último juego contó con dos pinareños, Ramos y Borrego, factores importantes en la victoria cienfueguera.
Ramos obtuvo su 16ta victoria de la temporada y empató el viejo record de Thomas Fine de 1949-50, y completó su 16to juego de los 23 que abrió. Lógicamente ganó muy merecidamente el MVP de esa temporada. El Cienfuegos ganó 35 juegos, o sea que Ramos obtuvo el 46% de las victorias de su equipo.
La serie del Caribe se tenía que efectuar en Cuba, pero todos sabían desde octubre de 1960, que eso no sucedería. Ahora, si ese equipo hubiera podido discutir en dicha serie, tendría que haber sido reforzado en la intermedia, por ejemplo, Octavio Rojas, campeón de bateo de esa justa; un jardinero, que podría ser pasar al mismo Borrego Álvarez al jardín izquierdo, mientras que la inicial sería defendida por Julio Bécquer, líder en jonrones (15) y en impulsadas (50) de la temporada; y dos lanzadores, Miguel Fornieles y Orlando Peña. No era un equipo Cuba, era un Cienfuegos reforzado y listo para llevarse el cetro nuevamente.