Por Francys Romero
Michel Triana es un esbelto bateador de 1.90 y 98 kilogramos que emigró de Cuba a mediados de 2018 para arribar a las Grandes Ligas en el futuro cercano. Nacido en el poblado de Cifuentes, Villa Clara, a 265 kilometros de la capital y surgido de una familia humilde, Triana está siendo observado por muchos scouts y equipos de MLB en la Republica Dominicana.
«Houston y Cincinnati son los más interesados», dijo una fuente a CiberCuba que no quiso revelar su identidad.
exista un talento como Triana que a sus 19 años firmará sin ninguna duda en el próximo período de Julio 2.
«Mi principal elemento siempre ha sido el bateo, pero luego de llegar aquí he mejorado mucho mi fuerza, (en Cuba) no me caracterizaba por dar muchos jonrones y también he mejorado mi velocidad», dijo el super prospecto en exclusiva a CiberCuba Deportes.
Saliste buscando el sueño de MLB.
¿Cómo te sentiste el día que tuviste que dejar a tu familia atrás? le preguntó en medio de nuestra conversación:
«Eso fue algo muy duro porque de Cuba uno salía a jugar en el exterior, pero sabía que iba a regresar en dos semanas o tres y podrías estar con tu familia de vuelta», aclara quien domina la tercera base, el campocorto y la inicial.
«Son decisiones que uno debe tomar para lograr un sueño. En la vida y en el deporte hay que hacer un gran sacrificio y dejar de lado muchas cosas», dice Triana.
El poder y su madurez en el plato lo sitúan como el más aventajado de los bateadores para el próximo ciclo de firmas. Es muy problable que no exista un talento como Michel ni dentro ni fuera de Cuba ahora mismo. El slugger estima que su vida como deportista ha cambiado. En Cuba los entrenamientos se sometían en base a un campeonato. En Dominicana lo preparan para firmar un contrato.
No juegas tan seguido y se busca más la especialización en la técnica y los movimientos.
«Me he adaptado bien y se están notando los cambios», confiesa.
Triana salió de Cuba meses antes de concretarse el acuerdo Cuba-MLB de diciembre pasado. De haber estado en la isla, él cree que no hubiera emigrado y así no hubiera sacrificado la lejanía de sus seres queridos.
Sin embargo, él ya no mira atrás. Es tiempo de que el guerrero prepare la guerra para luego encontrar la paz. El primer sueño de firmar un contrato está cerca de ser su primera batalla cumplida. El resto es lo siguiente. Un sueño impulsa al otro.
(Tomado de CiberCuba)