«Quien no conoce la verdad es un tonto, pero quien conociéndola la llama mentira es un criminal.» Reza una frase atribuida a Galileo Galilei. Por ello, me inclino a pensar que ciertos elementos, militantes de la extrema izquierda en Estados Unidos o bien tienen las neuronas contadas o se convierten en cómplices directos del lento holocausto que vive el pueblo cubano. No debería ser un artículo de política, pero es de política. Aunque también involucra al deporte y viceversa.
Ciertos militantes del partido demócrata reciclan ideas e iniciativas, sin saber que lejos de favorecer entorpecen, y más que despertar emociones, generan indignación. El congresista Stephen Ira Cohen reintrodujo la mal-llamada Ley de Diplomacia del Béisbol que busca supuestamente eliminar las barreras que impiden a los atletas cubanos ingresar a Estados Unidos con visas de no inmigrante durante la temporada de béisbol y regresar a Cuba al finalizar esta.
La medida, en el papel, permitiría a los jugadores conservar su ciudadanía y escuchen, volver a la isla con sus ingresos. O este se hace o es. ¿Permitiría el régimen que frente a sus narices un deportista amase cifras millonarias sin robarle una jugosa tajada y explotarlo en medio de un moderno sistema de semi -esclavitud? ¿Podrán esos atletas cubanos contratar un agente distinto a la oficialista y parasitaria Federación Cubana de Beisbol?
La trampa detrás de la supuesta Diplomacia del Béisbol Cubano
Ira Cohen se suma a las ingenuidades políticas de su partido. “Todos sabemos que algunos de nuestros mejores jugadores de béisbol son de Cuba o aprendieron el béisbol allí, incluyendo a mi héroe de la infancia, el miembro del Salón de la Fama Minnie Miñoso, ‘El Cometa Cubano’ de los Medias Blancas de Chicago. Bajo la ley actual, los mejores jugadores cubanos tienen que renunciar a su ciudadanía y abandonar a sus familias para jugar en nuestros equipos de las Grandes Ligas. Eso es perjudicial para los jugadores, para la afición y para el béisbol. La Ley de Diplomacia del Béisbol eliminaría estas barreras innecesarias y permitiría a los mejores jugadores competir, a la vez que mejoraría las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y transformaría vidas y medios de vida”.
Esta declaración del congresista parece una parte de un capítulo de una novela de ciencia ficción o una tragicomedia teatral. ¿Alguien le habrá dicho al político que es la dictadura la que segmenta y no deja regresar a los atletas que decidieron aventurarse a jugar en otras ligas para luchas por el futuro de ellos y sus familias? ¿Alguien le habrá dicho de las barbaries y los atropellos que se cometen a diario, de la miseria, el hambre y los apagones? Nada que es muy fácil ser comunista con dólares.
Vamos a ver como la graciecita le cae al presidente Donald Trump que ya en 2019 desarticuló un acuerdo firmado en diciembre del 2018 entre la MLB y la FCB.