POR JORGE EBRO
Con luces y sombras, Yasiel Puig ha cumplido varias expectativas de los Dodgers. El Caballo Loco fue un puntal en Los Angeles la pasada temporada y lo seguirá siendo hasta el 2019, cuando cumpla su contrato. Nada indica lo contrario.
Pero los actuales campeones de la Liga Nacional han tenido una tormentosa relación con el mercado de peloteros cubanos, subrayada por una fuerte inversión con un mínimo de retorno en aquellos que jugaron Series Nacionales.
Sacando de la ecuación a Yasmani Grandal por su elección en el Draft Amateur directamente de la Universidad de Miami, los Dodgers todavía poseen obligaciones financieras con peloteros de poco o nulo impacto en Grandes Ligas por diversas razones.
De acuerdo con una lista que ofrece MLBtraderumors.com, Los Angeles aún deben pagar $52.5 millones a cuatro jugadores cubanos en las próximas temporadas, remanentes de acuerdos de una época pasada en que las sumas volaban de un lado a otro para los nacidos en la isla.
Los Dodgers le deben $24.5 millones al lanzador Yaisel Sierra hasta el 2021, $14 millones a Héctor Olivera hasta el 2020, $6.5 millones a Erisbel Arruebarrena hasta el 2018 y $2 millones a Dian Toscano hasta el 2019.
Existe alguna posibilidad de que Sierra, quien ascendió a Triple A y tuvo buenos números en las Menores, llegue a vestir el uniforme del equipo principal, y en un sitio algo más atrás puede haber algún remoto chance para Arruebarrena.
Sin embargo, los inquilinos de Chavez Ravine ya nada recibirán de Héctor Olivera y Toscano, quienes en estos momentos se encuentran fuera del sistema de Grandes Ligas y con interrogantes en su futuro.
Habría que recordar que Olivera firmó en el 2014 un pacto de $62.5 millones, Sierra uno de $30 millones en el 2016, Arruebarrena uno de $25 millones en el 2014 y Toscano otro de $6 millones también en el 2014.
Toscano firmó su acuerdo con los Bravos y luego pasó a los Dodgers, el camino inverso de Olivera, quien estableció una asociación con los angelinos antes de ser canjeado a Atlanta.
Puig tampoco ha estado exento de dificultades, pero su talento le ha salvado por encima de todo, así como su madurez dentro y fuera del terreno. El y Grandal, elegible al arbitraje salarial, son los que levantan la bandera cubana.