POR JORGE EBRO
Raisel Iglesias no quiere no utilizar la manida frase de que lo que sucede conviene, pero es innegable la felicidad del pelotero tras volver al puesto de relevista, el mismo de sus tiempos en las Series Nacionales cubanas.
Cuando comenzó la temporada parecía muy claro que los Rojos utilizarían a Iglesias como abridor y no por gusto le confirieron el alto honor de lanzar en el choque inaugural de la temporada.
“No voy a negar que aquello lo sentí como un tremendo premio”, expresó Iglesias de visita en Miami con Cincinnati. “De hecho, hubiera hecho lo que me hubiesen pedido para ayudar al equipo, pero al parecer eso no estaba en mi camino”.
Su camino, en ese momento, pasaba por una lesión en el hombro que le costó un mes y medio en la lista de inhabilitados y que hizo replantear al equipo el futuro de Iglesias dentro de la organización.
Aunque había mostrado cierta promesa como abridor al exhibir foja de 4-8 con 3.88 de efectividad en 21 aperturas, problemas de fatiga en el hombro indicaban que tal vez no sería lo más adecuado someterlo al tremendo trabajo de 100 envíos cada cinco días, de ahí que lo colocaran en el bullpen.
El, por lo pronto, no oculta su deseo.
“Quiero ser el cerrador de los Rojos”, comentó el chico de la Isla de Pinos, que integrara varias escuadras nacionales en su tierra. “Ahora tenemos un muchacho que hace bien el trabajo, pero ya veremos que pasa al final de la temporada. Trataré de hacerlo mejor posible y convencer al equipo que puedo cerrar los juegos”.
Por el momento, Iglesias luce como pez en el agua en su nuevo puesto y los Rojos han notado como la velocidad se ha incrementado: su recta que marcaba 91 millas en abril alcanza ahora en julio las 96 y hasta toca de vez en cuando las 98.
Mentalmente también es otro, en dominio de la situación, y en 7.1 entradas como relevista solo ha permitido tres imparables con siete ponches y solo tres bases por bolas, con una sola carrera admitida.
A otro el cambio le hubiera afectado, pero no a Iglesias, quien ha vivido su cuota de riesgos desde que fuera apresado tratando de escapar en el 2013 antes de finalmente se fugara del país en noviembre de ese año.
“Los cubanos pasamos por tanto en la vida, que un cambio de posición no me va a afectar”, recalcó Iglesias, quien en el 2014 firmó un pacto de $27 millones por siete temporadas con los Rojos. “Hay que seguir luchando y mirando hacia delante, tratando de hacer las cosas bien en el lugar que sea”.