Por: Javier González
Ahora que ya sabemos, o para decirlo mejor: confirmamos, que Rusney Castillo no ejerció su cláusula de escape y continuará un año más con los Medias Rojas para 2020, es el momento prudente para analizar cuán dañino ha sido este acuerdo, para ambas partes.
Retrocediendo en el tiempo, los Medias Rojas firmaron al cubano por un monto de $72.5 millones por siete temporadas el día 22 de agosto de 2014. Una suma que continúa siendo récord hoy día para cualquier pelotero oriundo de la Mayor de las Antillas sin experiencia previa en el béisbol profesional estadounidense.
Lo tenía todo: tacto, defensa, velocidad sobre las almohadillas, una auténtica bazuca en su brazo de lanzar y poder bastante por encima del promedio. La gerencia de los Medias Rojas, encabezada por Ben Cherington en ese entonces, creyeron que no había posibilidad de fallo.
Sin embargo, el futuro comenzó a alinearse en su contra, y su carrera terminó por hundirse definitivamente en ligas menores. Así las cosas, la última vez que Castillo participó en un juego oficial de Grandes Ligas, se remonta al mediados de junio de 2016. Desde entonces, ha acumulado cualquier cantidad de méritos para ser tomado en cuenta, pero la delicada situación financiera de la que parecen salir nunca los Medias Rojas, ha obligado al equipo a mantener su elevado salario fuera del 40 man roster, para evitar penalidades mayores por concepto de impuestos de lujo.
Llegado este punto, es válido preguntarse:
¿Para quien ha sido más perjudicial este matrimonio?
Bueno, en realidad la carrera deportiva de Rusney al más alto nivel se fue por el precipicio. El acuerdo consumió sus años fértiles (desde los 27 hasta los 33), sin embargo, su futuro y el de su familia quedó garantizado de una vez por todas en términos económicos.
Quien no pudo sacar ni el más mínimo valor de este acuerdo fueron los Medias Rojas. Para ellos fue verdaderamente nefasto, desde todo punto de vista. Y es que Rusney, quien apenas estuvo 115 días en Grandes Ligas, participó en 99 juegos, vino al cajón de bateo en 237 oportunidades, en las cuales consiguió 83 imparables (solo 7 de ellos de vuelta completa) y empujó 35 carreras, recibió una remuneración extremadamente exorbitante por cada acción ofensiva obtenida.
Baste tomar una calculadora en sus manos, para percatarnos que los Medias Rojas le pagaron al cubano $630435 dólares por cada día que estuvo en MLB, $732323 dólares por cada partido que jugó, $215134 dólares por cada visita al homeplate, $873494 dólares por cada imparable conseguido (nada menos que $10.36 millones por cada cuadrangular). Además de $2.07 millones por cada carrera que empujó y $1.61 millones por cada vez que anotó.
Para que se tenga una idea, entre Cody Bellinger, Aaron Judge y Christian Yelich cobraron en 2019 la suma de $11.08 millones. Rusney solo recibió $11.77 millones. Esa suma fue la más alta percibida por cualquier pelotero en todo el sistema de ligas menores que no estuvo ni un solo día en roster activo a lo largo de la temporada.
Así son los negocios, unas veces se gana, otras veces se pierde y en otras se hace el ridiculo. Los Medias Rojas hicieron el ridiculo aquel 22 de agosto de 2014.
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2 comentarios
La pregunta es cuánto le ha costado Bradley jr a los Boston ,q ha bateado por debajo de 230 en sus últimas 4 temporadas,un paquete q supuestamente consideraron mejor q Castillo y no lo es,esa es la cuestión !!!!
De momento Bradley le ha costado 20 millones tras los primeros 8 años a Boston. Está entrando a su novena temporada en la organización (fue tomado del Draft en 2011)……por cierto, en sus últimas 4 temporadas solamente una vez ha bateado inferior a 230.