En el béisbol cubano hay un fenómeno que se repite con la precisión de un reloj suizo y la tristeza de un país que lleva demasiado tiempo sin entender que pensar diferente no es traicionar, es simplemente… pensar.
El ciclo es el mismo. Aparece un pelotero cubano con talento. Batea, fildea, corre, deslumbra. Los fanáticos lo elevan a los cielos, lo llaman orgullo de su tierra, “otro que nos representa con dignidad”. Pero ese amor tiene una condición no escrita, una cláusula escondida en la letra pequeña del contrato emocional: mientras no diga que no va a jugar con Cuba, todo está bien. Ahora, si osa decir que no jugará —aunque lo diga con respeto, sin una palabra política, sin meterse con nadie—, el amor se convierte en odio y el orgullo en traición.
Le pasó a Yandy Díaz, el mismo que fue champion bate en la Liga Americana. El mismo que ha sido All-Star. Pero bastó con que dijera que no tiene interés en representar a Cuba —aunque aclaró que respeta al que lo haga— para que el coro revolucionario cambiara la letra. Ya no era el mejor primera base cubano en MLB. No. Ahora era un “muerto”, “viejo”, “acabado”, “sobrevalorado”. Incluso aparecieron sabiondos en redes asegurando que hay peloteros en la Serie Nacional mejores que él. Con todo respeto, si esos peloteros fueran mejores que Yandy, ya estuvieran jugando contra Gerrit Cole y Zack Wheeler, no contra los Cazadores de Artemisa en un estadio sin luz.
Pasó también con Edgar Quero, el único receptor nacido en Cuba que juega ahora mismo en Grandes Ligas. Cuando dijo que no estaba interesado en jugar con Cuba, lo bajaron del pedestal en un segundo. “¿Y quién es ese?”, decían. “Ese no hace equipo ni en el Cuba B”. Increíble. Un catcher joven y titular en MLB, pero que mágicamente “no tiene nivel” por dar una opinión honesta. Lo de siempre.
El tema del Cuba sigue creado desavenencias
Y ahora la víctima más reciente: César Prieto. Uno de los bateadores más mediáticos de su generación. El mejor bateador en Cuba en su momento, el que rompió récords en la Serie Nacional con los mismos peloteros que hoy integran el «equipo Cuba». El que ha demostrado en Triple A que ya está listo para MLB, con números sólidos en una liga que no regala nada. Pero en cuanto dijo que no jugaría con Cuba aunque lo llamaran, las cuentas pro-federación lo sentenciaron: “No sirve”, “Por algo no ha subido”, “Otro inflado”.
Así de fácil. Del amor al odio. Del héroe al enemigo. ¿La razón? No es el rendimiento, no son los números, no es el talento. Es que dijo NO.
Lo que estamos viendo no es una reacción espontánea de fanáticos. Es el resultado de décadas de adoctrinamiento, de una maquinaria que ha dividido al cubano hasta en la pelota, que es —o era— nuestra religión común. El sistema no solo nos robó jugadores. Nos robó la capacidad de admirar sin condiciones. Nos enseñó que si alguien no se alinea con el discurso oficial, hay que borrarlo, desacreditarlo, destruirlo.
Por eso no importa lo que haga César Prieto con el bate. No importa si Yandy Díaz sigue bateando .300. No importa si Edgar Quero es el futuro detrás del plato. Si no juegan “con la bandera”, no merecen aplauso. Solo silencio… o insultos.
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El problema no son los peloteros. El problema es el país que nos enseñó que pensar distinto es traicionar, que decir “no quiero jugar con Cuba” es peor que cometer un error en tercera base.
Y así seguiremos, hasta que algún día, en vez de preguntarle a un pelotero “¿vas a jugar con Cuba?”, le preguntemos: “¿estás bien? ¿estás feliz? ¿te sientes libre?”. Ese día, quizás, entenderemos que el amor al béisbol no puede seguir dependiendo del miedo.
Porque mientras el sistema siga dictando a quién amar y a quién odiar, seguiremos condenados a lo mismo: a perder peloteros y, lo que es peor, a perder el alma.

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7 comentarios
Mas de lo mismo,esta pelicula es como «las muchas partes de Stars Wars»,cada vez que hay un Clasico,el odio contra Cuba,se activa en su vertiente deportiva y articulos como este,comienzan a abundar.
Mi consuelo es que esta es una pagina «deportiva»,»sin farandula»,»ni politica»,….dicen ellos..jajajaja
Nah.Yo diria mejor que cuando dices NO al equipo de las 4 letras,que representa a nuestro lugar de nacimiento y patria de nuestros ancestros,lo que sucede es que,a ese que dice NO,no lo chantajean,ni lo linchan en la Histerica Region adonde emigramos muchos,desde los 40 y 50 ,region que se cree libre,pero donde,ir contra lo que la matriz mediatica impone,es cometer «harakiri»social,porque la histerica del odio+el baro que se hace manipulando el mismo,hace que haya,muchos ‘guerreros del microfono» o del internet,en «caceria de brujas»,sea en contra de los deportistas,los artistas y todo aquel,que no profese el mismo odio ‘recetado»,creyendo que dividirnos,es la mejor manera para derrocar al rrrrrrrregimen.
Sigan politizando el deporte y proyectando lo contrario,porque es evidente,quienes son los que mas interes tienen en esta politizacion.El chantaje y la presion,eso es lo propio de la fauna extremista de la emigracion.Algunos son fervientes politizadores ,pero la mayoria,solo tiene miedo a «disentir»porque saben lo que les espera en la Republica Bananera y Linchadora de Miami y sus derivados
Tengo una opinión muy particular sobre este asunto Yordano, yo pienso que al pelotero o al deportista en sentido general no hay que estarlo presionando tanto con la intención de que si va al Cuba o no, eso es problema del pelotero y no hay que estar invadiendo su vida, cada cual hace lo que le venga en ganas, hay un periodista en Miami que ha hecho de ese tema su único trabajo. Recuerdo que un día Chapman, que tiene muy bien definida su posición con referencia a su negativa a participar en cualquier evento con Cuba, no se dejó presionar por el referido periodista que buscaba desesperadamente una declaración contra otro pelotero; así debemos comportarnos, con respeto ,admiración y como Cubanos con nuestros semejantes. Y yo no soy francotirador, soy un simple aficionado y admirador de aquellos equipos salvajes. Quiero decirte que Germán Mesa formó parte de aquella legión de glorias de nuestro país y merece respeto y que no se le llame dictador. Esta es mi posición y respeto la de cada cuál, solo sugiero y me cago en cualquier tipo de corriente política.
me encanta tu escrito, pero creo que debe ser general estamos tan divididos y hemos sido víctimas por mucho tiempo del aquí y el allá, esto sirve para esos que dicen no pero para aquellos que dicen si también, los que no los atacan desde cuba y los que dicen si los atacan desde allá (usa), En realidad no veo momento para que en lo que llevamos en la sangre desde que nacimos el béisbol se acabe el rencor de ambas partes y se unan con un solo propósito, que renazca la pasión del cubano (( la pelota ))
Muy bien Detallado Yordano ???
Tengo una opinión muy particular sobre este asunto Yordano, yo pienso que al pelotero o al deportista en sentido general no hay que estarlo presionando tanto con la intención de que si va al Cuba o no, eso es problema del pelotero y no hay que estar invadiendo su vida, cada cual hace lo que le venga en ganas, hay un periodista en Miami que ha hecho de ese tema su único trabajo. Recuerdo que un día Chapman, que tiene muy bien definida su posición con referencia a su negativa a participar en cualquier evento con Cuba, no se dejó presionar por el referido periodista que buscaba desesperadamente una declaración contra otro pelotero; así debemos comportarnos, con respeto ,admiración y como Cubanos con nuestros semejantes. Y yo no soy francotirador, soy un simple aficionado y admirador de aquellos equipos salvajes. Quiero decirte que Germán Mesa formó parte de aquella legión de glorias de nuestro país y merece respeto y que no se le llame dictador. Esta es mi posición y respeto la de cada cuál, solo sugiero y me cago en cualquier tipo de corriente política.