Por David Venn
HOUSTON – Yuli Gurriel y Aroldis Chapman tienen bastante en común, como ex compañeros de la selección cubana de béisbol y figuras de alta dimensión que han salido de su país para buscar nuevos y lucrativos horizontes en las Grandes Ligas.
Gurriel, infielder de los Astros, describe a Chapman como «muy amigo» y ha contado que el cerrador de los Yankees le dio consejos cuando desertó de Cuba tras la Serie del Caribe del 2016.
El sábado en el Minute Maid Park, a casa llena con 40,010 espectadores, Gurriel se enfrentó a Chapman en el cierre del octavo inning con dos outs, corredores en primera y tercera y Nueva York derrotando a
Houston por 6-5. En lo que fue tal vez el turno más memorable para Gurriel el su joven carrera como ligamayorista, el primera base de los Astros conectó un doble por la raya de tercera que empujó las carreras del empate y de la ventaja, poniendo a explotar a la fanaticada de los «siderales» y decidiendo la victoria de su equipo.
«Para mí, es el mejor cerrador que hay en las Grandes Ligas y el que más duro tira», dijo Gurriel tras el triunfo por 7-6 de los Astros. «En un juego así, lo principal es poner adelante a mi equipo. Me siento muy contento».
Después de que los Astros anotaran dos carreras frente al preparador de los Yankees, Dellin Betances, el manager Joe Girardi le pidió un salvamento de cuatro outs al lanzallamas Chapman. En primer bateador que enfrentó el zurdo fue Gurriel, a quien había llegado a lanzar en la Serie Nacional de Cuba la década pasada cuando pertenecía al Holguín y Gurriel a Sanctí Spíritus.
Gurriel, no conocido propiamente por ver muchos pitcheos por turno, negoció una cuenta máxima antes de dar su batazo decisivo.
«Pensé que estuvo increíblemente paciente y creo que eso demuestra su madurez como pelotero», dijo el manager de los Astros, A.J. Hinch. «Sé que es un ‘novato’, como quien dice, en los Estados Unidos, pero ése fue un turno tan maduro como se puede ver.
El ambiente estuvo increíble, con los fanáticos y la talla de juego con grandes emociones», dijo Hinch. «Que él se siente ahí siendo tan paciente buscando un pitcheo para batear hasta que hubo cuenta máxima, hace que el turno haya sido especial».
En total, Gurriel se fue de 4-3 con el doble frente a Chapman, un cuadrangular, cuatro empujadas y una anotada para elevar su promedio a .285 y su OPS (porcentaje de embasarse más slugging) a .771.
«‘Este muchacho ha sido una superestrella internacional», recordó Hinch. «No sólo un buen jugador, sino una estrella. Por la razón que sea, las estrellas así se ven bien calmadas en los momentos más grandes».
Paso por paso, el «novato» de 33 años deja en claro que pertenece a este béisbol.
«El ambiente estuvo increíble, con los fanáticos y la talla de juego con grandes emociones», dijo Hinch. «Que él se siente ahí siendo tan paciente buscando un pitcheo para batear, hasta que hubo cuenta máxima, hace que el turno haya sido especial.
«Él ha contestado toda interrogante con buenos turnos de manera continua, la manera en que ha encajado en este equipo y la forma en que ha cambiado de posición. No hay nada de egoísmo con él y está poniendo de su parte».
En cuanto a Chapman se refiere, Gurriel sabe que su amistad quedará intacta-pese al daño que le hizo a su compatriota en un momento tan crucial.
«Somos grandes amigos», dijo Gurriel. «Fuera del terreno, seguimos siendo amigos».