Por: TVYumuri
En el histórico Primer Clásico Mundial de Béisbol, efectuado en el mes de marzo de 2006 en Japón, Puerto Rico y las ciudades estadounidenses de Orlando, San Francisco, Los Ángeles y San Diego, muchos pensaron que la oveja negra iba a ser el equipo cubano debido a que no presentaba a ningún jugador rentado ante nóminas, con experiencias en el profesionalismo.
Pero como siempre en este deporte el terreno es el que dice la última palabra, el equipo de Cuba demostró mucha garra en cada salida y pudo llegar a discutir el título al fuerte seleccionado de Japón y aunque perdió el encuentro decisivo 10 carreras por 6, esa segunda posición alcanzada reafirmó el prestigio y la tradicional calidad de nuestro bien llamado Deporte Nacional.
En aquel equipo el destacado jugador matancero Yoandy Garlobo Romay (Jovellanos, 12-1- 1977), aprovechó muy bien su primera gran oportunidad con la selección nacional de béisbol y nada menos que en el certamen de más nivel cualitativo jamás organizado entre equipos nacionales, como declaró a este espacio.
“Es un béisbol de gran fuerza, con un pitcheo que se equivoca poco. Nosotros veíamos en vídeos a aquellos jugadores de Grandes Ligas, pero nunca pensamos que un día estaríamos con ellos en un terreno. Recuerdo que Papi Ortiz y Albert Pujol, futuros integrantes del Salón de la Fama, reconocían nuestro deporte y nos decían que ese amor con el que ustedes juegan era envidiable y que merecíamos ganar el Clásico.”
Garlobo promedió allí 480 producto de doce inatrapables en 25 veces al bate, el mejor de la nave criolla y el segundo del torneo sólo superado por el estadounidense Ken Griffey Jr, quien jugó dos choques menos que el jovellanense. Ese desempeño lo llevó a ser seleccionado para el Todos Estrellas del campeonato.
“Cuando me vi en la alineación como designado pensé: ha llegado mi oportunidad y ésta no hay quien me la quite, voy a ratificar lo que mejor hago en Cuba, que es batear. Esa era mi meta y creo la cumplí en aquel empeño que llevábamos de medir la calidad de nuestro béisbol con el más alto del mundo.”
Un momento muy emotivo, recuerda, fue la llegada a La Habana.
“Aquello era increíble, ver en el aeropuerto a nuestro Comandante en Jefe Fidel recibirnos con tremenda alegría. Luego de once años tengo siempre presente ese momento en el que le entregué dos pelotas firmadas por los integrantes del equipo y el me dio un bate como reconocimiento a mi labor. También ese pueblo de la capital y posteriormente el de Matanzas y Jovellanos muy contento por nuestra actuación, son cosas que guardamos en el corazón.”
Se aproxima el Cuarto Clásico y aunque hay expectativas por la actuación cubana, Yoandi Garlobo piensa que sí se puede.
“Si nosotros pudimos dar una alta nota en el aquel Primer Clásico, los que nos representan ahora están listos para luchar. Tenemos jugadores de calidad que podrán hacer su trabajo en el terreno con dignidad y coraje. No se puede pensar en otra cosa que no sea la victoria.”
Luego de su actuación en ese certamen élite, Yoandi Garlobo Romay integró de nuevo el equipo Cuba un año después, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias, en Colombia. En la actualidad trabaja y reside en su querido terruño de Jovellanos.