«Nunca pensé tener una actuación destacada como la que tuve hoy aquí», declaró el joven cubano de apenas 21 años de edad. «Salió todo bien, fui el JMV y esto se lo dedico a mis padres, que sé que me estaban viendo en Cuba.
«Me sentiría muy emocionado si vieron este juego», insistió Moncada. «Los extraño mucho. Si no [lo vieron] los llamaré más tarde, les diré que fui el JMV y ellos se van a sentir orgullosos».
Sobre su batazo decisivo, Moncada no está seguro de cuál fue el envío conectado frente al zurdo Anthony Banda. Simplemente, buscaba la oportunidad de ponerle la parte gruesa del bate a la pelota.
Con una naturalidad propia de más bien un veterano, Moncada volteó la tortilla y encaminó a su equipo a la victoria. Tan impactante fue ese batazo para el resto del equipo, que la novena dirigida por el dominicano Moisés Alou se destapó a batear para ganar por un amplio 11-3.
«Yo no sé si fue recta, solamente fui a hacer un buen contacto con la bola», describió el intermedista de la organización de los Medias Rojas de Boston. «Cuando vi que la bola salió para arriba, me sentí muy contento y emocionado por poner al equipo a ganar.
«Uno se siente contento, uno se siente emocionado con todo eso», prosiguió la promesa de los Medias Rojas. «Fue una experiencia muy bonita para mí. Solamente salí a divertirme, a jugar mi pelota».
Con todo lo que ha hecho Moncada en menos de dos años en el deporte profesional norteamericano, alguien pudiera imaginarse que ya está preparado para momentos de grandeza como el hilvanado el martes en Petco Park, pero asegura que se ha asombrado a sí mismo.
«Me gustan mucho los carros, pero este jonrón no se compra con nada», comparó Moncada. «Lo que hice es una cosa increíble. Llevo dos años en los Estados Unidos y solamente he estado entrenando en cosas para seguir mejorando. Yo mismo me he quedado asombrado. He logrado muchas cosas que no pensé lograrlas».
El palo decisivo de Moncada fue una de una serie de momentos altisonantes en el juego, como lo fueron los engarces de los dominicanos Manuel Margot y Eloy Jiménez, pero el cubano era el tema del momento en los vestidores del Equipo del Mundo.
«Es demasiado bueno, hay que darle su mérito», comentó Jiménez, que aparte de su monumental engarce casi cayendo del otro lado de la cerca por la zona de foul del jardín derecho disparó un vuelacercas de tres carreras impulsadas en el noveno tramo. «Eso fue algo impresionante. Él se quitó nada más el lanzamiento de encima y pegó el jonrón. Ese muchacho hace tremendo swing a las dos manos».
Un par de metros más allá, Margot, que le robó un posible jonrón a Carson Kelly por encima del nivel de la barda del jardín central en el sexto inning, hablaba maravillas del jugador de cuadro que puso arriba al Equipo del Mundo.
«Wow, de verdad, ese fue el batazo que nos dio la ventaja y desde ese palo todo el mundo cogió ánimo», elogió Margot. «Para mí ese fue el punto clave del juego. Se enfoca. Lo he visto poco jugando, pero he notado de él que es algo increíble».
