Por Jorge Ebro
Termina la entrevista y Angel López se le acerca a Omar Linares. “Verdad que tú eres modesto’’, le dice el ex receptor de las Villas. “Usted es el caballo de los caballos’’. Y ambos comparten una sonrisa pícara y cómplice. Ellos saben lo que están hablando.
Para miles, Linares es el mejor pelotero salido de Series Nacionales y en la entrevista afirmó no reconocerse como tal. Pero esa discusión ya es materia de tertulia deportiva, porque el “Niño’’ de Pinar del Río ahora solo toma un bate en sus manos para enseñar o jugar en un choque de nostalgias como el del sábado 24 de noviembre en Tampa.
Linares es uno de los coaches de los Dragones de Chunichi y el artífice de que Dayán Viciedo sea campeón de bateo en la pelota japonesa. Eso dice algo y mucho de su capacidad actual, de lo que fue su talento con el madero en la mano.
Por decisión propia y para malestar de muchos, Linares –actualmente de 51 años- no quiso jugar en las Mayores. Su dimensión como pelotero siempre quedará matizada por lo que pudo haber sido y no llegó a ser. Ese es el tremendo debate.
Para el juego de veteranos en Tampa, Linares ha decidido jugar en primera base, al lado de Yobal Dueñas en la intermedia. Alguien que ha venido desde Miami para verlo pasa cerca de ambos y solo atina a decir: “caballero, y pensar que ese hombre pudo haber ganado los millones de su vida. Pudo haber sido el más grande’’.
¿Cómo ha sido la experiencia de coach en Japón?
“Fue una experiencia muy bonita. Ya llevamos dos años y medio con los Dragones de Chunichi atendiendo a los latinos principalmente y, como cubano a Dayán Viciedo, que este año se convirtió en campeón de bateo’’.
¿Qué trabajaste en específico con Viciedo?
“Trabajamos fundamentalmente la coordinación. Ese es un campeonato muy largo y cuando pasa la segunda fase del torneo, tiende uno a cansarse. En su caso logramos que su coordinación se mantuviera siempre y cuando comenzó la segunda vuelta, él empezó a mejorar para batear .348’’.
¿Crees que Viciedo puede volver y brillar en Grandes Ligas?
“Viciedo es joven todavía. Tiene 29 años. Yo diría que sí. Por esa juventud combinada con la experiencia y lo que ha hecho en Japón. Ahora se encuentra en la flor de su madurez deportiva’’.
¿No le pusieron mucha presión a Viciedo al compararlo contigo?
“Sí, y eso no es justo. Sobre todo cuando el llegó aquí siendo un adolescente. A mí no me gustan las comparaciones. Cada cual hace lo suyo’’.
¿Hubiera brillado Omar Linares en Grandes Ligas?
“Todo jugador que tenga calidad y se proponga llegar a Grandes Ligas, puede hacerlo. Pienso que también yo habría dado lo mejor de mí y hubiera tenido mis pequeños resultados en Grandes Ligas también’’.
¿Extrañas tu época de jugador o ya eres un maestro total?
“Trato de enfocarme por completo como maestro para ayudar a los bateadores. Uno cuando está en el terreno piensa como jugador, quisiera seguir jugando, pero la edad no perdona y hay que adaptarse a la situación de cada momento’’.
¿Qué te gustó más y qué te gustó menos de tus tiempos de jugador?
“Haber sido campeón olímpico, haber jugado contra los Orioles de Baltimore fue algo inolvidable, lo que menos me gustó fue no haber estado en un Clásico Mundial que hubiera sido algo muy grande para mí y todos mis compañeros de esa época’’.
¿Qué sientes cuando alguien dice que eres el mejor pelotero de Series Nacionales?
“Diría que no. No soy quien para estar juzgándome a mí mismo. Los resultados hablan por sí solos y hay muchos peloteros con grandísimos resultados que tampoco pudieron jugar un Clásico Mundial de Béisbol, cuando se abrió todo al profesionalismo’’.
¿Fueron algunas versiones de Pinar del Río los equipos más fuertes de Cuba?
“El equipo de nosotros estaba muy bien, pero estaban Industriales, Villa Clara, Santiago. Ganábamos y perdíamos. Ganomos como cinco campeonatos. Fue una etapa muy buena’’.