Por Adam McCalvy
PHOENIX — La historia del camino del cubano Yasmani Grandal hasta los Cerveceros se puede relatar con el arte que adorna su cuerpo.
“Me gusta expresar de alguna manera mis experiencias y demostrarle al mundo de qué ha consistido mi vida”, declaró Grandal, quien se integró al conjunto de Milwaukee tras firmar como agente libre en enero.“Algunas personas lo hacen como una clase de escape. A otras simplemente les gusta tenerlos. En mi caso, me gusta contar mi historia en mi cuerpo. Cada vez que me hago un tatuaje, tengo una buena temporada. Pero no me ponía cualquier cosa; debía hallar la manera de encontrar algo con significado”.
En sus propias palabras y con las imágenes del fotógrafo de los Cerveceros, Scott Paulos, presentamos las historias detrás de las piezas de arte en el cuerpo de Grandal.
Brazo izquierdo: Escorpio
Este fue mi primer tatuaje, mi signo astrológico en letras japonesas. Luego de uno, fueron dos, después tres. Pero el primero fue cuando tenía 18 años, en mi primer año en la Universidad de Miami. Había un estudio de tatuajes cerca de la casa de una novia y un día decidí hacerme uno. Sabía que quería algo pequeño, solamente para saber cómo se veía.
Uno de los coaches en Pequeñas Ligas no sabía cómo decir mi nombre, algo común cuando era niño. Pero este coach era un gran fanático de los Medias Rojas de Boston. Obviamente, Carl Yastrzemski es un ídolo allá. Como no podía pronunciar mi nombre, pensó que era adecuado llamarme “Yaz”. No me di cuenta de quién era Carl Yastrzemski hasta que tenía 16 o 17 años. Todos me decían Yaz desde que tenía 12. Entonces, en mi segundo año de la universidad decidí llevarlo en mi cuerpo.
Tríceps derecho: La ‘U’
Todos los que juegan en (La Universidad de) Miami se ponen la “U” con su número. Yo quería hacer algo diferente, así que en mi tercer año decidí ponerme una cruz con una pelota y la “U” en el medio. Quería algo con las cosas que son importantes para mí. Béisbol, religión y la universidad a la que acudí.
Es un enorme escorpión con cadenas. Algunas de las cadenas están quebradas, algunas todavía puestas. Me lo hice en mi primer año en Ligas Menores. Para mí, significaba las metas que he alcanzado en mi carrera y las que todavía no he conseguido. Me recuerda que todavía hay trabajo por hacer.
Muñeca izquierda: Cuba
Es el mapa de la isla. Este tiene una historia insólita. No había visto a mi hermano mayor en casi 17 años y él vino a verme jugar en San Diego en el 2014. Por algún motivo, lo primero en que me fijé fue que también tenía un tatuaje de Cuba en el mismo brazo, pero él lo tenía con los colores de la bandera. Luego me enteré de que mi hermano menor también tenía el mismo tatuaje en la misma parte. Yo ni sabía que ellos tenían esos tatuajes y ellos tampoco sabían que yo lo tenía. Creo que eso es algo bien interesante.
Antebrazo izquierdo: Demonio de Tasmania
En mi primer año en las Grandes Ligas, pasé por un buen momento y estábamos jugando contra los Diamondbacks aquí en Arizona. Fue la primera vez que mi esposa me vio en la Gran Carpa. Llevó un aviso grande que decía, “El Demonio de Yazmania está arrasando”. Esa misma noche pegué un jonrón. Todos ahora comenzaron a llamarme así porque mi esposa salió en televisión y los aficionados la vieron. El siguiente año me hice el tatuaje del Demonio de Tasmania con los útiles de receptor. Pensé que era algo genial, el hecho de que ella se inventó el apodo y todos comenzaron a usarlo.
Lo único que no tengo es un tatuaje en honor a mi madre, aunque ella es de bastante importancia. Honestamente, ella no quería que me hiciera ningún tatuaje. Algún día le dedicaré un tatuaje. Nací en Cuba y mis padres se separaron cuando yo tenía ocho meses. Por eso desde ahí hasta que tenía ocho años me crie con mis abuelos y mi madre. Ella fue la que me motivó a jugar béisbol.
Sin dudas, quiero homenajear a mi madre. Pienso que mi próximo tatuaje será en todo mi brazo izquierdo. Ya tengo una idea y se enfocará en mi familia. Mi madre es de gran importancia para mí.