Sucedió lo inimaginable para cualquiera de los mentores implicados en este play off semifinal. Ni Roger Machado ni Vladimir Hernández habían pensado que tanto Freddy Asiel Álvarez, como Yosvani Torres, iban a salir trasquilados. Dos lanzadores de su calibre no podían darse ese lujo. Al menos eso pensamos, nosotros desde afuera y la dirección técnica.
«Lo que se planifica a veces no sale bien, realmente no imaginamos que a los dos mejores de Cuba les hicieran más de dos o tres carreras», comentó Ernesto Fuentes, psicólogo del equipo. A su espalda, Norel González, el prometedor primera base del «Villa Clara», a quien la postemporada le ha pesado un quintal. La postemporada, una posición poco habitual y un turno de tamaña responsabilidad, como el tercer madero.
«Le quitaré responsabilidades a Norel para el partido en Santa Clara. Está muy presionado. Eso sí, la gente está diciendo que si cambiar los jardineros. No puedo, porque eso me afecta la línea central. Los jardines no se tocan y Cepeda tampoco puede jugar en uno», dice visiblemente acongojado el mentor naranja a la prensa acreditada que le cuestiona sobre todo.
«Alaín Sánchez-Alberto Bisset, serán la dupla encargada de abrir el tercer juego en el Sandino», ratifica Hernández. El derecho de Cifuentes se abre a Vanguardia:
«Me quitaré esa presión de encima, pensaré que solo hay que hacer lo que hice en la Serie Nacional. Lo de siempre. Estoy bien, estoy preparado. Hay que luchar a ver lo que pasa. También los conozco, pichee junto a ellos. Lo que hace falta es hacer el trabajo que me toca en cada partido. Ya soy un pitcher maduro, tengan confianza, no será la primera vez que vengamos de abajo».
El psicólogo también me había repetido la misma frase, y yo, a pesar de lo imposible que se pinta el panorama, creo que ahora mismo lo evitable es un 4-0. Es obvio que hay una superioridad avileña en el terreno ante un Villa Clara, aferrado a su historia y alejado de lo que fue, pero no la que se ha mostrado en esos dos juegos en el «Cepero». La diferencia entre ambas novenas no es esa.
«Yosvani Torres pidió la pelota para el cuarto choque, lanzó poco aquí», adelanta el mentor naranja. La cuasi remontada del segundo choque en el «Cepero» ha dejado la esperanza de que sí se puede. Los ánimos no estaban muy arriba después del primer partido, pero ahora —me confían— ellos han visto que la distancia entre Ciego y Villa Clara se parece más a un 9-6.
«Se pueden ganar dos allá», susurra el psicólogo. Ojalá quienes deben creérselo, lo hagan. Van quedando menos chances para ello.